El director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Alejandro Werner, participó de una reunión virtual organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) donde recordó los pronósticos negativos del organismo para la región y reconoció que frente al coronavirus “en el corto plazo no hay más opción que poner en marcha programas fiscales para proteger a las familias”.
Werner repasó las estimaciones de abril del FMI para la economía. Una caída del 3% del PBI global y del 5,2% para América latina, que se enfrenta a “una nueva década perdida” hasta 2025. Los dos representantes de organismos internacionales coincidieron en el pronóstico de peor distribución del ingreso, lo que implica un aumento de la desigualdad, y aumento de la pobreza. La Argentina caería 5,7% según esos cálculos, que ya fueron superados por el 6,5% que vaticinaron la CEPAL y el propio Ministerio de Economía, a cargo de Martín Guzmán.
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“Hay que abrir más espacio fiscal con una agenda de sostenibilidad en el mediano plazo”, remarcó el economista que nació en la provincia de Córdoba pero creció en México, lugar de exilio de la familia durante la última dictadura militar. Cuando habla de recuperación económica, referencia recién 2022 y 2023. “El reto a mediano plazo es sostener los indicadores fiscales, controlar la deuda y generar crecimiento”, agregó.
Lejos de la habitual prédica de recorte del gasto del organismo, Werner agregó que la política fiscal, de todas formas, “es un reto para los países con poco margen”. No hubo nombres propios. También el titular del BID, Alberto Moreno, consideró que “los países que tenían problemas de alta inflación, de deuda, de déficit de cuenta corriente, van a tener un horizonte muy difícil”, y advirtió que hay que poner atención en “la deuda que se está generando en los Gobiernos, las empresas y las familias”.
En diálogo con los empresarios de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos y la filial local de AmCham, Guzmán aseguró el martes que "cada vez que se toma una medida, se toma en cuenta el impacto fiscal", y enfatizó que el objetivo es buscar el equilibrio en el mediano plazo.
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Esta semana, el New York Times publicó una nota bajo el título "El mundo debería estar atento a las negociaciones de la deuda argentina", a cargo de Mark Weisbrot, experto en política y economía de América Latina. "El resultado de estas negociaciones es muy importante para los 45 millones de residentes de Argentina, así como para cientos de millones de habitantes de este planeta. Si los gobiernos se ven obligados a usar sus escasas divisas para hacer pagos de deudas públicas insostenibles, no lograrán costear los servicios médicos, las pruebas diagnósticas, el equipo médico y ni siquiera las medidas de “distanciamiento social” para contener la pandemia. Y si la austeridad prolonga o profundiza las crisis económicas, las dificultades para lidiar con la crisis de salud empeorarán", detalló.
En ese marco, FMI y BID, además del Banco Mundial, coincidieron en aumentar los programas de ayuda a los países en desarrollo. El fin de semana, el representante de la Argentina ante el FMI, Sergio Chodos, aseguró que todavía no se presentó ningún pedido del país de ayuda para hacer frente al coronavirus. En cambio, remarcó que se consiguió asistencia de bancos como el BID, el BM y la CAF, la ex Corporación Andina de Fomento, reconvertida en banco de desarrollo regional.