El ministro Sergio Massa logró activar nuevas líneas de crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), luego de un encuentro que mantuvo con el presidente del organismo, el brasileño Ilan Goldfajn, en el marco de la estrategia por compensar la crisis de escasez de dólares que enfrenta el Gobierno, luego de una semana de profundización de la sangría de reservas y con nuevos pronósticos de caída en las proyecciones de la cosecha del agro por efecto de la sequía.
Massa firmó con Goldfajn tres programas con un financiamiento de USD 235 millones. Uno es para el programa de Fortalecimiento de los Servicios de Sanidad Agropecuaria y del Manejo Sustentable de los Recursos Marítimos por USD 125 millones. “Este programa permitirá mejorar el control de plagas que afectan al patrimonio zoo-fitosanitario del país, incrementar la capacidad diagnóstica de los laboratorios de sanidad vegetal y animal, y reforzar la investigación de los recursos oceanográficos”.
El segundo es el programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), que contará con un financiamiento de USD 70 millones y “contribuirá a incrementar la disposición adecuada de RSU y a mejorar su recuperación y valorización con un enfoque de inclusión social”. El tercero, es el Apoyo a pequeños productores Vitivinícolas, con un financiamiento de USD 40 millones, que contribuirá a la sostenibilidad social, económica y ambiental del sector vitivinícola que incluye la producción de uva y vino del país.
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Los objetivos del programa son fomentar el uso de tecnologías y la capacidad de comercialización por parte de los pequeños y medianos productores, y favorecer la participación en el sector de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), especialmente aquellas lideradas por mujeres y jóvenes”, señaló un comunicado de prensa oficial.
Medidas extraordinarias ante una sequía extrema
Sucede que el jefe del Palacio de Hacienda deberá multiplicar el financiamiento externo, utilizando, además de los créditos, otros formatos para intentar compensar las pérdidas estimadas por la caída del agro y la sangría de reservas del BCRA. Es por eso que en el campo se aguarda por una tercera edición del dólar-soja; como también existen tratativas para activar un Repo con bancos.
Un informe del centro de análisis Equlibria estimó que “el sector agropecuario caería 17% en 2023, lo que implica una caída directa del PBI de poco más de 2% incluyendo actividades conexas”. Sin embargo, alertó que el mayor golpe provendrá de la liquidación de agro-divisas: “el año pasado este sector aportó más de la mitad del ingreso de divisas y el programa “dólar soja 2” a fin de 2022 adelantó liquidaciones de soja que iban concretarse a principios de 2023. Pese a la caída de las exportaciones, el superávit comercial persistiría por crecientes restricciones a las importaciones”. Mientras que, para la consultora Ecolatina, el derrumbe en la producción agrícola generará “múltiples impactos” que tensionarán el plan Massa: “no sólo se evidenciarán repercusiones negativas en el frente cambiario (menor oferta de dólares) y el fiscal (menor recaudación), sino que también incidirá sensiblemente en la actividad económica y complejizará el escenario inflacionario”.
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Ese escenario se disparó en medio de una sangría en las reservas del Banco Central, que sólo en esta semana se desprendió de USD 554 millones en el MULC, producto de la exigua liquidación del agro y de una demanda neta de privados que se muestra persistente pese a las restricciones vigentes. Si se suman los 17 días de marzo, la autoridad monetaria acumula un rojo de USD 879 millones; pero, si el conteo es desde el inicio del 2023, el derrumbe superó los USD 1.961 millones.
“Como resultado, las reservas internacionales brutas ya perforaron los USD 38.000 millones, al tiempo que las netas (según la metodología del FMI) ya estarían por debajo de los USD 1.500 millones, cayendo más de USD 6.000 millones en lo que va 2023. A su vez, más allá de la esperada flexibilización acordada con el Fondo en la meta para el tercer trimestre, el BCRA aún se ubicaría lejos de los niveles necesarios como para cumplir incluso con una meta flexibilizada”, aseguró Equilibria.
Con ese clima de fondo, los fantasmas que acechan al Central para obligarlo a realizar una devaluación brusca se agrandaron en las últimas semanas, ya que el bajo nivel de reservas y los condicionamientos impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) le quitarían el poder de fuego a Miguel Pesce para intervenir en el mercado cambiario. El retorno del crawling peg al 6%, luego de la ralentización de los días previos al cierre de la semana buscó ponerle calma a una temprana presión alcista del dólar.
En búsqueda de más dólares
El canal financiero del BID había sido reactivado por Massa apenas asumió en el Palacio de Hacienda. Antes, el organismo crediticio había negado el desembolso de créditos de libre disponibilidad que había comprometido a la Argentina, cuestionando el plan del exministro Martín Guzmán. El entonces jefe del BID, Maurice Claver-Carone, había acusado al país de tener “falta de transparencia e integridad financieras”.
Massa participa la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores del BID y en la primera jornada de actividades, también se reunió con sus pares de Hacienda de Paraguay, Oscar Llamosas Díaz; de Uruguay, Azucena Arbeleche; y de Chile, Mario Marcel. Con el chileno “dialogó sobre la agenda de integración regional y energética, en particular sobre la exportación de Argentina hacia Chile tanto de gas como de petróleo”.
El Ministro mantuvo un encuentro con el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Ricardo Mourinho Félix, “con quién se avanzó en los proyectos de desarrollo conjunto”. “Actualmente la Argentina tiene una cartera que se ha firmado en los últimos meses por más de USD 200 millones. En este sentido, se dialogó sobre la posibilidad de ampliar estas líneas de crédito y sobre la agenda vinculada a las líneas de transmisión eléctrica”, destacaron.
