DEPORTES
QUINCE AOS SIN EARVIN JOHNSON

Mi mejor trofeo: yo le puse "Magic"

Testimonio del periodista al que se le ocurrió el apodo, después de verlo jugar por primera vez.

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Fue en su segundo partido en el colegio secundario, cuando tenía apenas 15 años. En esa época yo tenía 27 y trabajaba para el Lansing State Journal, un diario de Michigan, y él simplemente se llamaba Earvin. Lo vi en su debut y no me pareció nada espectacular: convirtió 10 puntos y bajó 12 rebotes. Si en ese momento alguien me preguntaba por su proyección, yo no me habría animado a vaticinar ningún éxito. Pero el segundo juego fue diferente.

Ese día le salió todo. Jugó con una gracia increíble, hizo pases de ésos que sólo él sabía hacer, manejó a su equipo. Fue impredecible, inexplicable en cada movimiento. Generaba un misterio extraño, como esos magos que hacen aparecer conejos de los sombreros. Terminó con 36 puntos, 16 rebotes y 16 asistencias. Enseguida supe que era especial.

Volví a la redacción y charlé con mi editor. “Este chico va a ser grande –dije–, hay que ponerle algún apodo”. Alguien sugirió “Doctor J”, pero ya estaba Julius Earvin. Entonces decidí lo único que me parecía lógico: llamarlo “Magic”. No existía ninguna otra palabra que sintetizara tan bien lo creativo que era su juego. Siempre pensé que si yo no inventaba ese apodo en ese momento, alguien lo habría llamado así más tarde.

Durante esa temporada, su equipo ganó 27 partidos y perdió apenas uno. Salió campeón y, a fin de año, todo el estado de Michigan sabía quién era “Magic”. Más tarde ganó el título universitario y su fama creció en todo el país. Al año siguiente, cuando entró en la NBA, lo conocía el mundo. Todos lo llamaban por su apodo.

Lo seguí mucho durante su carrera e hinché por él en cada duelo contra Larry Bird. Cuando uno conoce a alguien desde tan joven, le toma un afecto especial. Sobre todo cuando tiene una sonrisa que es marca registrada. Todavía veo a Magic de vez en cuando. Siempre pasa a saludarme si viene a Lansing. No se olvida de quién soy, ni de quién fue él antes de ese nombre mágico que se me ocurrió un día: simplemente Earvin Johnson.

* Ex periodista del Lansing State Journal, autor del apodo “Magic”.