En una decisión histórica de impacto global, 130 países. entre ellos Argentina, acordaron una reforma fiscal internacional para gravar a las multinacionales con un impuesto de “al menos el 15%”. que evitará la competencia fiscal entre las naciones y la radicación de las empresas en paraísos fiscales para no pagar impuestos.
La iniciativa fiscal contó con el impulso del gobierno de Joe Biden y con el visto bueno del gobierno argentino, que, sin embargo, se había expresado a favor de una tasa más alta a través de su ministro de Economía Martín Guzmán.
“Tras años de trabajo y negociaciones intensas, este paquete de medidas históricas garantizará que las grandes empresas multinacionales paguen su parte justa de impuestos en todo el mundo”, declaró el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), citado en un comunicado.
Acuerdo internacional sobre un impuesto global a las empresas multinacionales
El pacto fue alcanzado menos de un mes después de la cumbre del G7, en la que las economías más ricas pactaron un impuesto mínimo para las grandes multinacionales. Un pequeño grupo de países, entre los que se encuentran Irlanda y Hungría, muy reacios a firmar la propuesta de acuerdo que se estaba negociando, no firmaron la declaración, según la lista facilitada por la organización.
China, cuya posición era muy esperada, y los países generalmente considerados como paraísos fiscales, se sumaron al pacto.
“Las multinacionales ya no podrán enfrentar a un país contra otro en un esfuerzo por reducir los impuestos y proteger sus beneficios a expensas de los ingresos públicos”, reaccionó el presidente estadounidense Joe Biden en un comunicado. “Ya no podrán evitar el pago de su parte justa ocultando los beneficios generados en Estados Unidos, o en cualquier otro país, en jurisdicciones de menor imposición”, añadió.
Por su parte, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, celebró un “día histórico para la diplomacia económica”.
Para el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, se trata del "acuerdo fiscal internacional más importante alcanzado en el último siglo", mientras que su homólogo alemán Olaf Scholz saludó "un paso colosal hacia una mayor justicia fiscal".
La declaración conjunta, que se basa en el acuerdo alcanzado en el G7 a principios de junio, prevé también un reparto "más justo" de los beneficios entre los países donde las empresas tienen su sede y aquellos en los que realmente desarrollan sus actividades, incluso sin presencia física. Esta parte está dirigida en particular a gigantes digitales como Facebook y Google.
“Este plan de dos pilares será de gran ayuda para los países que necesitan movilizar los ingresos fiscales necesarios para restablecer sus presupuestos y finanzas públicas, al tiempo que invierten en los servicios públicos esenciales, en las infraestructuras y en las medidas necesarias para una recuperación sólida y sostenible después de la crisis”, sostuvo la OCDE en su comunicado.
“Este paquete de medidas no acaba con la competencia fiscal, ni lo pretende, sino que busca limitarla según las normas acordadas multilateralmente", insistió Cormann.
La posición de Argentina respecto del impuesto global
En reiteradas ocasiones, el Gobierno expresó su adhesión a la iniciativa, aunque reclamó un impuesto más alto. “La tasa mínima corporativa global del 15% es demasiado baja. Hay un riesgo sustancial de que termine siendo de hecho la tasa máxima. Desde Argentina consideramos que una tasa del 21% sería mejor, una del 25%, aún mejor”, expresó esta semana Guzmán en un panel organizado por el G24 y G24 y la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT).
“Existe un riesgo sustancial de que los países en desarrollo obtengan muy bajos ingresos”, agregó el funcionario.
El Gobierno planteará un impuesto mínimo global del 25% para las empresas multinacionales
Aplicación del impuesto en 2023
Los participantes en las negociaciones se dieron plazo hasta octubre para "finalizar los trabajos técnicos" y preparar "un plan para su aplicación efectiva en 2023".
La crisis sanitaria, que hizo que los Estados gasten masivamente para hacer frente a la pandemia y apoyar sus economías, reforzó la voluntad política de alcanzar este acuerdo, que aumentaría los ingresos fiscales.
Según la OCDE, con una tasa de al menos 15%, el impuesto mínimo mundial generaría unos 150.000 millones de dólares de ingresos fiscales adicionales al año en todo el mundo.