Harlow (Essex) es un distrito pujante de las afueras de Londres, que nació arropado entre fábricas y edificios gubernamentales. Allí, a comienzos de la semana, el gigante farmacéutico británico Glaxo Smithkline inauguró un mega laboratorio. Una noticia que hubiera pasado desapercibida de no ser por su relación directa con los Juegos Olímpicos de Londres 2012. La finalidad de este emprendimiento (que queda a media hora del Parque Olímpico) es, según textuales palabras de su vicepresidente, para “certificar que cada ganador de una medalla olímpica pueda celebrar su conquista con la garantía de haberlo alcanzado a través de una competencia limpia”.