DOMINGO
LIBRO / Campaa de terror en 6,7,8

Los miedos y el medio

En Los agentes de Néstor y Cristina, el periodista Alejandro Alfie da cuenta de cómo se construyó la usina kirchnerista para denostar a opositores y críticos del oficialismo. Una trinchera mediática, creada por Diego Gvirtz, que se ha convertido en el reducto del Gobierno para alimentar todo tipo de temores en el electorado de cara al ballottage. La última apuesta del Gobierno para frenar a Macri.

En campaña. La pantalla del ultraoficialista 6,7,8 lanzó munición gruesa esta semana contra el macrismo. Fantasmas del pasado rumbo al ballottage.
| Cedoc Perfil

El arranque de 6,7,8 fue parte de una estrategia gubernamental contra los medios críticos de la gestión oficial en general, y contra el Grupo Clarín en particular. Su lanzamiento fue bastante improvisado y ocurrió poco después de que el kirchnerismo fuera derrotado en las primeras elecciones de 2009, cuando Néstor Kirchner pronunció su famosa frase: “¿Qué te pasa, Clarín?”.
Días después, Gvirtz le planteó a Sergio Massa, por entonces jefe de Gabinete: “El conflicto con el campo me terminó de convencer, quiero apoyar al gobierno de Cristina”. Gvirtz fue con ese discurso a convencer al kirchnerismo, pero en realidad tenía un problema financiero en su productora, que pensaba resolver alineándola con el Gobierno. El dueño de PPT había ido a esa reunión acompañado por el periodista Maximiliano “Maxi” Montenegro, por entonces su amigo, que hizo de nexo.
La propuesta de Gvirtz fue aceptada por Massa en esa reunión y girada inmediatamente a Néstor Kirchner, a quien Massa llamaba por entonces “el Furia”.
Néstor citó a Gvirtz en Olivos. El hombre estaba convencido de que había que dar la batalla contra el Grupo Clarín y pasar a controlar la mayor cantidad de medios de comunicación.
En esa reunión, “el Furia” alineó incondicionalmente a Gvirtz con el kirchnerismo. Pero varias fuentes coincidieron en destacar que Néstor le recriminó a Gvirtz los informes que había hecho en sus programas contra el Gobierno y las posiciones críticas de algunos de sus periodistas y de él mismo.
Uno de los comentarios que más habían enojado al ex presidente fue el que hizo Gvirtz en una entrevista con Noticias, que hacía referencia a “la mirada paranoica del gobierno de Cristina, que le hacía cometer más errores de los que cometió De la Rúa, en una situación claramente más desfavorable”.
—Me dieron esta carpeta sobre vos, con muchas críticas al Gobierno, pero me dicen que ahora querés apoyarnos… Está bien, arranquemos desde cero. Eso sí, si decidís estar con nosotros, olvidate de volver a hacer esas críticas. Y también olvidate de tus amigos –le dijo Néstor a Gvirtz, en Olivos.
Luego de la reunión, Gvirtz comenzó a acercarse cada vez más a Gabriel Mariotto, cuando reemplazó a Julio Bárbaro en el Comfer –actual Afsca–, y a Tristán Bauer, a cargo de Canal 7. A todos les prometió respaldo desde sus programas de televisión.
La primera prueba de obediencia llegó cuando 6,7,8 destrozó a su amigo Maxi Montenegro y al por entonces funcionario que había usado para acceder al Gobierno, el propio Sergio Massa. Luego lo haría también con otros amigos, pero de Canal 13, como María Laura Santillán y Ernesto Tenembaum, e incluso con alguien que por entonces tenía una muy buena relación con Gvirtz, como Jorge Lanata. (…)
María Julia Oliván, ex panelista del programa de televisión de Lanata, pensaba irse una semana de vacaciones a Río de Janeiro en abril de 2009. Pero pocos días antes de la partida la llamó Gvirtz para pedirle que fuera la conductora de su programa. Sus vacaciones se cancelaron y el programa arrancó inmediatamente. El nombre que finalmente quedó para el programa remite a que eran seis periodistas, por Canal 7, a las ocho de la noche. (…)
El programa salió al aire por primera vez el 6 de abril de 2009; iba de lunes a viernes, excepto cuando se suspendía por los partidos de fútbol o alguna emisión especial de la TV Pública. Al poco tiempo se agregó la edición de los domingos. Originariamente lo iba a conducir el Chavo Fucks y se iba a llamar Tiradores, con un estilo en el vestuario de los periodistas que popularizó Lanata –en ese entonces, admirado por Gvirtz–, que usaba pantalones con tiradores. Sin
embargo, a último momento cambió de conductor y de nombre: para el canal, Fucks era muy antikirchnerista (por entonces) (…).
El programa fue y es, efectivamente, una emisión sobre medios y política, pero para alinear a la propia tropa a favor del Gobierno y para hostigar a los que son críticos de esa línea editorial.
Por eso, desde el estudio de Canal 7 se comenzó a bajar línea y a convocar a la gente en defensa del Gobierno.
El 12 de marzo de 2010 se hizo la primera marcha convocada por el programa para apoyar a Cristina, en la que se logró reunir alrededor de 5 mil personas en la Plaza de Mayo. En la segunda se llegó más lejos, pero no por la cantidad de personas. Es que cientos de personas se manifestaron por la plena aplicación de la Ley de Medios, con carteles contra periodistas como Ernesto Tenembaum, María Laura Santillán y Nelson Castro, que tenían pegado en la boca un billete de un dólar y los acusaban de estar “amordazados… y no por una ley”. Ahí se vio a Claudio Morgado, junto con Ricardo Forster, Florencia Peña, Jorge Dorio, Eduardo Aliverti y Alejandro Dolina, entre otros. “Somos la mierda oficialista” era otra de las consignas, que se repetía en carteles y banderas de los simpatizantes del programa y militantes. El eslogan remitía a una canción que en febrero de 2010 había compuesto Carlos Barragán, por entonces nuevo panelista del programa y ahora uno de los conductores –el otro es Jorge Dorio–, que escrachaba a periodistas de Clarín. La letra decía: “Será porque no toco el Clarín, que me parece evidente que los hijos de gente Noble son los hijos de otra gente, que nunca pudo ver TN y si no por qué esquiva el ADN. ¿Y por qué?”, mientras mostraban un logo del Grupo Clarín, a Ernestina Herrera de Noble y a Marcela y Felipe Noble Herrera. Lo grotesco de tal canción exime de transcribirla en forma completa. (…)

