Los precios que refleja la canasta del Indice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) se corresponden con los de segundas o terceras marcas, según relevó PERFIL. El 65% de las compras en supermercados son de primeras marcas, según un estudio de la consultora Scentia, especializada en consumo.
En una recorrida por diferentes supermercados del área metropolitana la tendencia se vio a las claras.
Para el Indec, el kilo de arroz cuesta en promedio $ 40. Ese producto de la canasta básica se puede conseguir por ese precio con segundas marcas como Dos Hermanos. Pero la líder, Gallo, se vende por $ 42 los 500 gramos. Lo mismo pasa con la harina de trigo común, que el IPC señala con un costo de $ 31. Marcas como Cañuelas rondan ese número, pero la Favorita cuesta $ 42.
El ejemplo más resonante es el de la leche en sachet. Para el organismo oficial tiene un costo promedio de $ 36. Sin embargo, en las últimas semanas fue muy difícil conseguir variantes a La Serenísima, que se vende por $ 42.
Las marcas low price que están en los niveles que marca el Indec como promedio o incluso algunos pesos por debajo son más fáciles de encontrar en los supermercados del Conurbano, en especial en los que no son de grandes cadenas.
Según el estudio de Scentia sobre supermercados, al 65% de las compras de primeras marcas lo sigue un 8% de las marcas propias de los supermercados y un 4% del programa Precios Cuidados. Lo restante, que es más del 20%, son las segundas marcas.
“La línea entre las primeras y las segundas marcas a veces es delgada”, manifestó Osvaldo del Río, de Scentia. “Es cierto que hay más compras de productos más baratos, pero en esa tendencia influye mucho el precio de las primeras marcas con promociones”, agregó.
Para el economista Damián Di Pace, la tendencia del Indec a tomar los precios más bajos tiene que ver con la nueva consideración que hizo del IPC la gestión de Jorge Todesca, al frente del organismo. “Incorporaron al canal mayorista, a la venta online y también las segundas marcas para que sea más representativo”, dijo.
Caen los mayoristas y ganan los almacenes. Los datos de Scentia también apuntan que el 38% de las compras son en grandes supermercados, el 34% en autoservicios, un 22% en almacenes de barrio y un 4% en autoservicios mayoristas, el sector que más cayó.
En el mismo sentido, un análisis de la consultora Kantar Worldpanel muestra que los puntos de venta que requieren un menor desembolso, como autoservicios y almacenes, son los únicos que crecieron en 2018. Sumaron un 5% en volumen promedio por incorporar más hogares, en especial en las categorías básicas de cuidado del hogar, como jabón para la ropa, suavizantes y lavandinas.
En ese marco, los ganadores del año con la peor crisis desde 2002 fueron los autoservicios, almacenes y farmacias, que tienen un rango de ticket que va desde los 260 a los 400 pesos, un 60% menos de los desembolsos en supermercados. “Esto nos habla de un consumidor altamente racional que controla y cuida su presupuesto”, explicó Joaquín Oría, de Kantar.
“El aumento de la pobreza y la indigencia nos habla de que hay mucha población que ya no puede comprar lo básico”, resumió Di Pace.
Posición dominante
El diputado Hernán Reyes, cercano a Elisa Carrió, presentó un pedido de investigación por posible posición dominante contra Mastellone Hermanos, la fabricante de La Serenísima, por los faltantes de leche Armonía de las últimas semanas.
El pedido fue dirigido a Esteban Greco, titular de la Comisión de Defensa de la Competencia, y considera que cuenta también “con la participación necesaria de los miembros del órgano de administración y de la sociedad controlante, Arcor”.
“El producto de la leche fluida refrigerada en sachet en las dos marcas de su propiedad y que giran bajo las marcas comerciales La Serenísima y Armonía”, explica Reyes.
El planteo por el faltante es que distribuir una cantidad restringida de leche en sachet Armonía es susceptible de producir un aumento del precio de este producto relevante.
