Tras el nerviosismo que se vivió ayer en la city, por los continuos anuncios de suba del dólar en la plaza minorista, esta jornada la moneda norteamericana abrió en el mismo valor en el que había cerrado ayer: 43,50 pesos para la venta en las casas de cambio y bancos. Existe una gran expectativa respecto de cómo se moverá el dólar durante el día.
Luego de dos meses de veranito cambiario, en las últimas semanas el dólar volvió a estar en el centro de atención de los argentinos. El mayor pico de tensión se produjo ayer, cuando la divisa norteamericana tuvo un salto de 4,3% y cerró en $43,50, su máximo valor nominal histórico.
El país, una vez más, mostró su fragilidad ante los movimientos internacionales. Es decir, si bien el dólar se apreció en toda la región y, en general, en todos los países emergentes (como por ejemplo Turquía), el efecto en Argentina es mucho más fuerte. Como explicó ayer a PERFIL el economista de EcoGo Federico Furiase el peso es una moneda "high beta", mucho más sensible que el resto a los cataclismos globales.
Furiase señaló que, si bien hubo un "sell off global", la venta masiva en nuestro país fue mucho más marcada que en el resto de las economías emergentes.
Otro síntoma del deterioro que tuvo la economía argentina en las últimas semanas se ve en que el riesgo país volvió a subir de manera peligrosa. Tras los 823 puntos que había tocado en diciembre, el índice había descendido y se había colocado en 627 puntos durante los primeros de febrero. Pero el efecto dominó también lo rozó y ayer llegó a colocarse en 783 unidades.
Respecto de la disparada del billete verde, el principal temor del Gobierno es que se genere un impacto directo sobre la inflación. De hecho, las consultoras ya están recalculando sus previsiones de aumento de precios para estge año.
Medidas. Durante el año pasado, tras la megadevaluación y las sucesivas corridas en contra del peso, el Banco Central adoptó un sistema de agregados monetarios e incorporó una zona de no intervención. Por otra parte, incrementó el atractivo de las Letras de Liquidez (Leliq) para que los inversores se quedaran en pesos.
Durante un tiempo esta estrategia sirvió para calmar la tensión cambiaria, con la contrapartida de que las tasas altas agudizaron la recesión. Este año, confiados en que el país estaba más tranquilo, las autoridades monetarias comenzaron a alfojar el volumen de las tasas. Desde un pico del 74%, en febrero llegaron a estar en 45%. Sin embargo, el mercado volvió a mostrar que aún no confía en el peso.
Una de las cuestiones que preocupan a algunos especialistas es que aún le falta recorrido a la divisa para tocar el techo de la zona de no intervención (que se encuentra en $50,23), lo que implica que el Banco Central recién podría salir a intervenir una vez que el dólar mayorista suba cerca de 9 pesos más respecto de su valor actual. Sin embargo, desde la autoridad monetaria piensan utilizar otros recursos, como la intervención en el mercado de futuros o, como se mencionó anteriormente, una nueva suba de tasas.
La Tablita de Sandleris
— Christian Buteler (@cbuteler) March 8, 2019
Hoy operará entre $38.81 y $50.23 pic.twitter.com/oxTatXhZ7V
El economista Christian Buteler explicó en su cuenta de Twitter que lo sucedido ayer "no fue una corrida" cambiaria, dado que los volúmenes operadores fueron sensiblemente inferiores a los que se veían el año pasado durante la devaluación.
La suba del dólar de estos últimos días no es una corrida cambiaria.
— Christian Buteler (@cbuteler) March 8, 2019
Ayer se negociaron u$s 520 millones, el miércoles u$s 615 millones, esos no son valores de corrida cambiaria. El año pasado en plena crisis se operaba entre 3 y 4 veces más