Gvirtz no resiste un archivo
Gvirtz invitaba a comer a su casa al matrimonio De Elía/Santillán y era compinche de Tenembaum, Markic, Contepomi, Ricardo Pipino y de uno de los productores de A dos voces. A ninguno de ellos les planteó nada en contra del Grupo Clarín, como sucedería poco después, a partir de marzo de 2009, cuando cerró trato con el kirchnerismo para arrancar con 6,7,8 en Canal 7 y luego decidió el traslado de sus otros dos programas de El Trece a Canal 9. (...)
A mediados de 2008 se produjo un hecho que cambiaría todo y que marcaría el comienzo en la conversión de Gvirtz. En esa fecha, el dueño de PPT se peleó con Pettinato, que conducía Duro de domar, y ambos acordaron que al año siguiente el ex integrante de Sumo dejaría ese programa. Además, Gvirtz no pudo sostener con Canal 13 el horario de lunes a viernes a la medianoche para Duro de domar, que en 2009 pasó al mediodía, bajo la conducción de Fabio Alberti, y se llamó Duro de almorzar. La productora de Gvirtz tenía serios problemas financieros, ya que el nuevo programa iniciado en marzo tenía muy bajo rating y el otro de PPT, Televisión registrada, recién iba a arrancar al mes siguiente por Canal 13, los sábados a la medianoche.
Con un solo programa era inviable la estructura de la productora de Gvirtz. Y el contador había decidido, otra vez, pegar el salto. La ocasión era ideal. El 8 de marzo de 2009 fue derrotado el kirchnerismo en Catamarca a manos de un frente que respaldaba el radicalismo crítico del Gobierno y Julio Cobos, el vicepresidente de Cristina que había “traicionado” al kirchnerismo al votar contra la Resolución 125 en el conflicto con el campo. Eran las primeras elecciones del año y Néstor Kirchner pronunció una de sus frases más famosas: “¿Qué te pasa, Clarín?”. Días después, Gvirtz se puso al servicio del kirchnerismo tras una charla con Sergio Massa, por entonces jefe de Gabinete: “El conflicto con el campo me terminó de convencer, quiero apoyar al gobierno de Cristina”, le dijo, tratando de revestir su metamorfosis de un relato épico. Además, se acercó a Mariotto, por entonces interventor del Comfer, y a Tristán Bauer, quien estaba a cargo de Canal 7 y Radio Nacional. A todos les prometió respaldo desde sus programas de televisión. Era música celestial para los oídos de los funcionarios kirchneristas. (…)
Tras firmar su propio pacto de Olivos, Gvirtz permitió al Gobierno controlar su productora, Pensado Para Televisión. No fue gratis: recibió respaldo político, suculentos contratos y el horario principal, primero de Canal 7 y luego de Canal 9, con una única condición: acompañamiento editorial sin fisuras. Y llegó el primer desafío para los programas del productor.
El Gobierno presentó su proyecto para derogar la Ley de Radiodifusión de la dictadura y sancionar, en su lugar, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El kirchnerismo tenía un único deseo: desguazar al Grupo Clarín y, tal como se lo había prometido a Kirchner, Gvirtz cambió radicalmente su visión sobre el kirchnerismo.
Su productora PPT se alineó con el Gobierno cuando al mes siguiente lanzó 6,7,8 en la TV Pública y comenzó a cuestionar al Grupo Clarín, rompiendo relaciones con Canal 13. Ese mismo mes dejó de emitirse Duro de almorzar, y TVR siguió hasta fin de año para cumplir con el contrato.  (…)

