Desde Mendoza
La crisis de las cuencas lecheras y los tambos es una preocupación, según reconoció ayer el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que participó en Mendoza de la apertura de la Vendimia. Una semana atrás, La Serenísima cerró una planta en Santa Fe, mientras que la otra gran láctea, Sancor, también acumula deudas y problemas.
“La Serenísima cerró una planta pero también abrió otra. Eso es una decisión empresaria sobre la que el Gobierno no puede opinar”, indicó en diálogo con PERFIL. “En el caso de Sancor, el año pasado aportamos $ 250 millones para que pueda recomponer su situación y terminó convalidando subas salariales que estaban por arriba de sus posibilidades”, remarcó. “Este año no va a haber un aporte similar”, dijo.
Los $ 250 millones fueron un crédito concedido a través de Fondear, del Ministerio de Producción, a partir de la presentación de un plan de negocios por parte de la empresa. Ahora, la láctea de Santa Fe y Córdoba negocia un crédito por US$ 450 millones para capear la crisis, sin aportes del Estado, según publicó El Cronista.
Sancor atribuyó su situación al estado general del sector. La Serenísima también había explicado a raíz del anuncio del cierre de su planta en Rufino, Santa Fe, que estaba procesando menos leche de la necesaria para justificar la operación. La producción de lácteos cayó un 10% el año pasado y en lo que va de éste, por las inundaciones en la principal cuenca lechera, se derrumbó hasta un 20%.
Para Buryaile, Sancor “debería reconfigurar sus operaciones”. Y mientras el ministro destacó los aumentos de salarios como parte de uno de los problemas financieros, los representantes del sector de los trabajadores atribuyen los problemas a malas decisiones de endeudamiento, con altas tasas. El ministro manifestó su preocupación por la situación de la empresa que nació como una cooperativa. “Son muchos puestos de trabajo”, dijo.
El año pasado, Sancor tuvo pérdidas por $ 2.400 millones, vinculadas en parte a la caída de exportaciones a Venezuela y el retraso en los pagos desde Caracas, pero tuvo un alivio al vender parte de su operación de yogures, postres y flanes al grupo Vicentín.
Economías regionales. Si bien Buryaile señaló al lácteo como uno de los sectores de mayor preocupación, de visita en Mendoza, no pudo escapar a los reclamos por la caída de la actividad vitivinícola, que se suman a los problemas de productores de frutas y verduras. En los próximos días prevén reunirse con los productores de peras y manzanas pero anticipó que “no hay soluciones de subsidios”.