La negociación por la reestructuración de la deuda entró en la recta final y en el gabinete económico comenzaron a esbozar las alternativas concretas para finalmente cerrar un acuerdo con los acreedores externos. Para ello, se está revisando hasta dónde Argentina puede conceder quitas de intereses y mejoras de tasas de rendimiento.
El equipo que comanda el ministro de Economía, Martín Guzmán, está trabajando con absoluto hermetismo, pero tras la decisión de poner una última fecha de cierre del canje para el 2 de junio, intensifica su labor jornada tras jornada para lograr un consenso importante y acordar con los acreedores.
Según admitieron fuentes cercanas a la negociación, el gabinete de Guzmán está delineando cambios en la propuesta original que formuló el Gobierno en abril, en la que se estableció una quita del 62% en los intereses, del 5,4% en el capital y tres años de gracia. “En la quita de capital no habría mayores discusiones, el cuello de botella más importante es la quita de intereses y los tres años de gracia”, admitieron.
En las últimas horas, fuentes del mercado comentaron que Economía atenuaría la quita de intereses en poco más de un 10%, y llevaría el plazo de gracia a un año y medio. “Esto ya sería un punto de acercamiento importante, aunque todavía se está lejos de lo que verían con buenos ojos el grueso de los fondos de inversión”, aseguró un importante broker local.
Para diversos analistas del mercado, la negociación cerraría con una quita de intereses que se ubicaría alrededor del 35% al 40% y una mejora de la tasa promedio, que en la propuesta original figura en un nivel del 2,3%, que se elevaría alrededor del 4%. Esto implicaría que el Estado argentino tendría que pagar algunas tasas por los bonos de más largo plazo del canje de niveles de alrededor del 6,5%.
De concretarse estos puntos de consenso, el Estado les aseguraría a los acreedores un valor por cada lámina de 100 dólares en el orden de los 42 o 43 dólares, aunque los fondos piden mínimo un 50%, aspecto que tampoco estaría tan lejano para poder cerrarse.
De todas formas, en el medio de la negociación y del default “light” en el que entró el país, ya que no se pagó ayer un vencimiento de US$ 503 millones en bonos con legislación extranjera, continúan surgiendo muchos ruidos y trascendidos en torno a las conversaciones.
En primer término, en el mercado se sorprendieron notablemente cuando se conoció una comunicación del Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos, que está liderado por los fondos internacionales BlackRock, Ashmore y Fidelity, en la que celebró la extensión de las negociaciones con la Argentina por la deuda, pero al mismo tiempo se reclamó una discusión “directa e inmediata entre las partes”.
“Argentina anunció que extenderá por segunda vez su oferta de canje inicial, y los medios de comunicación informaron que no realizará los pagos de intereses vencidos de sus bonos”, indicaron los bonistas. En ese sentido, consideraron positivo que Argentina “haya expresado una intención de trabajar con los acreedores, pero las acciones hablan más que las palabras. Durante el último mes, Argentina no ha tenido prácticamente ninguna comunicación sustancial con sus acreedores”.
Optimismo. Casi al unísono, el ministro Guzmán afirmó que “las negociaciones continúan por un sendero que consideramos positivo. Mi visión es que estamos experimentando un mayor entendimiento mutuo entre las dos partes”, dijo en declaraciones exclusivas a la agencia Reuters.
El funcionario añadió, sin embargo, que “aún hay una importante distancia que cubrir, pero todas las partes están en la mesa para encontrar una solución. Para Argentina, es la esencia que el acuerdo esté alineado con la capacidad de pago del país”.
Estas diferencias “semánticas” entre el ministro y los acreedores, que se siguen arrastrando desde que comenzaron las gestiones por el canje de deuda, han generado una ola de rumores acerca de un “supuesto malestar” de algunos sectores del Gobierno con el titular de la cartera económica.
Ese malestar tendría que ver con la “exagerada” demora del Palacio de Hacienda en la elaboración de una propuesta, cuyo cierre fue postergado dos veces y que tuvo un nivel de adhesión inicial que no llegó al 18% de los acreedores.
Nuevo acuerdo de confidencialidad
El grupo de bonistas reestructurados, los que entraron a los canjes de 2005 y 2010, anunció que el Gobierno lo invitó a firmar un acuerdo de no divulgación junto a las otras agrupaciones.
“La República Argentina invitó a ciertos representantes del Grupo de Titulares de Bonos de Canje a firmar un acuerdo de confidencialidad para entablar negociaciones con el Ministerio de Economía sobre la reestructuración de la deuda de Argentina”, indicaron.
El Gobierno divulgó la oferta que había recibido de BlackRock en la primera etapa de negociación y que fue rechazada. En una segunda instancia, fueron los grupos de acreedores los que dieron a conocer sus contrapropuestas.
Ahora que comienzan a hilar más fino, el Ministerio de Economía quiere retomar el hermetismo que mantuvo antes de dar a conocer la oferta de canje.
“También aclaramos que, en contra de los comentarios de fuentes no identificadas en los medios de comunicación argentinos, el Grupo de Titulares de Bonos de Canje sigue comprometido con la propuesta de reestructuración integral que presentó la Argentina el 15 de mayo de 2020”, agregaron los bonistas representados por el abogado Dennis Hranitzky.