
Ya están determinados los clubes que van a ascender. Es lamentable lo que vivimos”. Hace un año y medio, después de la final que su equipo había perdido contra Atlético Güemes de Santiago del Estero, el presidente de Social Achirense, Guillermo Bonnín, pedía repetir el partido y denunciaba que el árbitro había favorecido deliberadamente al club santiagueño, que tras su victoria ascendió del Federal B al Federal A. Ese encuentro terminó a los gritos, pero no llegó al nivel escandaloso de otra final que se había disputado unos días antes: la que terminó con los jugadores de San Jorge de Tucumán sentados en la mitad de la cancha, a modo de protesta, ante Alvarado de Mar del Plata.
Como si el tiempo no pasara, un año y medio después, en otra final que generó dudas y polémicas, Güemes ascendió de vuelta: esta vez del Federal A a la Primera Nacional. Como sucedió con Central Córdoba –que subió del Federal A a la Primera Nacional e inmediatamente a la Superliga/Liga Profesional–, los Gauchos de Santiago (como apodan a Güemes) también saltaron dos categorías de manera consecutiva.
“El árbitro hablaba con nuestros jugadores y les decía que se olvidaran de ganar. A nuestros delanteros les decía que no saltaran a buscar ninguna pelota porque los iba a expulsar. Ocurrió de todo dentro del campo de juego”, denunció Bonnín en 2019.
Casi como un déjà vu, Villa Mitre de Bahía Blanca se quejó de lo mismo esta semana por la actuación del referí Lucas Novelli Sanz, de Tandil, en la final que ganó Güemes por penales y por la que ascendió a la segunda categoría del fútbol argentino.
El de Güemes es solo un capítulo de una saga que incluye a Central Córdoba y Mitre, los otros dos equipos de Santiago que tuvieron un ascenso meteórico en los últimos años, casi a la par del poder que acumuló Pablo Toviggino en la AFA.
Mano derecha de Claudio “Chiqui” Tapia en la conducción del fútbol argentino, Toviggino es rosarino, pero se forjó como dirigente en el fútbol de Santiago.
Pero el poder cada vez más evidente que se acumula en el fútbol de Santiago no solo tiene su explicación en Toviggino. Otro de los hombres que incide es Guillermo Raed, vicepresidente tercero de la AFA, presidente de Mitre y dueño de la empresa de gaseosas Secco. Los dos dirigentes posicionaron a esa provincia como la nueva meca del fútbol del interior.
Claro que para lograr eso también reciben el apoyo del gobernador de la provincia, Gerardo Zamora, quien mejora el presupuesto año a año y apuesta a desarrollar todo tipo de eventos deportivos en la provincia. El ejemplo más claro se dará este año: el modernísimo estadio Único de Santiago de Estero será una de las sedes de la Copa América 2021.
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