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Argentina "perdió el tren" de los grandes proyectos forestales y de celulosa en el mundo, aseguraron expertos

El mercado argentino no está en condiciones de atraer inversiones que alienten el desarrollo forestal y la instalación de plantas medianas para producción de papel. Para ello, se requieren cambios en materia legislativa. Situación que si contemplaron países vecinos como Brasil y Uruguay.

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Las consecuencias de la deforestación en Santiago del Estero y Chaco. | Greenpeace

Para que la actividad maderera y forestal sea rentable en la Argentina, se deben generar condiciones para instalar industrias de la madera sólida o bien generadoras de energía para estimular la forestación. Hoy no hay demanda que exceda el 1,2 millón de hectáreas sembrada con árboles destinados a la actividad forestal. Argentina podría hasta quintuplicar esta cifra, pero no hay destino para dicha producción. Una situación diferente vive países como Brasil e incluso Uruguay que en la última década generaron las condiciones necesarias para atraer mega inversiones.

Así lo expresó Daniel Maradei, ex director nacional de Forestación, creador de la ley 25.080, quien reconoció que la Argentina “perdió el tren” en materia de desarrollo forestal, y principalmente en el desarrollo de su producción de pasta celulosa, ya que indicó que “no creo que sean factibles realizar grandes proyectos celulósicos de fibra corta en la Argentina” mientras que en Brasil, y puntualmente en Mato Grosso do Sul, hay proyectos en marcha para producir hasta 15 millones de toneladas de pasta de fibra corta para papel de impresión y escritura.

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Perdimos el tren: no hay mucho espacio en el mundo para más plantas productoras de pasta celulosa aunque sí podríamos generar el papel marrón que estamos importando y que nos genera un déficit histórico cercano a los 500 millones de dólares anuales”, explicó Maradei en diálogo con el programa Nuestra Tierra, que se emite por Radio Perfil.

Consignó que este tipo de emprendimiento podría concretarse con la construcción de una planta mediana en provincias como Corrientes, donde se cuenta con la materia prima en exceso en este distrito mesopotámico. “Para este producto hay una demanda local y regional”, expresó.

Industria forestal
Industria Forestal

Además lamentó que la Argentina no lograr concretar la instalación en las últimas décadas en el país de una industria maderera y pasta celulosa de escala mundial, tal como si sucedió en el caso de Brasil y Uruguay. “Aquí se le pusieron trabas a los inversores y se hicieron proyectos fantasmas para taponar la posibilidad de que se instalen nuevas industrias en Misiones. También se hizo una ley de tierras que impidió a los extranjeros disponer de ellas y de su materia prima”.

“Y tuvimos -agregó- una macroeconomía que no le permitía tener garantías de hacer mega inversiones: ya que construir una planta moderna como la de la compañía brasileña Arauco en el Mato Grosso, demanda unos 4.600 millones de dólares solo la parte industrial y a lo que hay que agregar plantar 60 mil hectáreas por año para esto proyecto mientras que Argentina, en total planta solo 20 a 30 mil hectáreas”.

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Recordó que en Uruguay están funcionando tres plantas de producción de celulosa y comentó que el rechazo argentino para su instalación en el vecino país “fue la gota de cianuro para el sector forestal local, ya que, a partir de ese momento, las grandes empresas internacionales reconocieron que no podían invertir en la Argentina, por entender que la política local estaba en contra del sector”.

“Por ello, no invirtieron, nos tuvieron miedo. Consideraban que tener cerrado un puente por cuatro años era una política de Estado” tal como sucedió con el conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de la planta de Botnia, explicó Maradei.

madera
Reservas de madera

Falta de incentivo forestal

El ex director nacional de Forestación consideró que “mientras no tengamos un proyecto que consuma estos altísimos niveles de madera, que hoy genera Argentina, no tiene sentido seguir forestando: así va a seguir bajando el precio de la madera y habrá exceso de oferta. La única salida es promover la radicación de industrias de la madera sólida y de generación de energía para generar demanda”.

Consignó que Brasil cuenta con un área forestal de unas 10 millones de hectáreas, y Argentina supera apenas 1,2 millón, mientras que Uruguay también cuenta con 1 millón de hectáreas.

Maradei comentó que la ley 25.080 aprobada para incentivar a la actividad forestal en la Argentina “no cumple con los objetivos para la que estaba destinada: hoy debemos estar plantando solo entre 20 a 30 mil hectáreas por año, mientras que tras sancionarse la norma se llegó a cultivar hasta 100 mil hectáreas anuales”.

Madera
Aserraderos

“Hoy la ley está desfinanciada y burocratizada: además los apoyos a los pequeños y medianos productores forestales están prácticamente eliminados desde hace dos años, y el valor de la madera sigue estando excesivamente bajos respecto a los países vecinos por tener baja demanda”, explicó el ex funcionario y especialista en el sector forestal.

La exportación de madera argentina tampoco resulta viable a partir del tipo de cambio y la retracción que reporta un mercado interno, el cual incluso le conviene importar materia prima y hasta productos terminados. “Hay varios aserraderos de la zona núcleo forestal, es decir de la Mesopotamia, que se están vendiendo y reduciendo muchísimo su actividad por falta de demanda y no por falta de materia prima”, explicó Maradei.

HM / Gi