A pesar de que el gobierno libertario jura que no intercede en el mercado para controlar el tipo de cambio, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) profundizó su intervención en el dólar futuro a lo largo de mayo al vender contratos por más de US$ 1.500 millones. Esta estrategia financiera, que no carece de riesgos, le permite al oficialismo anclar las expectativas cambiarias sin la necesidad de sacrificar reservas internacionales.
Según los datos difundidos por el BCRA, alcanzó una posición neta vendida de US$ 1.946 millones a fines del mes pasado. La cifra implica un incremento sustancial frente a abril, cuando el monto era de apenas US$ 409 millones. En términos netos, la entidad monetaria cerró contratos por US$ 1.537 millones en 30 días.
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Fuerte intervención del BCRA en el mercado futuro para controlar el dólar
El dólar futuro sirve para anticipar el precio al que se comprará o venderá la divisa estadounidense en una fecha determinada. A diferencia del llamado “dólar spot”, que es el tipo de cambio que se utiliza para operaciones inmediatas, no implica la entrega física de moneda, sino que se trata de un contrato que se liquida por diferencias. Es decir, llegado el vencimiento, una de las partes cobra o paga de acuerdo la evolución del tipo de cambio pactado respecto del real.
Este tipo de instrumentos forma parte del universo de los derivados financieros y se negocia en mercados formales y regulados como el Matba-Rofex. Cada contrato representa US$ 1.000 y puede utilizarse tanto para cubrirse frente a eventuales devaluaciones como con fines especulativos, en busca de ganancias por la variación del tipo de cambio.
El valor surge de una fórmula que ajusta el spot por la diferencia de tasas de interés entre pesos y dólares. En contextos donde las tasas en moneda local son superiores a aquellas nominadas en dólares, el precio del futuro suele ubicarse por encima del dólar oficial. Esto explica por qué los contratos con vencimiento a varios meses tienden a ser más caros: reflejan el costo de quedarse en pesos en lugar de pasarse a dólares.
Desde Max Capital destacaron que "la intervención (en mayo) se concentró mayormente en el contrato con vencimiento en diciembre, lo que arrastró momentáneamente tanto las tasas como el tipo de cambio spot". En otras palabras, permitió mantener el dólar actual en el orden de los $1.170/$1.200. El esquema cambiario actual está diseñado de forma tal que el BCRA solo puede comprar en el Mercado Libre de Cambios (MLC) cuando el oficial quiebra el límite de la banda inferior, hoy en $978.
Cómo funciona el dólar futuro
Vale recordar que el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no prohíbe este tipo de operaciones aunque establece que "las autoridades tampoco esperan intervenir en el mercado de futuros, excepto en casos de desorden en el mercado".
El economista del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (OPEN), Federico Machado, explicó que “los futuros se tranzan en pesos, no en dólares; pero en un esquema sin cepo, pesos y dólares pueden tener efectos equivalentes". Si bien no implica gastar billetes verdes en efectivo, impacta en su valor mediante la tasa implícita.
"Si yo puedo comprar un dólar futuro a dic-25 que vale $1.300, entonces puedo vender un dólar hoy a $1.180, colocar esos pesos al 2,6% mensual y comprar un dólar futuro para cubrirme. En dic-25 voy a tener $1.357 menos los $1.300 que compre en dólar futuro, más un dólar. Tendré un dólar + $57 (TNA en dólares del 9,6% con riesgo prácticamente nulo). Así, al vender dólar futuro, el BCRA incentiva que otros agentes vendan dólares", ejemplificó Machado.
Para la autoridad monetaria, esta dinámica es equivalente a desprenderse de moneda estadounidense y recomprarla al final del día a precio del futuro. Si la cotización sube, la entidad presidida por Santiago Bausili la recaptura a un mayor precio y emite pesos. Por el contrario, si el contrato baja, recompra más barato y absorbe pesos.
En ese sentido, la intervención no impacta directamente sobre las reservas internacionales, pero sí puede afectar la relación entre la base monetaria y las reservas netas, ya que en caso de que las ventas no logren contener el mercado, la autoridad monetaria podría verse obligada a emitir sin respaldo.
A eso se suma un elemento de incertidumbre: los agentes privados no tienen garantías de que el precio que fija el Central en el futuro coincida con el del mercado en el momento de la entrega, sobre todo si se mantiene por debajo de los límites de la banda cambiaria.
“Todo depende de que los incentivos traigan cada vez más jugadores a vender dólares y ganar tasa. Si se desanclan las expectativas, y las ventas de futuros no contienen el precio, el BCRA tiene que salir a emitir, reforzando el efecto de una corrida”, advirtió Machado.
Aunque el Banco Central publica mensualmente su planilla de reservas y liquidez en moneda extranjera, existe una falta de información pública detallada sobre la composición de los contratos vendidos. En concreto, no se especifica cuántos contratos corresponden a cada vencimiento, lo que limita la posibilidad de analizar con precisión el riesgo acumulado en cada mes.
Por su parte, el director de la consultora Outlier, Gabriel Caamaño, ofreció una lectura técnica sobre el funcionamiento de este instrumento. Bajo su perspectiva, los contratos futuros no son más que un arbitraje entre las tasas en pesos y el tipo de cambio spot. “Intervenir en futuros, bajando tasas implícitas, abarata la cobertura frente al costo de oportunidad de colocarse en pesos y por esa vía incentiva la venta de dólares y desincentiva la demanda en el mercado de cambios”, graficó.
Para Caamaño, esa intervención no puede entenderse sino como una forma indirecta de disciplinar el precio del dólar hoy: “Ergo, si alguien intenta explicarte que intervenir en futuros no es una forma de disciplinar el spot, fijate si todavía seguís teniendo la billetera”, ironizó. Y agregó una distinción conceptual clave: “Eso no quiere decir que esté mal o bien, porque los instrumentos no son malos o buenos. Todo depende del contexto, del para qué y del cómo los uses”.
MFN