La pérdida de puestos de trabajo en el periodismo llega a 3 mil entre 2015 y este año, según los cálculos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba). Pese a la crisis general de los medios, un relevamiento muestra que los problemas de ingresos y empleo se agravan en el caso de las mujeres.
"El 61% de las periodistas hoy necesita más de un trabajo para poder sustentarse", sostienen los datos de una encuesta a periodistas mujeres de todo el país realizada por Fopea y CIO sobre 405 casos, entre octubre y noviembre, y presentada esta semana.
El 70% de las mujeres trabaja en relación de dependencia, el 39% es cuentapropista (freelance o emprendedora) y el 14% de las periodistas están desocupadas.
Entre los problemas que se resaltaron en el sector de prensa, se marca la falta de diversidad y equidad en las redacciones, la desigual remuneración por igual tarea, la falta de acceso a los puestos de dirección y el encasillamiento en secciones consideradas "blandas", como cultura y belleza. En las cúpulas de los medios hay solo un 12% de mujeres. Además, el 71% de las mujeres periodistas tienen jefe directo varón.
En ese marco, el 72% de las encuestadas creen que en las empresas de medios las mujeres tienen menos oportunidades de crecimiento que los varones y el 77% estimó que no ganan lo mismo que sus pares hombres.
Cobertura. La participación de las mujeres impacta en el tratamiento de la información, con una mirada que promueva la diversidad y no perpetúe la violencia contra las mujeres, además de la construcción de una agenda de género de forma transversal. Así lo señalaron en la presentación de GENma, una red formada por las periodistas Noelia Rivero y Carola Birgin y organizaciones como Media Chicas, Chicas Poderosas, Chicas que Programan, Sembra Media, Google News Lab, Red Laboral de Periodistas, Fopea y La Mañana.
El 61% de las periodistas necesita más de un trabajo para poder sustentarse
En el tratamiento de las notas, el 66% de las encuestadas dijo que buscan que las mujeres estén representadas equitativamente en las notas. Pero el 52% marcó que los medios donde trabajan las encuestadas no impulsan el periodismo con perspectiva de género. Para la mayoría (78%), los medios deberían tener un área que impulse la perspectiva de género en la cobertura.
"No hay que esperar al femicidio o al hecho de violencia. ¿Por qué están pasando estas cosas? Hay que abrir el debate, dar herramientas para la prevención", señaló la periodista Bárbara Read, de La Mañana.
Tras la denuncia de violación de la actriz Thelma Fardin, se remarcó que "en algunos temas hay que resignar los clicks y mantener la responsabilidad como comunicadores sociales".
Acoso. Según los datos generales, el 28% de las mujeres son víctimas de acoso sexual en la actividad periodística, mientras que el 43% consideró que fue discriminada por ser mujer. Para el 58% el problema es combinar la vida familiar y el desarrollo profesional. Los promedios, sin embargo, son engañosos. Cuando se mira por edades, para las periodistas más jóvenes el acoso sexual es el principal problema: el 63% fue víctima de acoso y de discriminación. La medida baja un poco entre los 26 y los 35 años: el 42% fue acosada y el 55% se siente discriminada.
De firmar una nota, a la mesa chica
En los últimos años, la perspectiva de género empezó a ganar espacios en los medios. La irrupción de Jessica Bennet como la primera editora de género del New York Times impulsó meses más tarde al diario El País de España a crear su corresponsalía de género, a cargo de Pilar Álvarez. También bajo esos ejemplos, PERFIL sumó en septiembre de este año a la filósofa Diana Maffía como su defensora de género.
En agosto pasado, el diario La Mañana de Formosa implementó la liencia por violencia de género para sus empleadas. En el plano internacional, a principios de este año, Carrie Gracie, editora de BBC China, denunció públicamente la brecha salarial entre hombres y mujeres en la compañía.
El caminó empezó a recorrerse en los '70, cuando Newsweek y The New York Times llevaron el tema de desigualdad a la Justicia. En el primer caso, 46 mujeres denunciaron a la empresa por impedir ascensos a las redactoras. En ese momento, las mujeres no podían firmar sus notas, por lo que denunciaron al New York Times por discriminación, lo que sentó un precedente a nivel internacional.
