En un partido sumamente discreto, en el cual estuvo lejos de desplegar un buen fútbol, River Plate contó con la puntería de Marcos Ruben, autor de los dos goles, para marcar la diferencia ante Rosario Central y quedarse con la victoria por 2 a 0.
El arranque fue de Central. El equipo dirigido por Carlos Ischia puso muchas ganas y encerró a River en su campo, sin darle resquicio a su rival para intentar alguna réplica.
Sin embargo, fue en ese lapso en que se notó la mayor carencia del equipo rosarino: su poder de gol. Apenas un cabezazo desviado de Garcé, a los 5 minutos, fue la aproximación más peligrosa del equipo local.
Después de eso el partido entró en un pozo y el que salió beneficiado fue River, porque empezó a disponer de espacio y allí apareció Beluschi para conducir a sus compañeros hacia el arco defendido por Alvarez.
El trámite del partido y los merecimientos de cada uno determinaban que el empate estuviese bien, pero River tuvo una chance para quebrar el cero y no la desperdició.
A los 21 minutos, Zapata metió un centro al segundo palo, Rosales le ganó el salto a Raldes y metió un cabezazo que Alvarez alcanzó a desviar. La pelota le cayó nuevamente al delantero, quien la tocó al medio del área para que Ruben, con un simple toque, la mandara al fondo de la red.
A partir de entonces, River ganó en tranquilidad y a pesar de la expulsión de Villagra (a los 29 por doble amarilla) se las arregló para contener a un Central que careció de un conductor (el " Kily" González no tuvo un buen primer tiempo), y sólo mostró la voluntad de Belloso y algunas buenas intervenciones de Garcé.
En el complemento, Carlos Ischia decidió jugarse de entrada con los ingresos de Germán Alemanno y Emilio Zelaya por los insípidos Díaz y Moreira, con la intención de tener más peso ofensivo en los últimos 18 metros de la cancha.
Y la jugada pareció darle resultado a los 2 minutos, cuando Alemanno quedó sólo frente a Carrizo (recién fue requerido a los 45 para tapar un remate de Belloso), pero el delantero no tuvo frialdad para definir y envió la pelota por arriba del travesaño.
La oportunidad perdida provocó distintas reacciones. Central se obnubiló definitivamente y, a pesar de tener terreno y pelota, nunca más inquietó a Carrizo. Mientras, River fue inteligente para darse cuenta que con sólo poblar su mitad de la cancha su rival no iba a crearle inconvenientes.
El segundo gol de Ruben, a los 36 tras conectar de cabeza un corner desde la izquierda, sólo sirvió para decorar el resultado favorable.
River no jugó bien, pero fue práctico para aprovechar las pocas oportunidades de gol que creó a lo largo de los 90 minutos y con eso le alcanzó para derrotar a un equipo liviano como Rosario Central.