Seis meses después de que Rusia lanzara lo que pensaban sería una operación relámpago contra Ucrania, la invasión derivó en una guerra clásica sin visos de terminar pronto. ¿Es posible que la guerra dure años? ¿Qué capacidad de aguante tienen ambos países? ¿Cuáles son los posibles desenlaces?
"Tenemos que estar preparados porque esto podría durar mucho tiempo", dice un médico militar ucraniano. "Hay muchas lágrimas, mucha sangre. Uno llora en su corazón. Se está destruyendo la historia de varias generaciones", agrega este hombre de 40 años, que antes trabajaba como técnico dental.
"Seis meses de guerra, no es solo un gran dolor para el país, también es un pequeño dolor para cada uno de nosotros personalmente", dice Mykola, un soldado de 41 años. El comandante adjunto del batallón, Artem, de 30 años, no lo esconde: "Hemos informado a nuestros soldados que el conflicto podría durar años".
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La guerra alcanza ahora su séptimo mes y hay pocos signos de progreso. En julio, tanto la ONU como Turquía negociaron un acuerdo para permitir la reanudación de exportaciones de cereales desde los puertos ucranianos, un alivio para muchos países.
La semana pasada, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, visitó el puerto de Odesa, uno de los tres designados en el convenio para exportar los granos, para observar la aplicación del pacto, pero mencionó una "situación muy difícil, donde las perspectivas de paz no son evidentes".
Y su viaje se topó con los temores cada vez más grandes respecto a la situación de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia. Ubicada 200 km al noreste de Mikolaiv, la planta, la mayor de Europa, está ocupada por las tropas rusas desde marzo y es blanco de bombardeos, que hacen temer una catástrofe.
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"Encontrar un camino hacia la paz a corto plazo no será fácil, pero hay que insistir, porque la paz es el bien más importante en el mundo", resumió Guterres.
Ambas partes sufrieron ingentes daños humanos y materiales, sin que ninguna parezca dispuesta a un alto el fuego o a conversaciones de paz. Los ucranianos, especialmente, libran lo que para ellos es una lucha existencial por defender su nación, considerada por Putin como una falacia histórica.
"En circunstancias así nadie puede ganar. Esta 'operación militar especial' podría durar años", dice el analista político ruso Konstantin Kalachev.
"Empieza a haber una forma de equilibrio de fuerzas entre las dos partes, así que vamos a un conflicto que puede ser muy largo", y como mínimo continuar en 2023, dice por su parte Marie Dumoulin, del laboratorio de ideas europeo European Council on Foreign Relations (ECFR).
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El apoyo de Europa y Estados Unidos en forma de armamento e inteligencia permitió a las fuerzas ucranianas enlentecer, que no detener del todo, el avance de Rusia en el Donbás y en la costa del mar Negro.
Pero este ritmo le permitió también a Rusia afianzar sus posiciones en esas zonas, apoyándose por cierto en una presencia militar robustecida en Crimea desde su anexión en 2014.
La llegada del invierno pondrá a prueba la determinación de los ucranianos, sobre todo si sufren restricciones severas en el suministro de energía y si más gente se ve obligada a abandonar sus hogares.
"El pueblo ucraniano está unido y de momento apoya al gobierno, pero esa estabilidad descansa mucho en la idea de que Occidente apoya a Ucrania en esta guerra", apunta Dimitri Minic, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
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¿Cuáles son los posibles desenlaces?
Si el conflicto se enquista durante el invierno y el año 2023, el futuro dependerá en buena medida del apoyo occidental a Kiev, sujeto al impacto que el conflicto está teniendo en los hogares en forma de inflación elevada.
"Probablemente llegará un momento el que Putin apueste por la lasitud occidental para incitar a los líderes occidentales a que presionen a Ucrania para que ponga fin al conflicto según las condiciones de Rusia", apunta Dumoulin, del ECFR.
Salvo error de cálculo garrafal, el ejército ucraniano tampoco tiene visos de colapsar, y pocos esperan que el presidente Volodimir Zelenski acepte una negociación que no se salde con la recuperación de los territorios ocupados, incluyendo Crimea.
Si sus aliados siguen facilitando ayuda y armas, la ventaja militar rusa podría erosionarse, lo que podría volverse contra Putin antes de las elecciones presidenciales de marzo de 2024.
Esto "podría empeorar la tensión entre el Kremlin y lo que queda de sociedad civil es una declaración de guerra, de la ley marcial, o una movilización general", estima Dimitri Minic.
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Cronología de la guerra en Ucrania
Hacemos un repaso cronológico de la guerra, del fracaso del asalto ruso a Kiev al terrible asedio de Mariúpol, pasando por la batalla de Donbás y los contraataques de Kiev en el sur.
