Ante la alarmante inflación de 4,8% en marzo, la más alta desde septiembre de 2019 tras la devaluación post PASO, el gobierno lanzó una batería de medidas orientadas a redoblar los controles de precios y regulaciones para contener las subas en alimentos.
Los analistas consultados por PERFIL tildaron como “parches” al paquete, y aseguraron que los controles de precios “no son efectivos a largo plazo” porque no atacan las causas de fondo.
No obstante, prevén una desaceleración en el ritmo inflacionario. Para abril estiman que será entre 3,5 y 4%, y luego seguiría descendiendo por factores estacionales y por el menor ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial que desde febrero implementa el Banco Central.
Sin embargo, los analistas vislumbran que es “imposible” cumplir con la meta inflacionaria de 29% anual. “La inflación mensual debería ser de 1,5% en lo que resta del año, ese número lo tuviste en abril de 2020 con una caída del PBI de 17% en un mes, por eso lo veo tan difícil”, fundamentó Fausto Spotorno, de la consultora Ferreres.
Insuficientes. Melisa Sala, economista de LCG, alegó que “todas esas medidas se intentaron en el pasado, control de exportaciones, Precios Máximos, y no tuvieron buenos resultados, podrán aportar alguna mejora en el corto plazo, pero no representan una solución”.
“Todos los aumentos que se frenen compulsivamente ahora, es inflación a futuro”, acotó.
En la misma línea, Andrés Borenstein, de EconViews, sostuvo que “los controles sirven de muy poco, para bajar la inflación de largo plazo hay que resolver el déficit y generar confianza, no es a través de cuestiones regulatorias”.
“Muchos en el gobierno creen eso, pero hay sectores que piensan que con garrote se puede ser efectivo, y eso no va a funcionar, y si lo hace es de muy corto plazo, y después la inflación vuelve a subir”, opinó.
Para el economista Gabriel Rubinstein, “los controles pueden tener efecto de corto plazo, pero el impacto malo de mediano plazo es que tiende a desalentar la inversión”. Además, dijo que reducir la inflación “tiene que ver con bajar el déficit fiscal, que haya menos emisión, pero acá hay muchas dudas de si realmente lo quieren bajar, cómo y cuan gradual, y ahora se complicó por la minicuarentena”.
Con igual diagnóstico, Martín Vauthier, de Eco Go, explicó que “el gobierno opera sobre los mecanismos de trasmisión a la inflación disminuyendo el ritmo del crawling peg del tipo de cambio oficial del 4% en enero hasta el 1,5% en abril, el ancla tarifaria, el intento de pisar precios, de contener márgenes minoristas, todas esas medidas son un clásico de los años electorales en Argentina”.
“Pero no operan sobre las causas de la inflación que están dadas por desbalances en el mercado monetario”, enfatizó. Vauthier evaluó que “en la medida que no aparezca un programa de estabilización creíble en el marco de un programa con el FMI que encare lo fiscal y monetario y que tenga consenso político, no veo que los anuncios vayan a tener un impacto en la inflación, más allá de que habrá una desaceleración respecto a marzo por el menor ritmo de deslizamiento del tipo de cambio”.
“Lo único que van
a lograr es que
nuevamente se
produzca menos carne.”
Carnes. Los analistas criticaron fundamentalmente los mayores requisitos para la exportación de carne vacuna, en un escenario donde “el país necesita divisas”.
“Las medidas como la de la carne ya demostraron que no sirven, lo único que van a lograr es que nuevamente se produzca menos carne, como pasó en la gestión de Guillermo Moreno que se perdió 20% del stock ganadero con lo cual el día de mañana tenés menos carne, y más cara”, auguró el director de la Fundación Libertad y Progreso Aldo Abram, quien además calificó como “una aberración que se usen recursos de la AFIP para reforzar un estado policíaco respecto a los precios, la función de ese ente es bajar la informalidad y que la gente pague los impuestos”.
