El nivel de déficit aceptable para el próximo año por acreedores y el FMI es de “no más del 1%”, según los economistas. El analista Iván Carrino estimó a PERFIL que el déficit fiscal en 2019 “terminará entre 0,7 y 1%”, con lo cual juzgó que “mucho más que eso sería leído como una señal irresponsable”.
En ese sentido, el analista alegó que “la deuda ya no es sostenible en cualquier nivel de déficit, por eso la renegociación”. Carrino señaló que es necesario lograr “superávit” para la sostenibilidad de la deuda. No obstante, planteó que “con quita aprobada por el FMI, se puede demorar un poco más en alcanzar ese superávit”.
Un análisis de Delphos evaluó que “un nivel objetivo de 2% de superávit para dentro de 2 o 3 años, momento en el que se supone que se retomaría con el pago de intereses, sería razonable. Mayor presión impositiva y algunos cambio en las fórmulas indexatorias parecen ser los caminos para que las cuentas públicas mejoren en los próximos años”.
Sergi Lanau, del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), destacó en Twitter que el ministro de Economía, Martín Guzmán, “dijo que cualquier cosa mejor que 1% de déficit primario sería difícil para la Argentina el próximo año”. En ese marco, indicó: “Señalamos anteriormente sobre el programa del FMI que el ajuste al que apuntaba la Argentina está en el nivel más alto de lo que alcanzaron los programas anteriores, lo que lo hace políticamente difícil”.
Para los bancos, el margen que se impuso el gobierno anterior era de los más ambiciosos, por lo que consideran que hay posibilidad de negociar con el Fondo metas más flexibles. Guzmán se reunió hace dos semanas –cuando aún no era ministro– con la titular del FMI, Kristalina Georgieva. En la conferencia del miércoles, Guzmán afirmó que “el acuerdo con el FMI no funcionó, ya se cayó, por eso vamos con un programa distinto”, y reafirmó que “no tiene sentido recibir más desembolsos a efectos de servir la deuda en una situación como la actual de insostenibilidad”.