Pese a los buenos precios y rendimientos, los márgenes que les quedarán a los productores de granos en esta campaña serán de los más bajos de la década. En el actual contexto macroeconómico, el esquema tributario hace que la situación sea peor para las explotaciones de las provincias más alejadas de los puertos. Por el contrario, el Estado tendrá una participación récord en las rentas agrícolas.
Esas son los puntos clave que plantea un trabajo del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea. En base a datos de la revista especializada Márgenes Agropecuarios y de las Bolsas de Rosario y de Buenos Aires, entre otras fuentes, los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre compararon los márgenes en un establecimiento con las mismas características en distintos puntos del país, en la actual campaña y las previas.
El caso que consideraron, es el de un establecimiento agrícola propio, bajo sistema de secano, que destina la mitad de su superficie a la producción de soja de primera (con un rendimiento de 25 quintales/ha), una cuarta parte a la producción de maíz-grano (con 67 quintales), y el cuarto restante a trigo-soja de segunda (con 21 y 22 quintales, respectivamente). Luego tomaron los precios promedio del mercado de granos de los meses de cosecha y los pasaron a pesos constantes.
Los cálculos revelan que si ese establecimiento estuviera ubicado en la zona Centro/Norte de Córdoba –como la localidad de Jesús María, 450 kilómetros distante de los puertos exportadores de granos–, esta campaña tendría un margen neto de $ 686 por hectárea. Esto es 47% inferior al promedio del período post-convertibilidad ($ 1.122), de acuerdo con este modelo.
Si esa misma explotación se hallase más al sur, por ejemplo, en Arroyito, ubicada a 330 kilómetros de los puertos entonces el margen se vería 39% reducido: sería de $ 523, en lugar de los $ 996 que promedió la década.
Pero si el establecimiento se hallase a 850 kilómetros de los puertos, como ocurre con la localidad santiagueña de Las Cejas, la caída de los márgenes sería mucho mayor, llegando al 66% al confrontar los $ 267 de la actual campaña con los $ 792 que promedió la década previa. Mucho peor aún es el caso de la salteña Las Lajitas, ubicada a 1.100 kilómetros de los puertos. Allí, el margen técnico neto de esta campaña sería de $ 111 por hectárea, contra el promedio de $ 665 del período 2002/3 al 2011/12. Es decir, sería 83% inferior.
El modelo también descubre otro dato: el empeoramiento de la situación del productor no es sólo respecto del promedio de la década pasada, sino también respecto de cada una de esas campañas, excepto la de 2004/2005. Aquella campaña atípica, rememoró Garzón, si bien la tasa de retenciones era menor (en el caso de la soja estaba en 23%, contra el 35% actual), los precios internacionales fueron muy malos, menos de la mitad de los actuales.
El trabajo vuelve a poner sobre el tapete el desinterés por el federalismo que subyace en la ausencia de una política para reactivar los trenes de carga y en la utilización de los derechos de exportación como mecanismo de recaudación fiscal.
“Los derechos de exportación inciden más sobre las producciones más alejadas de los puertos”, recordó Garzón.