ECONOMIA
Pandemia de coronavirus

La medicina privada está al borde del colapso económico

Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino, la pandemia y el rechazo del gobierno a autorizar actualizaciones de precios están provocando un grave desfinanciamiento.

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Aprender. La autora dirigió el film Las facultades, que desde el género documental intenta retratar el mundo de la educación universitaria en nuestro país, incluso para aquellos que viven en una prisión. | Cedoc

De acuerdo con el último informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), la medicina privada está atravesando momentos muy complicados en materia económica, resultado de la pandemia y el rechazo del gobierno a autorizar actualizaciones de precios. En un contexto en el que el Covid-19 no cede, resulta extremadamente riesgoso activar este conflicto. 

De hecho, desde que asumió el nuevo gobierno en diciembre del 2019, las autorizaciones de aumentos de cuotas a las prepagas, la evolución de los salarios en el sector privado de la salud y la inflación tuvieron el siguiente comportamiento:  

  • Las cuotas de las prepagas se actualizaron en un 26%.

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  • El salario de convenio de los trabajadores de la salud privada aumentó un 63%.  

  • La inflación general medida por el INDEC fue de 71%. 

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​Estos datos muestran que las autorizaciones de ajuste de cuotas a las prepagas, que luego se traducen en aumento de aranceles para los prestadores médicos privados, han ido muy por detrás de los salarios que los prestadores deben pagarles a sus trabajadores y de la inflación. Desde IDESA señalan que, con estas medidas, el gobierno busca, como con el resto de los controles de precios, morigerar las presiones inflacionarias y eludir la antipática decisión de reconocer aumentos que impactan en el presupuesto de las familias. Sin embargo, generar este desfasaje de precios, en el particular contexto de la pandemia, es extremadamente riesgoso. 

Cabe destacar que la pandemia les exige a los prestadores médicos esfuerzos extraordinarios. En particular, en la compra de muchos elementos de protección personal y un consumo excesivo de medicamentos en terapia intensiva por los pacientes de Covid-19, cuyos precios además crecieron por arriba del 100%.

A su vez, si bien tienen las terapias intensivas trabajando a pleno, la capacidad instalada de piso normal (que representa el 80% de la actividad médica) está sub-utilizada por los protocolos para la prevención del Covid. Más gastos, con menos actividad y aranceles médicos retrasados están provocando un grave desfinanciamiento. Sobre esta precaria situación, en julio se producirán las paritarias del sector. Allí se hará explícito que este desfinanciamiento conspira contra la posibilidad de reconocer con mejores salarios la dedicación y el esfuerzo que vienen desplegando los trabajadores de la salud privada.

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A esto se suma el anuncio de una reforma integral del sistema de salud con eje en el sistema público. Desde IDESA plantean que la idea del oficialismo no sólo es inoportuno sino también inconsistente. Pasa por alto que la salud pública es administrada y financiada por las provincias. Para crear un sistema nacional de salud se necesita reformar la Constitución nacional y las 24 Constituciones provinciales que en sus articulados expresamente consideran a la salud como una competencia no delegada a la Nación. Tampoco tiene en cuenta que el sistema público atiende a una proporción menor de la población. La mayoría opta y prefiere la cobertura de la obra social, a la que accede por tener un empleo formal o contratar una prepaga. 

Por lo tanto, asumir una deliberada estrategia de desfinanciamiento de la medicina privada y plantear una reforma inconsistente es muy desaconsejable. Hacerlo en el medio de una pandemia resulta, además, temerario. Es una actitud muy injusta para la población en general y, particularmente, para quienes están en el frente de la batalla contra el Covid.

RM / DS