El Valencia se vengó hoy del Inter de Milán, su bestia negra en la Liga de Campeones, pasando a cuartos de final de la máxima competición continental de clubes pese a haber empatado 0-0 en la vuelta de octavos de final en el estadio de Mestalla (este de España). En el final jugadores de ambos equipos se tomaron a golpes de puño.
El equipo 'ché' logró cambiar la historia, puesto que el Inter de Milán lo había apeado de la Champions en la edición 2003-2004 en cuartos de final, y en la temporada 2004-2005 la fase de grupos, y antes, en 2001-2002 lo había hecho
en la Copa de la UEFA.
Valencia hizo buenas las declaraciones de la víspera de su entrenador, Quique Sánchez Flores, y ganó aprovechando su superioridad táctica como equipo sobre el terreno de juego, manteniendo un orden contra el que se estrelló continuamente el equipo italiano.
El empate sin goles permite hacer bueno para los anfitriones de esta jornada el resultado de la ida, en que Valencia e Inter habían empatado a 2 goles en el estadio Olímpico de la capital de Italia, y le dio el pase a cuartos de final de la Liga de Campeones.
Al término del encuentro los jugadores del Valencia y del Inter de Milán se enzarzaron en una multitudinaria pelea. Una vez que el árbitro pitó el final del partido, el argentino Nicolás Burdisso y el valencianista Carlos Marchena se liaron a puñetazos, tras lo cual entró David Navarro, que soltó otro puñetazo a Burdisso lo que desató las iras del resto del equipo italiano.
La pelea se generalizó y llegó hasta el túnel de vestuarios, donde la seguridad privada del club valencianista tuvo auténtico problemas para calmar a los jugadores, entre ellos al portugués Luis Figo.
Finalmente, algunos jugadores del Valencia pudieron volver al terreno de
juego para saludar a su público. "Son cosas de los nervios", dijo el central argentino del Valencia, Roberto Ayala tras la "tangana".