Las empresas nacen creadas por un dueño o grupo empresario con el propósito de crear valor y generar resultados financieros y sociales de mediano y largo plazo.
Por lo general, empiezan operando en un sólo país, en donde conocen a los clientes, a la cadena de valor, tienen o desarrollan proveedores y saben quiénes son sus competidores.
Además crean sus productos o servicios acorde a las preferencias de sus consumidores, establecen un precio, pueden calcular sus costos, sus márgenes y contratar a la gente que les va a permitir ejecutar de la mejor manera posible su estrategia.
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De cada 10 empresas que nacen sólo 2 sobreviven al cabo del tercer año, por lo cual el riesgo que asume cada organización en su etapa inicial es elevado y un factor clave en el éxito es conocer el mercado en el que se lanza, que no es otra cosa que la arena en la cual empieza a competir, midiéndose con otras compañías preexistentes, mientras busca seducir a los consumidores y conquistar market share, con el precio justo, creando valor para los accionistas.
Superada la etapa inicial la empresa se consolida, valida su plan de negocio y desarrolla su estrategia de internacionalización, por la cual evalúa mercados del exterior y deberá realizar contrataciones en otros países, repitiendo en mayor o menor medida lo que hizo al nacer, pero buscando ahora apalancar el crecimiento en ciertos factores internos y externos que le permitan minimizar los riesgos y maximizar los beneficios.
Qué analiza una empresa para instalarse en un país
Existen condiciones económicas clave que una empresa solía analizar para instalarse un país, porque lo primero que va a hacer es buscar un retorno de la inversión en el menor tiempo posible, por lo cual las condiciones de previsibilidad, el tamaño del mercado, el talento y la capacidad de los potenciales empleados, las garantías jurídicas y la protección societarias que deberá tener la entidad, la flexibilidad para contratar y el costo de la inversión inicial y el capital de trabajo, son las variables más relevantes.
Además de poder pensar en una sustentabilidad de mediano largo plazo que no implique vaivenes o tener que cerrar las operaciones y desvincular la nómina contratada, o tener que liquidar los bienes adquiridos, porque todo ello también implica un costo de salida que debe analizarse.
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Muchos de estos factores se han mitigado mucho en la pos-pandemia y con la tecnología al servicio del hombre, pueden montarse equipos de trabajo remotos y realizar contrataciones a distancia con menores costos y mejores resultados para las empresas, favoreciendo la internacionalización o regionalización de las organizaciones pero disminuyendo la necesidad de realizar inversiones de gran tamaño, por lo que países como Argentina se ven beneficiados indirectamente porque se logra emplear mayor cantidad de gente que trabaja directo para el exterior, pero sin recibir inversiones directas por parte de las empresas.
Esto quiere decir que se favorece la economía de consumo porque el sueldo que recibe un desarrollador de software que es empleado por una empresa americana se gasta en bienes y servicios de nuestro país, pero la empresa no tiene ningún otro interés por instalarse y permanecer en nuestro territorio, por lo cual el producto se desarrolla para el exterior, se consume y compite en otros mercados y la sociedad en general no percibe mejoras de esas actividades.
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Entonces en esta década empiezan a verse desdobladas la necesidad de instalarse en un país para expandirse, porque pueden contratarse equipos numerosos y coordinarse desde el exterior, aprovechando nada más la mano de obra relativamente barata del país, sin que aportemos ninguna otra ventaja competitiva para los empresarios del exterior, e incluso haciendo que para los empleadores locales sea más difícil encontrar el talento necesario, porque son seducidos por la remuneración en dólares que reciben desde empresas extranjeras.
Con este nuevo escenario, son muchas las empresas argentinas que empiezan también a mirar mercados extranjeros, en donde buscan colocar sus productos y servicios para generar fuente de ingresos nuevas, con algunos costos dolarizados pero con la mayor estructura instalada en nuestro país.
Instalarse en otro país y contratar equipos de trabajo es desde hace un par de años una realidad distinta para muchas empresas, sobre todo para aquellas que mantienen una estrategia flexible y los perdedores son los conglomerados más grandes y rígidos que aún no han podido adaptarse a las nuevas tendencias que tanto los consumidos, como los empleados y las empresas nativas digitales demuestran que son condiciones necesarias para competir, innovar y mantenerse vigentes a lo largo del tiempo.
* Co-Founder & COO High Flow Latam