Febrero: el comienzo de la invasión
El 24 de febrero al amanecer, el presidente ruso Vladimir Putin anunció una "operación militar" en Ucrania para defender a las "repúblicas" separatistas del este de ese país, cuyas independencias había reconocido tres días antes.
Pero las tropas rusas se toparon con la férrea resistencia de las fuerzas ucranianas, que los obligaron a replegarse y concentrar sus esfuerzos en el este del país y en el sur agrícola.
Putin exigió que Crimea, anexada por Rusia en 2014, sea reconocida por Ucrania como territorio ruso. También reclamó la "desnazificación" del gobierno ucraniano, que Ucrania tenga un "estatus neutral" y garantías de que nunca entrará en la OTAN.
La ofensiva provoca indignación internacional y la Unión Europea (UE) informa que financiará la compra y entrega de armas a Ucrania. Estados Unidos anuncia 2.300 millones de dólares de ayuda militar. Occidente comienza a aplicar sanciones económicas cada vez más duras contra Rusia.
El 28 de febrero se celebran las primeras negociaciones entre Rusia y Ucrania. Pero el 3 de marzo, los rusos se apoderan de una gran ciudad, Jersón, en una zona clave para la agricultura ucraniana y estratégica porque limita con Crimea.
Marzo a mayo: resistencia en Kiev y horror en Bucha
El 30 de marzo, Estados Unidos acusa a Rusia en la ONU de provocar una "crisis alimentaria mundial". Unos 20 millones de toneladas de granos están bloqueados en puertos de la región de Odesa por la presencia de buques de guerra rusos y de minas colocadas por Kiev para defender su costa.
El ejército ruso trata de rodear Kiev, la capital, pero topa con una feroz resistencia. El 2 de abril, Ucrania anuncia que recuperó el control de la región. Moscú centra desde entonces su ofensiva en el sur y en la cuenca del Donbás, , bajo control parcial de los separatistas prorrusos desde 2014.
Tras la retirada de los rusos, se descubren decenas de cadáveres de civiles en Bucha y otras localidades cercanas a Kiev. La Corte Penal Internacional (CPI) abre una investigación.
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Desde el inicio de la ofensiva, el ejército ruso asedia Mariúpol y la caída de ese puerto a orillas del mar de Azov permitiría al conexión de Crimea con las zonas separatistas del Donbás. Decenas de miles de personas quedan atrapadas en la ciudad, donde las fuerzas rusas bombardean un teatro y una maternidad.
Unos 2.500 combatientes ucranianos, atrincherados en la acería Azovstal junto a un millar de civiles, siguen resistiendo hasta mitades de mayo.
El 20 de mayo, Rusia anuncia que tomó la acería. Según Kiev, el 90% de Mariúpol está destruido y al menos 20.000 personas murieron en el asedio. La UE denuncia "un gran crimen de guerra".
Junio: la energía como "arma"
Los países occidentales acusan a Rusia de usar el suministro de energía como "arma" en respuesta a las sanciones. Las exportaciones de gas ruso hacia Europa se reducen.
El 3 de junio, la UE aprueba un sexto paquete de sanciones contra Moscú, que incluyen un embargo progresivo al petróleo.
El 23 de junio, los líderes de los 27 países de la UE anuncian que otorgarán a Ucrania el estatuto de candidata al bloque.
Julio: la caída de Lugansk
El 3 de julio, las fuerzas rusas anuncian que se hicieron con el control total de la provincia de Lugansk (en el Donbás), tras conquistar las ciudades de Severodonetsk y Lysychansk. El próximo objetivo de Moscú es Donetsk, para dominar la totalidad de la cuenca minera.
En julio, también las tropas ucranianas lanzan una contraofensiva en el sur y recuperan decenas de pueblos mientras Estados Unidos y la UE aceleran el envío de armamento pesado para Ucrania.
El 22 de julio, EEUU y Rusia sellan un acuerdo para reanudar la exportación de cereales, bajo los auspicios de la ONU y con mediación de Turquía. Un primer granelero con 26.000 toneladas de maíz zarpa de Odesa a inicios de agosto.
Agosto: la amenaza nuclear
En agosto, explosiones de origen desconocido dañan una base aérea y un almacén de armas rusas en Crimea.
Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, ocupada por los rusos desde marzo. Kiev asegura que Moscú almacena armas pesadas en la planta y que desde allí bombardea posiciones ucranianas, lo que el Kremlin niega.
Dos días antes de cumplirse 6 meses de guerra, Ucrania reconoció haber perdido a cerca de 9.000 soldados.
ds