El viernes la presidenta Cristina Fernández visitó la sede del Invap en Bariloche, inauguró el Centro de Ensayos de Alta Tecnología y destacó el avance en ciencia y tecnología. Pero el área que el Estado promueve para “generar valor agregado” y “mejorar la competitividad” corre riesgo por políticas del mismo gobierno como las restricciones a las importaciones que dejan sin insumos a los laboratorios de los organismos públicos y al sector privado.
Según denunció la Cámara de Instrumental y Aparatos de Control (Cadiac) en una nota enviada a sus clientes y también al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por la falta de aprobación de los permisos de importación –las declaraciones juradas anticipadas conocidas como DJAI–, faltan insumos para verificar calidad del agua, alimentos y medicamentos tanto para el mercado interno como para exportación. “No se puede exportar sin estos controles de calidad porque no se cumplirían las normas internacionales”, explicó uno de los directivos de la Cámara, Eduardo Buonomo. Estimaciones del sector calculan que por la falta de controles se ponen en riesgo al menos US$ 2 mil millones en exportaciones.
Por las restricciones a las importaciones, la falta de productos alcanza a organismos estatales de control de alimentos como la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat-INAL), el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el Instituto Nacional de Medicamentos (Iname), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y los laboratorios bromatológicos provinciales y municipales. La lista coincide con el detalle de otros importadores y no es la primera vez que el “cepo” irrumpe en los intereses de la política estatal. En los últimos meses, también se resintió la entrada de podadoras y bordeadoras utilizadas por los municipios en el marco del plan Argentina Trabaja.
El largo listado de organismos del Estado que se ven afectados por la falta de aprobación de las DJAI de Moreno y sus “veinte operadores de confianza”, además incluye al control de importaciones y exportaciones de AFIP-Aduana, así como el control de aguas y medioambiente de la Acumar, del Ministerio de Salud. También el instrumental para análisis forense y la detección de droga.
“No se importa nada que se fabrique acá”, explica Alejandro Auffenfeld, otro de los integrantes de la cámara y representante local de tecnológicas internacionales. Tampoco podrían sumarse a la sustitución de importaciones por la tecnología involucrada, pero principalmente por el volumen que el mercado interno no justifica. El total de compras al mundo de este sector alcanza los US$ 100 millones.
Las empresas explican que por el freno importador, se complica también el cumplimiento de las licitaciones públicas, según señala un empresario que ya tuvo que presentar tres pedidos de prórroga para entregar equipos al Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio, de remediación ambiental de lugares donde se desarrollaron actividades mineras.
Así, mientras Cristina destacaba que el Invap más que quintuplicó su facturación en diez años, en el predio de eventos de Parque Norte terminaba la Exposición de la agrupación de proveedores de instrumental analítico donde abundaron carteles para señalar que “la falta de equipos se debe a la no liberación de las DJAI”. Otras empresas recibieron a modo de préstamos equipos para poder exhibirlos, como el caso de un stand que provee máquinas a la Comisión Nacional de Energía Atómica.
“Quiero más ingenieros, más estudiantes en el (Instituto) Balseiro, más científicos, más satélites, más radares, más ciencia, más tecnología, más Argentina”, dijo Cristina el viernes –y lo resaltó por Twitter ayer–. Pero a las mismas empresas a las que le pidieron que vayan a Tecnópolis a “mostrar ciencia” no le aprueban los insumos.
La larga lista de sectores comprometidos por faltantes de máquinas e insumos vinculados al sector de laboratorios incluyen además a la industria alimenticia, la farmacéutica, la química y petroquímica, petrolera y automotriz, entre otras ramas