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Actividad citrícola en crisis: si se aplica la ley ómnibus peligran 200 mil empleos

La aplicación de retenciones del 8% sobre el aceite esencial de limón propuesta en el artículo 205 de la norma que se discute en el Congreso podría afectar a miles de trabajadores involucrados en la producción y al menos a once empresas industrializadoras –de las quince que existen en Tucumán– según representantes de los distintos eslabones de la cadena de producción. La situación también afecta a los productores que les proveen materia prima.

productores de limón
LIMONES TUCUMANOS. Los productores dicen que con la ley ómnibus, once empresas podrían desaparecer. | CEDOC

En Tucumán existen 15 empresas que producen derivados del limón. De esas empresas, cuatro tienen contratos millonarios con una multinacional de gaseosas y podrían pagar el derecho de exportación del 8% para el aceite esencial que establece el artículo 205 de la Ley Ómnibus que se discute en el Congreso. Las otras 11, que compran la materia prima a pequeños productores, estarían condenadas a desaparecer. Esta situación, explicaron los productores a PERFIL, hace peligrar 200 mil puestos de trabajo y a una actividad que en el último año perdió 15 mil hectáreas.

“De 47.000 hectáreas que teníamos en Tucumán ya hay 15.000 hectáreas menos de limón, eso se desmontó en 2023. Ahora nos quedaron aproximadamente 32.000 hectáreas: de esas hay 12.000 que están prácticamente abandonadas porque el productor no tiene los fondos necesarios”, explicó a PERFIL Diana Chediack, productora de limón y nuez pecán.

Dentro de los derechos de exportación que por estas horas se negocian en el marco del tratamiento de la ley ómnibus que el Ejecutivo envió al Congreso, hay uno en particular, en el artículo 205, que grava al aceite esencial de limón con un 8%. Hasta ahora, lo que se presume es que se mantendría el 33% de las retenciones a la soja y se reducirían a cero los derechos de exportación a las economías regionales que se elevaban a 15% en el proyecto original, pero hay incertidumbre acerca de un reclamo que sostienen los productores de limón de Tucumán, la provincia que concentra la mayor cantidad de producción en Argentina.

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La producción de limones emplea directa o indirectamente a alrededor de 200 mil personas "entre cosecha, empaques, fleteros, mecánicos, contadores o abogados que tienen trabajo gracias a la actividad citrícola de Tucumán. Eso también hay que verlo, que pende de un hilo el trabajo de la gente en una actividad que está siendo realmente muy castigada”, comentó Chediack.

De los derivados del limón el aceite esencial es el que más valor tiene. “En Tucumán existen 15 fábricas que industrializan el limón: le extraen el jugo, el aceite esencial y la cáscara deshidratada”, agregó la productora. De esas empresas solamente cuatro se autoabastecen y tienen negocios millonarios en el extranjero. Además, afirmó Chediack, “venden el aceite entre un 15 y un 20% más caro que el resto de las 11 empresas citrícolas que producen derivados del limón”. Si se comienzan a aplicar las retenciones, esas industrias estarán en serios problemas y los productores que les abastecen, también.

Manuel Martínez Zuccardi es dueño de una de esas once empresas. “Nos dedicamos a la agricultura y ya hace más de 20 años a la industrialización del limón, en una fábrica que es una de las más chicas de la provincia de Tucumán”, detalló. “En estos últimos años se ha generado una sobreproducción mundial de limón, sobre todo en el orden de la fruta fresca. Este fenómeno de la superproducción está mucho más acentuado en la Argentina, ya que el 70% de la producción de limón es argentino y se concentra sobre todo en Tucumán”.

Según los últimos datos de la Federación Argentina del Citrus de las 2.141.365 de toneladas de limón producidas en Argentina en 2022 el 80% (1.715.000) se cosechó en Tucumán.

Si bien algunos productores están de acuerdo con otras medidas que propone el Gobierno, sostienen que estas retenciones pueden ser letales para una actividad que está en crisis. “El Gobierno, en su afán de lograr correctamente que exista más mercado y menos Estado, mantiene un criterio de impuestos a la exportación que es muy lesivo en las economías regionales. Y en esto se equivoca, porque las economías regionales son básicamente de producción intensiva, a diferencia de las producciones pampeanas en general, en las cuales la producción es extensiva”, agregó Zuccardi.

Otro factor a tener en cuenta es que muchos de estos productos ya pagan un alto nivel de impuestos. “Europa tiene aranceles a la importación de la fruta fresca limón en el orden del 15% y en el orden del 7% a los productos industriales”.

Por la crisis, algunos decidieron destinar tierras a la palta o la caña de azúcar

La crisis no golpea a todos por igual. “Hay cuatro empresas importantes, las más grandes, que tienen vínculos contractuales con multinacionales de las gaseosas, las cuales tienen precios especiales. A pesar de ello, no ha sido posible coordinar políticas con esas empresas y han generado el sobrestock mencionado anteriormente, ya que el saldo de aceite esencial que excede los compromisos contractuales con las gaseosas lo vuelcan en el mercado libre o independiente, único mercado al cual el resto de las compañías menores concurren”.

Ese sobrestock de jugos y aceites que “podría ser equivalente a por lo menos un año de producción” puede profundizar la crisis e implicar “una parálisis de fábricas y sectores productivos”, advirtió el empresario. “La tendencia ya está marcada con las cifras de las hectáreas y la debilidad de las empresas. Sobre esto se quieren montar retenciones y sobre esto no se está teniendo en cuenta cómo es la realidad, que hay prácticamente dos sectores industriales”, explicó.

“La actividad citrícola está muy mal desde hace 4 años. Lo que nos ingresa por tonelada de fruta no cubre los costos de producción”, agregó a este medio el productor Elio Apas.  “Si a este resultado negativo le agregamos un 8% de retención el efecto será de un mayor número de productores fundidos. Eso tendrá también seguramente un impacto social por la mano de obra que quedará sin trabajo”.

Según el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa los precios de los agroalimentos se multiplicaron 3,5 del campo (origen) a la góndola (destino). En el caso del limón la diferencia fue de 6,4 en detrimento del primer eslabón de la cadena: el productor. 

Debido a la crisis, algunos decidieron cambiar de actividad y destinar las tierras a la palta o a la caña de azúcar. Pero esa estrategia de supervivencia no siempre es una opción: “En el caso nuestro, nos encontramos con un 70% de la superficie recién renovada, con plantas de 1 a 5 años, lo que dificulta la decisión de cambiar de cultivo”, agregó Apas.

“Esta actividad ha nacido de gente que trabajaba en el campo, de agricultores que en un momento determinado se dieron cuenta de que el ambiente, el sistema agroecológico, daba para la producción de limón”, argumentó el ingeniero agrónomo Antonio Bellomio, que se dedicó durante décadas a la actividad y vivió sus años de apogeo.

“Tucumán tiene un pasado, una memoria incorporada del cosechero. Si no hubiese existido una masa trabajadora hubiera sido imposible que esa actividad prosperara”, agregó.

Son esos puestos de trabajo los que estarían en riesgo si la situación empeora. “Cualquier tipo de sobrecarga o impuesto que se pretenda agregar a la industria de la producción cítrica es nefasto, porque hoy están en una crisis tremenda”, sintetizó.