La caída del Silicon Valley Bank (SVB) azotó con fuerza a un sector que, por las altísimas tasas de interés se encontraba ya golpeado al no poder acceder a financiamiento. Lo que sembró un nuevo cimbronazo en el mundo de las startups tecnológicas que habían confiado al prestamista sus fondos.
El SVB desempeñó un papel importante en la inversión tecnológica en Estados Unidos, donde un inversor lo describió como “como un ventrículo izquierdo" para la escena financiera de Silicon Valley. Como escribió en las últimas horas Michael Moritz, de la empresa de capital riesgo Sequoia Capital, el SVB intervino cuando todos los demás ignoraban el sector y su colapso deja un enorme agujero en la escena de las startups.
El Silicon Valley Bank fue una parte integral de la comunidad de capital de riesgo y nuevas empresas tecnológicas durante décadas, hasta comienzos de marzo, donde se originó la desconfianza cuando unos 40 CFOs de varios grupos tecnológicos se reunieron en Utah para participar de la “cumbre anual de la nieve” que organizó el propio SVB.
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Según el Financial Times, apenas una semana después del evento, el jueves pasado por la mañana, varios de esos mismos directores financieros empezaron a intercambiar mensajes de manera frenética, sobre si debían seguir manteniendo su dinero en el banco.
En definitiva, la venta que había realizado el SVB por US$ 20.000 millones en valores para mitigar una fuerte caída de los depósitos captó la atención de los inversores, quienes se llenaron de dudas al preguntarse sobre las vulnerabilidades del balance de la entidad.
En carne propia: cómo lo vivieron tres emprendedores argentinos
Illow, una startup argentina con base en Miami tenía unos US$ 250.000 en fondos en el SVB. Su CEO, Rodrigo Irarrazaval, citado por Bloomberg Línea, contó como fueron aquellas horas de incertidumbre y tensión. Cabe señalar que la firma ya recuperó los fondos.
“Parecía que iba a ser una combinación de la crisis de 2001 con la caída de Lehman Brothers, aunque por suerte el resultado fue distinto. Todo empezó el jueves a las 2 de la tarde con un mensaje de mi abogado. Para las 15.30, uno de nuestros inversores que vive en Estados Unidos nos manda un mensaje para que saquemos la plata del SVB”, comentó al citado medio Irarrazaval.
En esas primeras horas tuvo que notificarle a sus inversores que tenían fondos en el comprometido prestamista y que estaban intentando hacer lo posible por recuperar el dinero. “Era casi el 80% de nuestros fondos operativos”, detalló.
Algo similar vivió Franco Lacrampette, CEO y cofundador de Choiz, una plataforma argentina 100% online de atención médica, prescripción, envío y reposición de tratamientos de salud. La caída del SBV, sostiene, podría haberlo afectado a pesar de la rápida reacción que tuvieron dentro de la firma para trasladar los fondos.
“Ese jueves, justo cuando estábamos por empezar esa reunión, me empiezan a llegar mensajes diciendo que el banco tenía problemas de liquidez. Y como buenos argentinos, pensamos 'no seamos los últimos, porque esos son los que se quedan sin nada', estimó.
“En esa misma reunión transferimos el 85% de nuestros fondos y seguimos trabajando”. Pero con el correr de las horas recibió un nuevo mensaje en el que le aconsejaban que sacaran todo el dinero porque el banco podría ir a la quiebra. “A la tarde transferimos el 15% restante de nuestros fondos”, señaló.
Sin embargo, el viernes por la mañana detectó que hubo un problema con las dos transferencias. “El primer envío no se había acreditado, y para el 15% restante, la transferencia aparecía como rechazada y sin motivo". En ese contexto, a primera hora del viernes, se enteraron de que el banco “se había fundido”.
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Según contó a Bloomberg Línea, pensaron en sobrevivir con el seguro de contingencia que alcanzaba para tres meses. El domingo y tras la intervención de la Reserva Federal todo se tranquilizó, pues garantizaron su depósito.
Otro testimonio es el de Martín Pero, cofundador y CEO de Nulinga, una plataforma de e-learning que ofrece soluciones de aprendizaje de idiomas a clientes corporativos.
En este caso, sí pudo retirar los fondos del SVB, pero según explica, no se trató de una decisión sencilla. “Cuando nosotros abrimos la venta, algo que nos costó, nos pusimos muy contentos. Era como un sinónimo de estatus”.
Sin embargo, cuenta que tras ver el mensaje del CEO del SVB pidiendo calma, se convencieron de que algo malo pasaba y si pasaba “tendría un impacto tremendo”.
Inmediatamente, sacaron todos los fondos de la entidad y los distribuyeron en otras entidades para diversificar. Una parte fue a Brasil, otra a Argentina, otra a un Bróker custodio, y la última a una cuenta persona de uno de los socios. “Todo eso se lo comunicamos, de manera totalmente transparente, a nuestros inversores”, explicó.
SE / LR