Para Tigre, vencer a Boca esta tarde no sólo significó llegar a la última fecha del Apertura aún con chances de obtener el título, sino también asegurarse como mínimo un subcampeonato histórico, por cuanto nunca antes había alcanzado tal halago en un torneo de Primera.
De hecho, la mejor colocación final de un conjunto de la entidad norteña en el campeonato
superior de la Argentina no era hasta ahora ni siquiera un tercer, cuarto o quinto puesto, sino
el sexto en el que terminó en 1955, cuando -en épocas en que el triunfo valía dos
puntos y no tres como actualmente- obtuvo 30 unidades en 30 partidos y quedó
a 15 del campeón River al acumular
12 triunfos, otras tantas derrotas y seis igualdades.
Curiosamente, en aquella mejor campaña que cumpliera en el fútbol de Primera hasta la actual
la entidad norteña terminó debajo de...
¡Lanús! Sí, el mismo club con el que ahora
disputa el título por primera vez en su historia en el tramo final de un torneo de la
categoría superior, y que por ende
también podría quedar arriba suyo al cabo de esta que, como queda claro,
representa
por lejos la mejor performance de la institución tigrense en la historia.
Pero no se terminan allí las similitudes entre esta campaña de los de Victoria y aquella de
1955. Y es que, faltando tres fechas para la finalización de ese torneo, el club obtuvo
un gran triunfo en su estadio como el de este miércoles ante un Boca que, con figuras como el
arquero
Julio Elías Musimessi, el volante central
Eliseo Mouriño y el puntero izquierdo
Ernesto “Tito” Cucchiaroni -adquirido ese año justamente a
Tigre-,
sufrió también en aquella oportunidad un golpe mortal para sus chances de alcanzar la
punta.
En esa histórica jornada del 4 de diciembre de 1955, aquel partido jugado curiosamente por la
mañana en el viejo estadio tigrense terminó efectivamente con
un contundente éxito del equipo local por 3-0, con dos goles de un jugador que se
“vengaba” así de las escasas oportunidades que había tenido en Boca tras pasar de Tigre
al club de la Ribera en 1950: el zarateño
Luis Cesáreo, quien vencía al gran Musimessi a los 24 minutos del primer tiempo y
a los 19 del segundo.
El otro gol en aquella jornada de gloria para Victoria y alrededores lo marcó
Eugenio Aguilar, quien aumentó la cuenta a los 32 minutos del primer tiempo. La
formación de Tigre, en tanto, fue la siguiente:
Rugilo; Gaggino y Bores; Gianserra, Brunetti e Hidalgo; De Bourgoing, Norberto
“Tucho” Méndez, Cesáreo, Aguilar y Luis Gómez. Un elenco que
quedó grabado para siempre en la memoria de los hinchas del “Matador”,
al igual que este de
Diego Cagna que ya hizo historia con una campaña más que meritoria. Además, por
supuesto, de inédita.