DOMINGO
Educación

Nuevas formas de aprendizaje

Logo Perfil
. | Cedoc Perfil

La educación ha permanecido arraigada en tradiciones y prácticas anticuadas en el mundo en que vivimos; ahora es tiempo de avanzar.

¿Por qué hablamos de “hackear” la enseñanza tradicional? ¿Qué significa? En el contexto de este libro, “hackear” va más allá de aplicar soluciones creativas y eficientes. Un “hack” es una estrategia o técnica que desafía las normas convencionales, proponiendo métodos rápidos y efectivos para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Cada capítulo de este libro ofrece un “hack” diferente: una idea mejorada, un enfoque práctico o una herramienta singular, todos diseñados para abordar y resolver problemas específicos dentro del aula.

Estos “hacks” no son solo atajos, son transformaciones profundas de la forma en que pensamos y actuamos en el ámbito educativo. Permiten a los docentes y a los directivos repensar los enfoques tradicionales, adaptándolos a las realidades cambiantes del mundo y a las necesidades únicas de los estudiantes de hoy. Desde repensar la dinámica del aula hasta adoptar nuevas tecnologías y métodos de evaluación, cada “hack” es una oportunidad para experimentar con cambios significativos que pueden hacer que la educación sea más relevante, dinámica y efectiva. (...)

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

El estudiante de hoy es muy diferente al del pasado, tanto en sus circunstancias y experiencias, como en la forma en la que interactúa con el mundo y se vincula con el conocimiento. Muchos de ellos crecen inmersos en una era digital, donde la información es abundante y el acceso a ella es instantáneo. Son adeptos a la multitarea, cómodos con la tecnología y suelen preferir el aprendizaje práctico y colaborativo. Esto ha dado forma a un tipo de aprendizaje que es interactivo y se basa en la exploración personal.

La constante sobreestimulación tecnológica ha provocado cambios en la plasticidad cerebral de los estudiantes, moldeando sus capacidades cognitivas de maneras únicas. Su cerebro se adapta a recibir y procesar información a un ritmo acelerado, lo que afecta su forma de pensar, concentrarse y recordar. Aunque esto les confiere habilidades únicas en cuanto a la selección y al análisis de datos, también puede generar desafíos en cuestiones de atención sostenida y profundización en temas complejos.

Sin embargo, a pesar de este cambio monumental en el contexto y en las capacidades de nuestros estudiantes, muchos enfoques educativos permanecen anclados en prácticas del siglo pasado. Se sigue enseñando con métodos diseñados para una era predigital, donde la memorización y la repetición eran claves. Este desajuste no solo limita la efectividad del aprendizaje, sino que también ignora las habilidades fundamentales que los estudiantes necesitan en el mundo actual, como el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad. Resulta crucial que el proceso de enseñanza se adapte para captar su atención, fomentar su curiosidad y satisfacer su necesidad de interacción y relevancia práctica, reconociendo y respetando, al mismo tiempo, los efectos de esta sobreestimulación en su desarrollo cerebral.

Reconocer y responder a estas nuevas formas de aprendizaje es esencial para hacer la educación significativa y efectiva en el mundo actual. Afortunadamente, las neurociencias han emergido como un aliado vital, proporcionando una comprensión más profunda de cómo aprendemos. Estos avances están allanando el camino para enfoques educativos que no solo conviven con, sino que también se enriquecen y se renuevan constantemente a través de las nuevas perspectivas sobre el proceso que involucra el aprendizaje.

Debemos cambiar porque educar es preparar a los estudiantes para el futuro, y este futuro ya no se asemeja al mundo para el que se diseñaron las metodologías tradicionales. Al adaptar nuestras estrategias educativas para abordar las necesidades y características de los estudiantes de hoy, no solo mejoramos su aprendizaje y desarrollo, sino que también les brindamos las herramientas necesarias para navegar y contribuir positivamente en un mundo en constante evolución.

En la búsqueda de una educación más eficaz y humana, la revisión de las prácticas educativas tradicionales se ha vuelto esencial. Para este cambio, es central adoptar la creencia de que la educación debe ser un proceso enfocado en el desarrollo individual y el fomento de un amor genuino por el aprendizaje, en lugar de un sistema basado en calificaciones, pruebas estandarizadas y disciplina punitiva.

Tradicionalmente, las calificaciones y las pruebas estandarizadas han sido los pilares de la evaluación educativa; sin embargo, estos métodos pueden desincentivar el aprendizaje curioso y exploratorio, al mismo tiempo que generan ansiedad. Si nos enfocamos en resultados y no en procesos, corremos el riesgo de pasar por alto aspectos cruciales del desarrollo de nuestros estudiantes como la creatividad, el pensamiento crítico y las habilidades sociales.

*Autora de Hackeando la educación tradicional, editorial Bonum. (Fragmento).