DEPORTES
NUEVO FORMATO

¿Y si Grondona tenia razón?

HOY APENAS UNO DE CADA TRES EQUIPOS DE PRIMERA ES DEL INTERIOR: EL AÑO QUE VIENE SERAN CASI LA MITAD DE LOS TREINTA QUE COMPETIRAN.

ARCHIVO I. Boca en Santiago del Estero. Una visita que pronto podría repetirse.
| Cedoc Perfil

Fue desprolijo? Sí, por supuesto. ¿Debería haberse organizado de otra manera? Debería. ¿Pasar de veinte equipos a treinta en un solo intento es un salto desmedido? Es probable. ¿Nadie está conforme con la propuesta? Parecería. ¿Este plan, entonces, es un gran delirio y habría que desterrarlo para siempre? Nada de eso. A pesar de que el torneo de Primera con treinta equipos sólo recibió críticas, y aunque lo que más evidenció fueron las feroces internas post Julio Grondona, la iniciativa tiene también aspectos interesantes. ¿Es una manera, acaso, de federalizar más el fútbol? Por supuesto.

Entre los veinte equipos que se disputan este torneo de Primera hay seis del interior del país. La cuenta es sencilla: de todos los clubes, sólo el 30% representa el fútbol que se juega fuera de Capital, Gran Buenos Aires y La Plata. Ahora, proyectemos: si el nuevo torneo comenzara con los diez equipos que en este momento están en condiciones de ascender, se sumarían siete del interior del país. En total habría trece, lo que representaría el 43%. Definitivamente, el nuevo formato les da más cabida y posibilidades a los equipos del interior.

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Si la tendencia se mantiene, a Primera llegarían Colón, Unión, Atlético de Tucumán, Gimnasia de Jujuy, San Martín de San Juan, Crucero del Norte y Sarmiento de Junín. Por eso, el debate sobre esta nueva modalidad desnudó una interna que parece la versión futbolera de unitarios y federales: de un lado, los grandes, con el apoyo de otros cinco clubes, y del otro, el resto. Unión es parte del resto. El presidente Luis Spahn fue claro: “Lamentablemente el fútbol se sigue mirando desde el ámbito de Capital Federal y el Gran Buenos Aires”, se lamentó el dirigente tatengue, y aclaró: “El nuevo formato de torneo es una solución en lo deportivo para que más equipos lleguen a Primera, pero hasta el momento no se brinda una solución económica, eso es lo que nos preocupa”.

El tema del reparto de la torta de Fútbol para Todos es clave. Porque el presupuesto por ahora es el mismo pero se va a repartir entre diez clubes más. La última propuesta que recibieron los recienvenidos es que la AFA les pagaría 5 millones de pesos extra, pero los dirigentes no tendrían ni voz ni voto en las tomas de decisiones. La oferta indignó a muchos. Mario Leito, presidente de Atlético Tucumán, hizo una advertencia: “Esta postura sólo tiene el apoyo de unos cuantos. Resulta que ahora los equipos ascendidos no podrán hablar. No puedo creer que esto se apruebe, porque resultaría una división insalvable en la AFA. Eso no está bien. Los clubes del interior y del ascenso pondrán el grito en el cielo con razón. Lo único que va a generar esa idea es desunir aún más al fútbol argentino”.

Sin don. La iniciativa de sumar diez equipos al torneo de Primera entró a la AFA impulsada por Julio Grondona. Como el expresidente había logrado desde hacía más de treinta años la mayoría automática, las críticas sólo se le hacían por lo bajo. Hasta que su muerte llevó a Luis Segura a la presidencia. Entonces florecieron las internas que se mantenían standby. Y como botín, el torneo de treinta equipos.

Los bandos parecen irreconciliables. Boca, River, San Lorenzo y Vélez, con el apoyo de Central, Newell’s, Belgrano y Godoy Cruz, son los que proponen un límite. Los equipos del ascenso y del interior pelean por mayor representatividad. En esa disputa, que tiene como eje el reparto de dinero y el poder en el momento de tomar decisiones, también se pone en juego la posibilidad de un fútbol más federal.

Podrán decir que en ningún lugar del mundo existe un torneo de treinta equipos. Y es verdad. O que lo de la AFA es tan desprolijo que ni siquiera se toma el trabajo de explicarlo bien. Y que esa deficiencia provoca más incertidumbre que certezas. Eso también es cierto. Pero también es real que lo que se cocina en la calle Viamonte no suele respetar conceptos federales. Si no, que lo digan los hinchas, los jugadores y los dirigentes de los equipos del interior.

Nadie acierta con el sistema
La AFA informó ayer que el formato y “el sistema gradual de descensos” del nuevo torneo de treinta equipos que comenzará en 2015 está “en estudio”.
Desde su cuenta oficial de Twitter, se informó que “respecto al próximo campeonato, la AFA se va a manifestar definitivamente una vez que se encuentre aprobado”.
Los más poderosos, representados por el presidente de Boca, Daniel Angelici, el de River, Rodolfo D’Onofrio, y el de San Lorenzo, Matías Lammens, pretenden que se juegue un torneo de transición hasta junio y con descensos, y recién después comenzar una competencia anual.
 En tanto, el resto prefiere directamente un campeonato de febrero a diciembre. Durante la semana, y con intenciones de que prosperara cada posición, unos y otros filtraron a la prensa que su postura ya había sido la elegida. Las dos afirmaciones quedaron en suspenso ayer, cuando la AFA se expresó a través de sus canales de comunicación.
Hay una disputa más en puerta: los clubes grandes pretenden que los diez recién ascendidos no integren directamente el Comité Ejecutivo, sino que tengan representación pero no voto, como ocurre con los de la B Nacional.