Será cuestión de horas que se vayan dando los pasos necesarios, pero puede considerarse un hecho que Miguel Angel Russo no continuará siendo director técnico de Boca Juniors.
Dirigentes del club ya dieron muestras de su intención y mantuvieron un contacto inicial con Guillermo Barros Schelotto, quien todavía debe decidir si deja su condición de jugador para pasar a la función de entrenador.
Estaba claro que la única posibilidad de que Russo conservara su cargo era la obtención del Mundial de clubes, por lo que la derrota de hoy en Yokohama a manos de Milan terminó de sellar su destino.
De las dudas planteadas respecto del conductor por parte de la dirigencia ya se habían dado señales suficientes con las repetidas palabras del presidente Pedro Pompilio, quien ante cada requisitoria respondió que después del paso por Japón “iba a sentarse” con Russo para “hacer una evaluación” sobre su gestión.
Dada así la situación, hasta podría aventurarse que tal “evaluación” podría hacerse en el aire, en el viaje de regreso, durante el cual Pompilio y Russo estarán sentados mucho más tiempo del necesario como para concretar lo que se ve venir.
Es verdad que Boca ganó este año la Copa Libertadores de América, pero perdió Clausura, Apertura, Copa Sudamericana y ahora, el Mundial, además de no haber ganado ningún clásico sobre River Plate y haber pedido de muy mala manera el último.
Desde la desvinculación de Juan Román Riquelme quedó instalada la sensación de que el entrenador no había podido resolver los problemas que se le presentaron y por otra parte, las versiones sobre sus dificultades en el trato con referentes del plantel fueron creciendo.
Lo de Barros Schelotto se condice con un madurado proyecto del ex presidente Mauricio Macri, quien desde hace mucho tiempo postula que en el futuro no tan mediato el banco debe ser ocupado por algún jugador histórico del ciclo que condujera Carlos Bianchi y siempre observó al delantero platense como un muy buen candidato.
El Mellizo deberá optar entre tres alternativas: prolongar su vínculo con el Columbus Crew, terminar su carrera en su primer amor, Gimnasia y Esgrima La Plata, que lo espera con los brazos abiertos, o hacerse cargo de la dirección técnica de Boca, una posibilidad sumamente seductora.
Por otra parte, la dirigencia ya comenzó a pensar en la manera de reforzar el plantel, más allá del regreso de Juan Román Riquelme y apunta a otro retorno, el de Rolando Schiavi, actualmente en Newell’s Old Boys.
Al respecto, las manifestaciones públicas del vicepresidente segundo, José Beraldi, propiciando la vuelta del zaguero son otro signo de lo debilitada que estaba la figura de Russo.
A mediados de año al entrenador le había sido propuesto Schiavi y lo descartó, al igual que a Daniel Bilos.
Fuente: DyN