El Ministerio de Economía realizará este lunes una nueva licitación de títulos de deuda en pesos con la que aspira a conseguir financiamiento por $90.000 millones para lo que ofrecerá cuatro bonos, tres de ellos a tasa fija y otro atado a la variación de precios (CER), como parte de su programa de financiamiento.
El instrumento que podrá ser suscrito solo por Fondos Comunes de Inversión será una Letra de Liquidez, a descuento, con vencimiento el 30 de septiembre.
En tanto, para las entidades que integran el Programa de Creadores de Mercado, la cartera que dirige Sergio Massa ofrecerá una Letra del Tesoro a descuento con vencimiento el 16 de diciembre, y otro título de características similares a pagarse el 31 de enero del 2023.
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La tercera opción para este segmento de plaza financiera será una Letra que ajusta por CER (variación de precios) a descuento, con vencimiento previsto para el 16 de junio del 2023.
La nueva licitación bajo la lupa de los expertos
La economista Natalia Motyl explicó en diálogo con PERFIL que la suba de tasas de los instrumentos en pesos los hicieron más atractivos ahora que en meses anteriores. "Como suelen ser instrumentos riesgosos, la tasa de retorno es más alta, así que siempre hay un grupo que se vuelca a ellos con el objetivo de sacar rápidos retornos en poco tiempo”.
En la misma línea de Motyl, se expresó María Castiglioni Cotter, directora de C&T Asesores Económicos, quien señaló: "Después de lo que fue el canje de la deuda se despejó bastante el panorama de vencimientos a corto plazo. Lo que está claro es que hay una oferta, hay que ver que demanda tiene de bonos, en lo que los más atractivos parecen ser los de CER que son los que permiten alargar el vencimiento el año que viene, los otros instrumentos son más a corto plazo”, comenzó diciendo en diálogo con PERFIL.
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Motyl advirtió que tras la publicación de un supuesto plan por parte de Gabriel Rubinstein que anticiparía una devaluación en las próximas semanas “se podrían generar expectativas negativas en los mercados, ya que por cuestiones especulativas podrían no volcarse a los instrumentos en pesos y sí al mercado cambiario, presionando sobre los dólares paralelos”.
“En el corto plazo, parecería que esto se va a poder financiar de una manera favorable, pero en la medida que logre contener el déficit fiscal, sobre todo en los últimos meses del año. Probablemente, la licitación de hoy sea favorable”, agrego Castiglioni.
“El programa de financiamiento en pesos revirtió la pésima evolución de las últimas ruedas, habrá que ver si se mantiene en los próximos meses”, completó Motyl coincidiendo con Castiglioni.
¿Una devaluación a la vista?
“Las medidas anunciadas hasta ahora son bastantes ortodoxas por lo que lleva tranquilidad a los mercados. Lamentablemente, hoy el tipo de cambio está atrasado, el Banco Central perdió muchísimas reservas para postergar la suba del tipo de cambio y que eso no impacte negativamente sobre el sector asalariado”, explicó Motyl.
“Sin embargo, eso genera problemas en la balanza de pagos y en el sector agroexportador. Claramente, no es sostenible. Ahora bien, habrá que ver qué tipo de devaluación está pensando el gobierno”, agregó la economista.
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Sobre una posible devaluación, Castigloni señaló que el análisis de C&T Asesores Económico es que “el Gobierno busca sostener el escenario de statu quo en términos del tipo de cambio oficial con una devaluación más rápida que antes para sostener el tipo de cambio real. Pero acá hay dos problemas: el tipo de cambio real quedó muy atrasado y que la brecha tan alta genera enormes distorsiones y una presión constante sobre las reservas del Banco Central. Entonces, el escenario base es este, pero es un escenario muy delicado”.
“El Gobierno no quiere devaluar porque en ausencia de un plan de estabilización, de un plan integral que genere un cambio real en las expectativas y que corrija desequilibrios más profundos, devaluar hoy tiene un costo muy alto para el Gobierno y la sociedad en general”, opinó Castigloni.
Por último, Natalia Motyl cerró: “Hoy, una devaluación que no unifique los tipos de cambio podría generar una espiralización que el Gobierno no podría sostener. Cuando te encontrás en una crisis de expectativas, cualquier pequeña devaluación acentuaría la caída de la demanda de dinero”.
LR