Detrás de las ajustadas elecciones presidenciales en Estados Unidos se encuentran una sociedad y una política muy polarizadas.
Estados Unidos también tiene su grieta. Las elecciones son muy difíciles para ciudadanos de centro. Por un lado, Trump, un populista de derecha. Por el otro, Biden, una caja de pandora de medidas y un discurso de tinte muy socialista. Es difícil elegir entre cuatro años más de Trump u ocho años de un fuerte socialista.
El populismo en Estados Unidos no es invención de Trump. Ya Obama dejaba ver los primeros rasgos populistas. La referencia a que él, como presidente, no iba a vacilar en emitir órdenes ejecutivas (algo así como un DNU en Argentina) si el Congreso no aprobaba sus leyes, choca con los principios de una república.
Las políticas se deciden entre todos los representantes en el Congreso, mientras que el rol del presidente es ejecutar dichas políticas. Apelar a la superioridad moral y el puesto de presidente para justificar el pasar por arriba del congreso es una típica fórmula populista. Obama emitió un promedio de 34 órdenes ejecutivas por año, Trump un promedio de 48.
A la “actitud Obama” se le suma una falta de capacidad de ambos partidos de ofrecer candidatos con trayectoria política pero razonables el elector medio. En las anteriores elecciones, los Republicanos fueron con Trump, controversial desde el principio. Los Demócratas fueron con Hillary Clinton, quien tenía problemas de imagen por el escándalo Benghazi y sospechas de corrupción.
En las actuales elecciones los Demócratas van con Biden, quien tiene una imagen de extrema izquierda y cuya avanzada edad generan dudas en algunos electores. ¿Tan difícil es ganarle a Trump? ¿Tan difícil es para los demócratas generar un candidato más competitivo? Es cierto que los presidentes suelen en general renovar su mandato, pero existen excepciones. Por ejemplo, Jimmy Carter (D) y George H. W. Bush (R) perdieron sus re-elecciones frente a Ronald Reagan y Bill Clinton respectivamente. Tengo la impresión de que la política americana tiene que revisar sus mecanismos internos de selección de candidatos.
Obama emitió un promedio de 34 órdenes ejecutivas por año (similares a los DNU en Artentina). Trump un promedio de 48.
Las repúblicas mueren bajo un proceso democrático cuando los partidos políticos fallan en sus mecanismos de selección de candidatos. Esto sucede cuando los partidos políticos con capturados por funcionarios a la captura de rentas y proclives a la corrupción. La democracia queda presente en las formas, pero la república es reemplazada por autoritarismo. Una fórmula que facilite el populismo.
El colegio electoral
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos se hacen bajo el sistema de colegios electorales. Los votantes eligen electores quienes a su vez eligen al presidente. Este sistema ha sido criticado recientemente dado que en las últimas elecciones Trump se alzó con la presidencia sin llegar al 50% de los votos. ¿Cómo es esto posible y por qué este sistema electoral es importante?
Lo primero a resaltar es que los colegios electorales no son una rareza. Por ejemplo, el Colegio de Cardinales que elige al Papa en el Vaticano es en definitiva un tipo de colegio electoral. En Francia, los Grandes Electores eligen funcionarios públicos. También se encuentran colegios electorales en Irlanda o Hong Kong entre otros países.
El colegio electoral evita que pocos distritos con mucha población dicten los resultados electorales del país.
Quizás la característica más relevante del colegio electoral es que busca proteger el federalismo de una república. Este sistema da más peso al voto de distritos con baja población que un sistema de voto directo. Por ejemplo, en Argentina la Provincia de Tierra del Fuero tiene una población de 170.000 habitantes, mientras que el Partido de La Matanza tiene unos 1.800.000 habitantes.
Un partido tiene más peso que una provincia. Bajo el colegio electoral cada estado tiene tantos electores como Diputados en el Congreso. El colegio electoral evita que pocos distritos con mucha población dicten los resultados electorales del país. El colegio electoral, en este sentido, es visto como una protección al federalismo. Quizás el colegio electoral sea una idea por considerar en Argentina.
Implicancias para Argentina
Cada vez que hay una elección presidencial en Estados Unidos nos preguntamos cómo pueden afectar los resultados a la Argentina. Es una pregunta generalmente sin respuesta. Argentina no es relevante ni económica ni políticamente en el escenario internacional. Argentina no es parte de la agenda política. Tanto a Trump como Biden les preocupan más China y Rusia que Argentina.
Sin embargo, no hay que olvidar que el kirchnerismo se ha esforzado por ganarse la indiferencia de Estados Unidos. Recordemos, por ejemplo, el 2005, cuando Néstor Kirchner organizó una contra cumbre al Presidente de Estados Unidos con motivo de la cuarta Cumbre de las Américas en Mar del Plata.
En el 2011, ahora bajo la presidencia de CFK, nada menos que el Canciller Timerman viola material militar de estado de Estados Unidos con alicate en mano. El kirchnerismo no sólo ha defendido a la dictadura de Chávez-Maduro, lo ha tenido al dictador Fidel Castro en la escalinata de la Facultad de Derecho de la UBA en el 2006. Estos eventos nos pueden parecer lejanos, pero ilustran justamente la larga persistencia de actos de populismo en lo que respecta a las relaciones con Estados Unidos. ¿Qué ha hecho el gobierno actual para revertir esta imagen?
Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA.
* Associate Professor, Metropolitan State University of Denver. Visiting Professor, Universidad del CEMA . Senior Fellow, American Institute for Economic Research