Por su parte, Juan Pablo Di Iorio, de ACM, esgrimió que “tanto los controles como las prohibiciones a las exportaciones afectan la produccion presente dado que agregan incertidumbre y afectan la estructura de precios relativos; eso podria llevar a una menor oferta en el futuro, y tener incluso un efecto negativo sobre el nivel de precios”.
Asimismo, Claudio Caprarulo, de Analytica, planteó que “preocupan posibles restricciones a las exportaciones cuando si hay algo que tiene que garantizar Argentina para poder hacer frente a sus compromisos de deuda es aumentar su ventas externas”. “Los controles de precios no tendrán fuerte impacto, parece ser una reacción a la inflación de 4,8%, una forma de mostrar que se están ocupando”, agregó.
De igual mirada, el economista Camilo Tiscornia, de C&T Asesores, planteó que “los controles, persecuciones y registros no sirven para bajar la inflación, son parches, no son ser efectivos, y en el caso de la carne, en el pasado fue clarísimo el impacto que tuvo en la producción”.
En sintonía, Spotorno remarcó que “la última vez que se hizo una tontería como esa se terminaron perdiendo 12 millones de cabeza de ganado, y eso pasa cuando el precio de la carne baja tanto”.
Según su visión, “la efectividad del control de precios para parar la inflación es cero, porque la inflación no tiene que ver con el precio de los bienes, sino con la destrucción del valor del dinero”.
Guzmán había
adelantado que la
inflación de marzo
sería la más
alta del año
“Si sos muy duro, mandás a la AFIP y castigás al que sube los precios, entonces lográs desabastecimiento, o quebrar empresas”, aseveró.
Al respecto, Matías Rajnerman, de Ecolatina, coincidió en que “el problema siempre de controlar precios es el tema del abastecimiento, que se pueden ver en algunos lugares puntuales problemas de stock”, y consideró que “no son medidas muy efectivas”.
No obstante, Rajnerman prevé que en los próximos meses la inflación se irá desacelerando respecto a marzo y cree que, al igual que el ministro de Economía Martín Guzmán, “es probable que el 4,8% sea la inflación más alta del año, quizás hay que ver qué pasa después de las elecciones con el tipo de cambio para ver qué sucede con la inflación de noviembre y diciembre”.
Tasas. Caprarulo destacó que “el gobierno ya puso toda la carne al asador para frenar la inflación menos hacer política monetaria mediante tasas de interés”, y argumentó que “ir a tasas positivas es importante para que en los próximos meses pueda seguir absorbiendo pesos y quitar presión al dólar”.
En ese sentido, la licitación de deuda del jueves en la que Economía solo cosechó fondos por US$ 37.830 millones frente a los US$ 75 mil millones que buscaba inicialmente en esa operación encendió una luz de alerta y reflejó que los inversores quieren más tasa. Para Tiscornia, ante una aceleración inflacionaria “subir la tasa de interés es una medida típica como forma de contener la demanda de la economía”
“Pero este gobierno, en este momento está dispuesto a subir la tasa con la amenaza de que eso puede complicar el financiamiento de las empresas y frenar la economía en un año de elecciones. No parece, más bien quieren mantener tasas menores a la inflación para que la gente consuma porque creen que con eso la economía va a reactivar”, reflexionó.
En ascenso
◆ El Indec informó el jueves que la inflación de marzo fue de 4,8%, la más alta desde septiembre de 2019.
◆ La variación interanual nacional subió en marzo al 42,6%.
◆ En lo que va del año, la inflación acumulada es de 12,4%.
◆ El ministro de Economía, Martín Guzmán, proyectó en el Presupuesto que la inflación anual sería de 29%.
◆ Entre los rubros que más aumentaron en marzo están Educación, con el 28,5%; Prendas de Vestir y Calzado, 10,8%; Bebidas Alcohólicas y Tabaco, 6,4%; Recreación y Cultura, 5,3%; y Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, con una suba de 4,6%, casi en el mismo nivel que el promedio mensual.