La vinaza no tiene buena prensa. El etanol se puede producir a partir de maíz, de sorgo, de remolacha azucarera y de caña de azúcar. Justamente, un subproducto que queda luego de la destilación del mosto en la fermentación del etanol es la vinaza; un líquido de color marrón y olor dulce que se obtiene de la caña de azúcar y constituye el desecho de mayor importancia en las destilerías de alcohol. Si esta sustancia no se somete a ningún tratamiento y se vierte directamente a las fuentes de agua, consume el oxígeno, mata a los peces y afecta seriamente el ecosistema.
Por cada litro de etanol se producen, en promedio, 13 litros de vinaza, por lo que es muy importante darle el tratamiento adecuado a este residuo. En la etapa de tratamiento del efluente, la vinaza debe ser sometida a algún procedimiento que permita disponerla adecuadamente para ser arrojada a una fuente de agua adecuada, ya que de lo contrario representa un riesgo ambiental.
Lo interesante es que ese efluente puede ser tratado y aprovechado para generar biogás, es decir, energía renovable que reemplaza al gas natural. Eso mostraron Ledesma, Tabacal y San Isidro, después de un trabajo conjunto con la Fundación Jujuy 3000.
Este proyecto nació a partir de la convocatoria que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación lleva adelante desde 2007. Las pruebas se implementan con recursos del Estado, y una de las condiciones es que los actores muestren los resultados a otros, que en este caso fueron otros ingenios, e instituciones de investigación y desarrollo. Asistieron a la jornada autoridades de la Secretaría de Ciencia y Técnica de Jujuy, funcionarios de la provincia, representantes de ingenios de Tucumán, Salta y Jujuy, y técnicos del INTA, de la Estación Experimental Obispo Colombres de Tucumán y de la Universidad Nacional de Jujuy. Participaron también representantes de Fundación Jujuy 3000, institución que funcionó como Unidad de Vinculación Tecnológica entre el Ministerio y las empresas.
El jefe de Medio Ambiente de Ledesma, Miguel Ullivarri, señaló que este encuentro “es sumamente auspicioso por su convocatoria y permite compartir los resultados de las innovaciones a escala piloto con las empresas ligadas a la actividad sucroalcoholera, y también a instituciones de investigación y del ámbito educativo”. “El objetivo final –agregó– es que las mejoras puedan ser aplicadas a escala comercial con mayor valor agregado, aumentando la generación de energías renovables”.
Respecto de los resultados obtenidos en esta instancia del proyecto, destacó que la vinaza “es una potencial fuente de energía, que puede aportar a la matriz energética renovable”. Para su aplicación a escala comercial, requiere de una importante inversión, “que se debe estructurar con la participación del Estado, instituciones de investigación y el sector privado”, dijo Ullivarri.
La caña de azúcar es el cultivo con mayor capacidad de generar energía renovable en el mundo. Después de la presentación, los técnicos de Ledesma llevaron al público a conocer otra forma de energía renovable que la empresa viene implementando con éxito: la recolección de biomasa en el campo, que se obtiene de la malhoja que queda en el campo después de la cosecha de caña de azúcar.
Feedlots: pulgares arriba
La Cámara Argentina de Feedlot (CAF) presentó su informe mensual, en el que apuntó un cierre de año positivo para los corrales. En el mismo detallan: “Cerrando el año, el balance desde el punto de vista comercial ha sido bueno. Las relaciones invernada/gordo han permitido, en promedio, tener márgenes de rentabilidad. Si nos focalizamos en el último trimestre, los números no han sido positivos debido a la caída del gordo y la firmeza de la invernada”. Para la entidad, el aspecto negativo de 2014 estuvo en el tema climático, que se llevó varios puntos de eficiencia productiva. Esto deja al sector una enseñanza/recordatorio respecto de la importancia del mantenimiento continuo que requieren los corrales.