Raquel “Kelly” Olmos, economista, porteña y de 70 años, fue designada este lunes por el presidente Alberto Fernández, en reemplazo de Claudio Moroni, quien dejó el Ministerio de Trabajo alegando motivos personales. Con una larga trayectoria en la gestión pública, la nueva ministra de Trabajo recibe una cartera con una deuda pendiente, la caída real de los ingresos de los trabajadores.
Si bien informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sostiene que en julio el trabajo registrado creció 0,6% y que es probable que se logre recuperar la totalidad de puestos perdidos durante la gestión de Cambiemos en los próximos cuatro meses, la pérdida de poder adquisitivo es una deuda pendiente de la actual administración.
Recomposición de los ingresos de los trabajadores
En los últimos días se desató una ola de paritarias con más sindicatos que consiguen subas de salarios del 90%, algunas actividades continúan en conflicto como el sector lechero, aceiteros, seguridad privada, gas y los obreros de maestranza que continúan pujando por la actualización de sus ingresos.
En una de sus últimas apariciones en público, Claudio Moroni, ahora exministro de Trabajo, señaló que Argentina, respecto a la que ocurrió en la región, “es uno de los países que menos salario perdió en la región y en el mundo”, causando polémica por la "desconexión" con la realidad de los trabajadores nacionales.
No obstante, la declaración contrastó con datos oficiales recabados por su propia cartera, ya que según el informe mensual de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), elaborado por la Secretaría de Seguridad Social, sostiene que los ingresos de los trabajadores registrados volvieron a perder contra la inflación en el mes de agosto.
En una suerte de adelanto parcial del dato que difundirá el INDEC con el índice de salarios a fin de mes, el informe expuso un avance de los salarios del sector público y privado de apenas 4,6%, es decir, 2,4 puntos menos en comparación al 7% de inflación del mes.
Según esa evolución la situación de los trabajadores respecto a julio empeoró, cuando los salarios perdieron 2,1 puntos en la misma comparación. No obstante, la situación para septiembre luce oscura, a pesar de las reaperturas de partidas que se desató en los últimos días.
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"Los nombres no importan"
“A esta altura los nombres no son importantes porque hay una decisión generalizada en el Gobierno con acuerdo de Cristina (Fernández de Kirchner), de (Sergio) Massa y del propio Alberto (Fernández) de profundizar un ajuste que está impactando directamente en el ingreso de la mayoría de los trabajadores”, señaló Silvia Saravia, coordinadora territorial de Libres del Sur, en declaraciones a PERFIL.
“Esto incide más en las políticas públicas que se llevan a cabo, esto se ve en las restricciones al refuerzo alimentario; se ve también en las dificultades que nosotros denunciamos para que se terminen de ejecutar los convenios para contar con herramientas en los espacios de trabajo y principalmente que estén cerrados los programas como el Potenciar Trabajo que, hoy representa una necesidad para un muy amplio sector de la población”, agregó.
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El salario en vías de convertirse en el de un país africano
“La nueva ministra de Trabajo tiene que recuperar el salario en función de lo que viene perdiendo e impedir que siga atrasando porque nos vamos a convertir en un país africano si no lo hacen. El nivel de empleo está bien, pero está bien porque los salarios son realmente bajos, al día de hoy medidos en dólares, probablemente sea de los más bajos de Latinoamérica”, comentó a este medio por su parte el economista Pablo Tigani.
“Es necesario que el ministro de Trabajo trabaje para los trabajadores, si la Administración anterior que, tenía muy buena relación con los sindicalistas de los gremios más importantes, fuese medida por la evolución del salario, sería desaprobada en forma contundente”, agregó Tigani.
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“El ministro de Trabajo que se fue no dista mucho del perfil de los ministros con -algunas excepciones- de Alberto Fernández, tienen un perfil absolutamente neutro, no tienen iniciativa, académicamente serán buenos algunos, pero han demostrado que les falta ejecución, iniciativa y sobre todo política que es lo más lamentable, siendo que llegaron desde la política”, lamentó Tigani.
El RIPTE reveló que el sueldo promedio de los trabajadores registrados llegó a $155.611,28 mensuales en agosto. En enero pasado era de $107.358,35. Según el informe, los salarios promedios de los trabajadores registrados en la Argentina tuvieron en los primeros ocho meses del año un aumento acumulado del 45%.
En ese mismo lapso de tiempo, la inflación avanzo 56,4% de acuerdo con los datos disponibles en la página del INEC. Esto se traduce en una pérdida del salario real del 7,2% para el acumulado anual de 2022.
¿Y los informales?
Por su puesto que la cifra de $155.611,28 no es percibida por la mayoría de los argentinos, de hecho, un gran porcentaje de los ocupados en el país se desempeña en trabajos precarios.
Según los datos del último informe del Centro de Estudios Metropolitanos, el 44% de los trabajadores ocupados de la Argentina se desempeña en puestos de trabajos precarios; el 26% son asalariados informales y el 18% son cuentapropistas precarios.
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De acuerdo a ese reporte, los segmentos más devastados por la situación laboral y económica en Argentina son los jóvenes, las mujeres, quienes se desempeñan en la construcción, servicio domésticos, comercio, alojamiento y en gastronomía.
Con una inflación que se estima termine el año cerca o sobre los tres dígitos, los principales gremios ponen sobre la mesa la discusión con el sector privado para recomponer la pérdida de poder adquisitivo. La nueva ministra de Trabajo deberá estar entonces en completa sintonía con el Palacio de Hacienda para revertir el golpe al bolsillo de los sectores más vulnerables de la economía argentina.
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