Factores económicos externos e internos están afectando a distintas economías regionales en Argentina. Entre los factores externos, la invasión rusa a Ucrania generó una contracción de la demanda europea y aumentos en los costos de insumos para producir como los fertilizantes.
Un que muestra la problemática es la producción de limones en el NOA. Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA), comentó a PERFIL que el sector limonero está enfrentando una gran crisis, debido a aumentos de más del 100% en fertilizantes y los altos costos de los fletes internacionales, que se incrementaron desde la pandemia.
“A eso hay que sumarle la devaluación del euro y las paritarias de más de 70% para la mano de obra. Además, creció la producción de limón a nivel mundial y con ello bajaron los precios internacionales”.
El NOA concentra el 95,6% de la producción total de limones. Tucumán produce el 87,5%, Salta el 5,7% y Jujuy 2,4%.
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Padilla señala que los precios que pagan las industrias procesadoras están por debajo de los costos de producción para los citricultores, por lo tanto “no los cosechan. Estimamos que unas 200 mil toneladas quedarán sin recolectar, lo que representa entre un 10% y 15% del total”.
Desde la asociación están buscando desarrollar productos en base a limón, como el ácido cítrico que se utiliza en la elaboración de bebidas y que hasta ahora se importa. “Estamos notando que algunos productores están dejando la actividad. Estimamos que en Tucumán, entre 3 y 5 mil hectáreas pasarán a la producción sucroalcoholera”.
Mal de muchos
Pablo Vernengo, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), señaló que “las economías regionales siguen la misma sintonía de todo el país, en las mismas problemáticas. Falta de gasoil, de mano de obra. El 63% de los productores son de economías regionales están en jaque por costos de cosecha”.
El directivo de CAME agregó que hay empresas argentinas elaboradoras están importando yerba mate de Brasil y Paraguay, por cuestión de precios. Además, los productores yerbateros tienen problemas para conseguir mano de obra en la época de cosecha.
Hasta el año pasado, los trabajadores temporarios registrados dejaban de cobrar planes sociales mientras realizaban las tareas de cosecha y luego había una demora hasta volver a cobrarlos cuando quedaban sin trabajo.
El año pasado el Gobierno decidió el desacople, atendiendo a este reclamo de las economías regionales. Vernengo comenta que “quedó de lado la tarjeta Alimentar, que se pierde si consigue trabajo, así que se mantiene el problema. Esperamos que los funcionarios resuelvan este tema”.
Los precios también están poniendo en jaque a algunas producciones hortícolas, como el tomate. “El costo de producción está en 600 pesos por cajón y en el mercado se pagaba 500 pesos, por eso algunos productores no lo cosechan y lo dejan tirado en el campo”.
LM