El desplome de los salarios de los argentinos continúa en medio de una crisis política donde Alberto Fernández ratifica a Martín Guzmán como ministro de economía, y una crisis económica donde el fenómeno de la inflación es la mayor preocupación para el Gobierno Nacional, sumado al aumento de tarifas. Así es como la Argentina se convirtió en el país del Cono Sur con mayor deterioro del poder adquisitivo, según el estudio que dio a conocer Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM).
Uno de los fundamentos del aumento de la pobreza, según algunos economistas, tiene que ver con la caída del salario del sector de los trabajadores, tema que Cristina Kirchner empezó a enunciar en sus apariciones públicas. En este sentido, la Distribución del Ingreso en Argentina en los últimos siete años cayó 86% en dólares, según el informe elaborado por Focus Market.
Por qué la precarización del empleo y los bajos salarios preocupan más que la desocupación
El decil más acaudalado del país recibe en promedio $98.481 pesos por persona, mientras que el decil más precario recibe en promedio $5953 pesos en promedio al mes de acuerdo a datos de INDEC del último trimestre del 2021.
Percepción de un ingreso promedio
Otro dato clave, es que el ingreso promedio per cápita total de la población alcanzó los $32.192. Es decir 29 millones de personas recibieron un ingreso promedio que si se corrige usando la mediana estadística percibieron un ingreso en el último trimestre del 2021 de $24.751 pesos, destaca el informe.
Martín Calveira, investigador del IAE Business School, escuela de negocios de la Universidad Austral y uno de los autores del Informe Económico Mensual (IEM), aseguró que si bien el último relevamiento del INDEC sobre la dinámica salarial correspondiente a febrero 2022, informa que el total de salarios creció 52,3% respecto al mismo mes de 2021, es una variación heterogénea dado que compone al sector registrado y no registrado. Mientras que el sector formal presentó una recuperación interanual de 55,3%, el sector informal tuvo una recuperación menor, en torno al 40%.
Y agregó, “en períodos de aceleración inflacionaria, el poder adquisitivo de los salarios se ajustan notoriamente. Los costos sociales se materializan en la contracción del consumo y menor cantidad de personas que no acceden a la canasta de alimentos. Este es un factor determinante para la evaluación de la política de estabilización económica futura”.
“Argentina está teniendo varios inconvenientes. Desde el punto de vista macroeconómico los desequilibrios fiscales y monetarios llevaron en los últimos años a que la pérdida de valor del peso destruya el ingreso de los argentinos”, explica Damián Di Pace, especialista mercados, consumo y economía.
“Por otra parte, la contracara en la microeconomía es una economía que no crece en términos reales en los últimos años por lo cual no se puede distribuir aquello que no se produce”, finalizó el especialista.
CP