El Gobierno puso fin a una medida polémica, el peso mínimo de faena para la ganadería bovina, decisión que fue muy resistida por la cadena ganadera en tanto fijaba un límite para poder mandar animales al frigorífico. Según la postura oficial, la derogación le dará una mayor flexibilidad a los productores para tomar decisiones, favoreciendo la interacción espontánea entre oferta y demanda.
En palabras del reconocido analista de la cadena cárnica Víctor Tonelli, establecer un peso mínimo de faena "no servía para nada". Algo similar opinó en diálogo con PERFIL el Lic Miguel Gorelik, con una larga trayectoria en la cadena de ganados y carnes de la Argentina y la región al considerarla una "medida absurda". "Esta nueva derogación viene a poner un poco de orden en el mercado", señaló esperanzado, aunque puso reparos en los tiempos definidos por el gobierno: "lo que no se entiende es por qué se espera hasta el 1ro de enero para su entrada en vigencia", puntualizó.
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Vale recordar que desde 2007, distintas normativas intentaron intervenir en la dinámica del mercado de ganados y carnes mediante la imposición de un peso mínimo de faena, con sus últimas modificaciones en 2018 y 2019, fijando un piso de 140 kg res para hembras y 165 kg res para machos.
De todos modos, los expertos en el sector detallan que la experiencia de casi dos décadas ha evidenciado que tales restricciones no han logrado mejorar de manera sostenida la productividad ni la calidad.
En palabras de Gorelik, director de Valor Carne, "La regulación sobre peso mínimo de faena ha sido una de las tantas medidas absurdas e inconducentes tomadas durante los gobiernos kirchneristas con respecto a la ganadería, no existe en ningún lugar del mundo, su vigencia no va a impedir que los productores con perspectivas negativas con respecto al sector produzcan menos ni su eliminación va a convencer a ninguno que tiene que mandar terneros para faena", explicó tras conocerse la decisión oficial
Por su parte, Tonelli calificó la decisión de fijar un peso de faena como "una medida absolutamente retrógrada que no llevaba a ningún lado, que lo único que hacía era estimular la informalidad, en tanto la gente declaraba más peso para no incurrir en incumplimientos, pero se seguía con un animal muy liviano". Según su mirada, "nunca cumplió ningún objetivo, fue una medida muy mal impuesta por funcionarios que, al tiempo que ponían el peso mínimo de faena para incrementar el peso de faena, ponían limitaciones a la exportación, que era un contrasentido absoluto, sólo posible en la cabeza de gente que no tenía la menor idea de lo que estaba haciendo", dijo en tono crítico.
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Según consigna en un comunicado del día de la fecha la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y de la Nación, los datos históricos muestran que el peso medio de faena presenta importantes oscilaciones desde 1998, derivadas principalmente de factores climáticos, condiciones del mercado, restricciones a las exportaciones, y precios relativos, más que del cumplimiento de la normativa sobre peso mínimo.
Paralelamente, la evidencia internacional indica que países sin este tipo de regulaciones han alcanzado pesos promedio significativamente superiores, confirmando que la eficiencia productiva no depende de este tipo de intervenciones.
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En palabras de Tonelli "era una medida que nunca cumplió el objetivo para el que fue planteado porque, incrementar el peso final de faena o los kilos producidos por animal, no se logran poniendo cepos o limitaciones al peso mínimo, sino todo lo contrario, estimulando el peso más alto posible", explicó a PERFIL, al tiempo que recordó que "eso se logra a través de la apertura y la libertad de las exportaciones, algo que ahora ocurre y que efectivamente estamos viendo el resultado de cómo el peso de faena se va incrementando año a año y mes a mes", dijo.
La postura en contra de la medida de Miguel Schiaritti de la CICCRA
En tanto, uno que opinó en disidencia fue el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA), Miguel Schiariti, al considerar que la eliminación "no es una buena medida".
"Va en contra de las necesidades de la producción de carne en la Argentina", señaló a PERFIL, al tiempo que agregó: "Los argentinos perdimos 12 millones y medio de cabezas en el 2009 por las medidas de Guillermo Moreno y hemos recuperado nada más que 4 millones, es decir que estamos produciendo menos carne y en este momento, a raíz de esa medida, del peso mínimo hemos logrado elevar el peso mínimo de faena a 232 kilos. Esto va a volver a bajar el peso de faena y al caer el peso de faena vamos a producir más carne, vamos a faenar más animales para producir la misma carne que producimos hoy", comentó.
En su mirada, la única manera que tiene la Argentina de recuperar protagonismo en el mercado internacional de carnes es aumentar las exportaciones, algo que no sucedería si se produce la misma carne que hoy.
"Para mí no es el momento de tomar una medida de esta naturaleza. Lo que había que hacer con esa resolución es eliminar la caución que generaba multas, porque cuando uno recibe la faena, la tiene que faenar, pese a lo que pese, y entonces eso le generaba multas a la industria frigorífica consumera, básicamente, y no resolvía el problema ni de la faena del liviano ni del aumento de la producción"; argumentó.
Pero tuvo a bien agregar que quitar el peso mínimo de faena "no es una buena medida en mi juicio", completó.
Una medida que "no servía para nada"
"Finalmente se liberó, no servía para nada", dijo aliviado el consultor Víctor Tonelli, al tiempo que agregó: "los controles nunca funcionaron. Nunca cumplió el objetivo para el que se puso", aseguró. "De modo tal que yo aplaudo la medida, en todo caso una regulación que no nos llevaba a ningún lado".
Con este nuevo esquema, Tonelli espera que ahora se dé la dinámica inversa. "Sí espero ahora, con libertad de exportaciones como tenemos desde hace un año y medio, con una vuelta obviamente de un buen clima y una vuelta a las recrías para hacer más kilos en la etapa pastoril, que efectivamente pasemos a incrementar el peso de faena, pero a través de estímulos y no de prohibiciones".
Para Miguel Gorelik la única duda es la fecha de entrada en vigencia de la norma: "Lo que no se entiende es por qué se espera hasta el 1ro de enero para su entrada en vigencia, pero finalmente debe ser tomada como una medida bienvenida"; concluyó.
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