La pandemia y ciertos "errores" en algunos aspectos de la política macroeconómica son los elementos centrales que provocaron este año una caída de la inversión del orden del 20 por ciento, lo que constituirá la mayor retracción desde el derrumbe de 2001.
Diversos consultores económicos anticipan que este año finalizará con una caída de la inversión bruta en el país en ese nivel del 20 por ciento y estiman que la recuperación de la misma será lenta y estará sujeta a que se pueda superar de a poco la pandemia del Covid y se de señales claras para los inversores como un mayor equilibrio en las cuentas públicas del país, una baja de la inflación, un nivel de emisión monetaria más acotada y un desarme progresivo del cepo cambiario que promueva una reducción drástica de la brecha.
En las últimas horas, algunos de los estudios económicos importantes estimaron que la inversión en función del PBI se ubicará hacia final de este año entre el 12 y el 13 por ciento.
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“Los once meses transcurridos del año acumulan una caída interanual de 18,6%. En la medición en dólares, se observa una inversión de US$ 5.192 millones, acumulando en once meses un total de US$ 45.232 millones”, destaca el trabajo de Ferreres.
No obstante, la consultora habla de una recuperación de la inversión de noviembre del 8,5 por ciento interanual, destacando la mejora en cuanto a los sectores de la construcción y determinados rubros industriales.
“La inversión en el sector de la construcción mostró por primera vez en dieciséis meses una variación interanual positiva, anotando para noviembre un avance de 0,9%. De esta manera, en los once meses transcurridos de 2020, la inversión en este sector acumula una contracción de 26,0%”, señala el informe.
“A modo de conclusión, se puede considerar que durante noviembre la inversión mostró un fuerte salto, tanto en lo que se refiere a construcción como en maquinaria y equipo. El aumento en la compra de materiales para la construcción permitió una fuerte expansión en noviembre llegando a mostrar para el anteúltimo mes del año números positivos. Pero el gran impulso provino sin dudas de la inversión por adquisición de equipos durables de producción, particularmente los de origen importado. El fuerte aumento de la brecha cambiaria durante octubre ciertamente tuvo un impacto en las decisiones de compra de los agentes, que se vieron reflejadas durante noviembre”, resalta el informe.
A su vez, aclara que “vale destacar que la cifra de noviembre se está comparando con el peor nivel de inversión de los meses vistos de 2019, lo que se repetirá en diciembre. En vista de la coyuntura cambiaria, es probable que durante diciembre veamos una nueva expansión de los niveles de inversión”.
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Por su parte, la consultora Castiglioni Tiscornia consideró que este año terminará con una caída de la inversión de “alrededor del 20”, debido a los efectos de la pandemia y “al cambio de reglas de juego en diversos sectores”.
La consultora destaca la recuperación de los niveles de inversión del tercer trimestre de este año con relación al segundo, cuando en ese momento la economía estuvo muy paralizada por la cuarentena, pero advierte que en función del PBI, la formación bruta de capital está en niveles muy bajos.
“A pesar de la notable recuperación en el tercer trimestre, el dato más relevante es que se mantiene en niveles bajísimos en términos históricos: hoy apenas representa el 12% del PBI, valor comparable al de la crisis 2001/2002. Indudablemente esto es un condicionante para el crecimiento futuro de la actividad pero no en el corto plazo”, expresa el informe de Castiglioni Tiscornia.
Sobre este tema en particular, el trabajo subraya que “el estancamiento de la actividad económica en los últimos diez años y la recesión de este año dejan al nivel de producción muy por debajo de su potencial. Las estimaciones del PBI potencial son sumamente imprecisas pero no hay duda de que la economía tiene un enorme margen para crecer durante algunos años sin necesidad de grandes inversiones, una situación asimilable a la de 2002”.
En otro aspecto importante de su informe, señala la incertidumbre que abarca a la macroeconomía argentina, en especial, con respecto a la inestabilidad de las expectativas de inflación, que no estaba presente en 2002 después de diez años de estabilidad de precios.
"En el actual contexto, impulsar políticas de demanda, como las que se proponen desde el oficialismo, pueden no generar los efectos deseados en materia de crecimiento, más allá de que exista capacidad ociosa. Finalmente, esta limitante en cuanto a las expectativas de inflación está relacionada con otra muy relevante que es la disponibilidad de divisas”, concluye el informe.
LR