Podría haber una máxima para esta Copa de la Liga: los partidos de Boca son partidos de VAR. También podríamos decir que los partidos de Boca en este torneo son tan cambiantes como el rendimiento del equipo. Anoche costó mucho, pero llegó: le ganó a Central Córdoba como visitante y el objetivo de acceder a los playoffs quedó a un paso de concretarse.
Anoche en Santiago del Estero el equipo de Sebastián Battaglia arrancó bien. En apenas dos minutos se puso en ventaja por un toque de Eduardo Salvio, quien entró solo por el segundo palo. Battaglia respiraba luego de una semana insoportable en la que, de repente, para el panelismo televisivo se convirtió en un asunto de interés nacional y Boca subía en la tabla.
Pero la alegría no duró mucho. Primero el VAR dio un penal que el árbitro Falcón Pérez no había visto (Rojo saltó y golpeó a un rival): pateó Renzo López y Javier García atajó. En la figura del arquero hay un enorme punto positivo para este Boca: aunque sea suplente, García viene demostrando personalidad y talento para resguardar un arco siempre difícil e ingrato.
Falcón Pérez, esta vez sin VAR, cobró otro penal, justamente porque García barrió a González Metili: Renzo López, esta vez, convirtió y las nubes volvieron al horizonte xeneize.
Sin embargo, en el segundo tiempo Boca cambió la actitud. dominó y generó no una, no dos, sino más de cinco situaciones de riesgo clarísimas. Conectó al mediocampo con los delanteros, asoció jugadores e impuso una idea. Al menos impuso su ritmo. Pero entre el palo, el arquero Toselli, los defensores que sacaban pelotas de la línea y los atacantes que no tenían precisión o suerte, el resultado se mantenía. Parecía un arco embrujado: no había manera de que el visitante pudiera anotar hasta que Salvio conectó de cabeza un centro hermoso de Villa que llegó desde la izquierda. Era el fin de la maldición, los tres puntos (otra vez de visitante, como siempre en esta Copa de la Liga) y el reaseguro de la clasificación a los cuartos de final: Boca quedó a solo cuatro puntos del líder de la zona, Estudiantes de La Plata.
El regreso al gol de Salvio fue una doble buena noticia para el técnico, el plantel y el club: además de goles, el delantero puede aportar juego y un desequilibrio que el equipo necesita en el futuro.
El cabezazo de Salvio también implicaba la garantía, para el DT y los jugadores de que esta semana se hablará y se escribirá menos sobre este presente xeneize. Algo que siempre viene bien. A veces, el silencio es salud.