La perspectiva inflacionaria para el resto del año, tal como lo explican algunos consultores privados, no viene muy bien encaminada. El economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, habló con María Laura Santillán por CNN Radio y dijo que "si se repiten los valores de estos meses, la inflación anual será del 60%".
En la misma línea de análisis avanza el último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, que dirige Víctor Beker.
El caso es que, además de tratarse de un número significativamente alto, estaría muy lejos de los objetivos fijados en el presupuesto Nacional en torno al 29%.
Tal como lo analizó Matías Rajnerman de Ecolatina en "La mañana de CNN": “La inflación arrancó el año muy alto, al doble de lo que era la pauta oficial. El gobierno proyectaba un poquito menos del 30%, varias paritarias intentaron que se ordenaran bajo ese número, y en el primer cuatrimestre, la inflación si se repitiera a lo largo del año estaría en la zona del 60%, es decir por encima del 2018 y del 2019", indicó.
Tarifas, salarios, inflación y ayuda social, los ejes de las internas en el oficialismo
Además, explicó que otro tema preocupante es que estos números se dan "con el dólar pisado, con las tarifas pisadas y con los salarios siendo por debajo del nivel general de precios, lo que suele significar más inflación futura", explicó.
Si bien el gobierno esperaba que cayera la presión inflacionaria no se registró una caída significativa. Para Rajnerman, "Sigue en niveles muy altos, muy preocupantes y sigue con el horizonte de proyección de alta incertidumbre", explicó.
En la misma línea el economista explicó que "No sólo tenemos precios cada vez más alto sino el bolsillo cada vez más chico; y si a eso le sumamos la pérdida de puestos de trabajo del año pasado, en especial en el sector informal en donde se perdieron 1 de cada 3 puestos de trabajo, la verdad es que la situación es muy dramática", dijo.
Por otra parte, alertó que la calidad de vida de los argentinos viene empeorando sistemáticamente en los últimos años.
"Entre lo que fue 2011 y 2019, en un ranking de 190 países, la Argentina estuvo en el puesto 182 de los que peor crecimiento / desempeño tuvieron a nivel general; y a eso hay que agregarle que la pandemia lo agravó", dijo.
En cuanto a los rubros con subas más espectaculares, explicó que han venido cambiando pero “el aumento en alimentos es lo que más pega en el bolsillo” y recordó que si bien el gobierno intentó corregir con programas de precios, “los controles de precios tienen un impacto negativo sobre la producción”.
En otro orden de cosas, recordó que Mayo vendrá con aumentos importantes también de prepagas, combustibles y electricidad. "Mayo a va a ser agitado porque esos rubros que van a aumentar tienen impactos de segunda ronda. La suba de electricidad, le pega a todo el resto de los rubros", recordó.
La necesidad de un drástico cambio en la política económica
Por su parte, y en opinión de Víctor Beker, quien dirige el CENE, para bajar la inflación al nivel del 29%, como estaba prevista en el presupuesto aprobado por el Congreso para 2021, se necesita optar por un drástico viraje en la política económica, ya que existe una inercia inflacionaria que debe ser doblegada atacando todas sus causas. De lo contrario, la inflación presente retroalimenta la inflación futura.
“En primer lugar, hace falta voluntad política para hacerlo. En el contexto actual de fragmentación en la toma de decisiones, ésa es la primera y mayor dificultad. Suponiendo que ella fuera superada, se requiere, desde el punto de vista técnico, un plan integral de ataque coordinado a la inflación. Ello implica que el conjunto de las medidas monetarias, fiscales y cambiarias, así como la política de ingresos, esté subordinado al logro de la meta de inflación. Y que el plan sea creíble y creído por la población”, aseguró el economista.
En este contexto, “resulta alarmante que haya quienes pretendan resucitar fórmulas ya rotundamente fracasadas en el pasado. Por ejemplo, reducir el problema de la inflación al aumento en el precio de la carne y proponer un índice de precios ‘descarnado’, como el que implementara el ex ministro Martínez de Hoz en 1979 y que fue rápidamente abandonado al advertirse que no introducía una diferencia demasiado significativa”.
Entre otras cosas agregó: “También es preocupante la nostalgia que manifiestan algunos sectores por regresar a la manipulación de las cifras del INDEC, como ocurriera entre 2007 y 2015. Ello sólo redundó en el desprestigio de las estadísticas oficiales mientras los precios seguían su derrotero inflacionario, pasando del 9,8% en 2006 al 25% en 2015. Es que los índices se pueden dibujar pero no los precios en las góndolas. En lugar de romper el termómetro, sería mejor combatir las causas de la fiebre”, completa Beker.
LR