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Fútbol y los periodistas de la corpo
—Vos, que sos un fanático de Atlanta y te encanta el fútbol, tenés que estar en el programa que va a lanzar Diego –le dijo Facundo Nejamkis, por entonces número dos de Juan Manuel Abal Medina en la Jefatura de Gabinete, a Sebastián Wainraich, cuando Gvirtz estaba por lanzar Fútbol permitido.
—Está buena la idea, pero tengo que pensarlo, porque no me convence estar en Canal 7. Además, yo me fui de TVR para tener independencia de criterio y no sé si podría bancarme otra vez tener conflictos con Diego –le respondió diplomáticamente Wainraich.
A la semana siguiente, Diego Gvirtz llamó personalmente a Wainraich y le ofreció incorporarse a Fútbol permitido, que iba a comenzar a emitirse en febrero de 2013.
—Ese llamado me dio la pauta del nivel de relación que tenía Diego con el Gobierno. Me pareció increíble que un funcionario me ofreciera informalmente ingresar a un nuevo programa de Diego y que él, una semana después, me llamara para hacerme ese ofrecimiento formal. Nunca me había pasado algo así y, para mí, eso mostraba la relación de Diego con el Gobierno.
Wainraich es un fanático del fútbol y es habitual que esté en la platea de la cancha de Atlanta, en Villa Crespo, con amigos y también en el vestuario de sus jugadores, donde es recibido calurosamente como si fuera una celebridad del club.
Pero de alguna manera, para Wainraich, Diego Gvirtz era un límite personal que se había trazado. Y no quería cruzarlo, porque ya había trabajado con él y sabía cómo se manejaba.
Nunca había dicho claramente qué lo había alejado de TVR, pero a sus íntimos les confesaba que, si bien no había tenido problemas durante los siete años en los que había trabajado para Gvirtz, el viraje de su ex jefe al kirchnerismo había sido demasiado. (...)
El dueño de PPT fue uno de los que apoyaron entusiastamente cuando Cristina Fernández de Kirchner logró que la AFA rompiera el contrato de transmisión de los partidos por televisión con TSC, una empresa del Grupo Clarín, y Torneos y Competencias (TyC).
Como muchos, Gvirtz sostenía que toda la gente tenía derecho a ver los partidos sin tener que pagar un abono . La Presidenta aseguraba que las transmisiones estatales no insumirían ningún gasto y que las ganancias irían a solventar el deporte olímpico.
Por entonces, TSC le pagaba a la AFA 240 millones de pesos al año, que a su vez solventaba esos gastos con lo que cobraba por publicidad y abonos de la TV paga