El sorpresivo giro del Banco Central a Tesorería de 80 mil millones de pesos en los primeros días de julio encendió luces de alerta sobre el déficit fiscal de cara al segundo semestre del año, en el cual se advierte un frente de tormenta debido a la expansión en la emisión monetaria y sus consiguientes efectos sobre el dólar y la inflación.
Durante el primer semestre del año, la gestión del ministro del Economía, Martín Guzmán, fue prudente en el manejo fiscal, manteniendo con mayor orden el balance contable del Estado, minimizando el recurso de la emisión monetaria.
En esa primera parte de 2021, el Gobierno se vio favorecido por el fuerte aumento de los granos, lo que generó una recaudación impositiva adicional vía retenciones que no estaba contemplada en el Presupuesto de este año, a lo que hay que sumar el impuesto a las grandes fortunas.
Pero comenzado el segundo semestre, con el inexorable aumento del gasto público de cara a las elecciones y sin tener ya esos ingresos adicionales, el frente fiscal lleva cada día más a que el Ejecutivo recurra a la emisión monetaria para solventar el déficit primario.
Frente a este panorama, los especialistas coinciden en que la emisión monetaria de aquí hacia fin de año se ubicará en un rango de 150 a 200 mil millones de pesos mensuales, a lo que habría que agregar lo que paga el BCRA en concepto de intereses por Leliq y pases, con lo cual la cuenta da una cifra superior a los 300 mil millones de pesos por mes.
En ese sentido, David Miazzo, economista jefe de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina), recalcó que “hay una aceleración del gasto, aumenta el déficit, y gran parte de eso va a requerir mayor emisión monetaria”.
“El agujero fiscal se cubre con deuda o con emisión. El endeudamiento externo está cortado. Entonces lo que queda es el financiamiento interno, y hay vencimientos de deuda en el segundo semestre por 2,3 billones de pesos, de los cuales 500 mil millones son solo en agosto. Esto se viene refinanciando pero con estos niveles no hay margen para aumentar el financiamiento local. Por lor tanto, existe una alta probablidad de que todo vaya a financiamiento monetario”, recalcó Miazzo.
Empleo: mujeres piden 20% menos de sueldo que varones
El especialista estimó un déficit de tres puntos del PBI en el segundo semestre, cerca de 1,2 billones de pesos. “Aquí venimos con una emisión de 55 mil millones de pesos en abril, 50 mil millones en mayo, 90 mil millones en junio y 80 mil millones en los primeros 12 días de julio. Vamos a tener un promedio de 200 mil millones de pesos por mes de emisión para financiar el gasto público. Lo grave de esto es que puede ir casi todo a inflación y hacia el dólar, lo que significa devaluación y más brecha cambiaria. Alimenta la brecha y genera más distorsiones de precios”, explicó.
También puntualizó que no hay que perder de vista el panorama de los pases y las Leliq y su peso en la emisión global. “Ahí tenemos stock de 3,6 billones, contra una base monetaria de 2,8 billones, más pases. A eso hay que sumarle los 3,6 billones. Eso genera una emisión de intereses de 1,6 billones de pesos al año, es decir, déficit cuasi fiscal. Si mensualizamos esto, son 135 mil millones de pesos, lo que sumado a los 200 mil millones de emisión para Tesorería, se terminaría emitiendo por mes más de 300 mil millones de pesos”, advirtió.
Por su parte, Guido Lorenzo, de la consultora LCG, consideró que “era esperable que se viera un aumento de la emisión monetaria, una política fiscal de mayor gasto en el segundo semestre, y el déficit se viera influenciado por los pagos a jubilados y más gasto de personal”.
“En materia fiscal, el segundo semestre va a ser más expansivo pero también más duro para conseguir el financiamiento necesario. Lo que vino haciendo hasta ahora el Tesoro es renovar los vencimientos que tenían y acumular algo. Eso se va a terminar, con la obsesión de crear un clima bueno o no tan malo previo a las elecciones y ahí necesariamente se van a necesitar muchos recursos, los cuales ahora no son muy abundantes. Por lo que en ese sentido va a tener que complementar con emisión monetaria”, subrayó el economista.
Estimación anual. Lorenzo expresó que “en el Presupuesto está previsto el 4,2% de déficit para este año, y esperamos que se cumpla”. “En el primer semestre hubo una política fsical prudente, aunque pienso que eso se va a revertir en el segundo semestre. Hubo ingresos extraordinarios en el primer semestre por retenciones, aceleración de la inflación y el impuesto a la riqueza. Eso no se va a tener en el segundo semestre, lo cual hace prever que para el próximo año el panorama fiscal sea más complicado”, agregó.
Elecciones en años impares. En estos últimos días, el propio ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel advirtió que “arrancó la emisión del segundo semestre”, un fenómeno que, en definitiva, se reitera en los años impares.
Precisamente, con excepción de 2009 y 2017, la monetización de la segunda mitad de cada año es ostensiblemente superior a la de la primera, llegando a ser seis veces mayor en 2019.