La recaudación tributaria nacional de marzo difundida la última semana reflejó el impacto sobre la actividad económica de la cuarentena impuesta por el gobierno y se prevé un efecto peor en abril. Los analistas alertan que el panorama será aún más grave para las arcas fiscales provinciales, con lo cual podrían tener dificultades para afrontar el pago de salarios.
Así, resurgió el fantasma de las cuasimonedas, que tuvieron su momento de gloria en la crisis de 2001 y 2002 cuando circularon 16 bonos provinciales como Lecop, Patacón, Lecor y Quebracho. En el Gobierno nacional, lo ven más como “un apriete” para obtener una ayuda de la Nación, que como una posibilidad concreta, según fuentes oficiales.
En las provincias se evidenciará “una caída tanto por la vía directa directa de la recaudación propia como por la indirecta de la coparticipación”, advirtió Nadin Argañaraz, del IARAF. “Van a tener un faltante de financiamiento que aún no se puede cuantificar pero el escenario base es que podría estar en el orden de 25% en abril respecto a marzo, algunas provincias están trabajando con un escenario de caída de 20% de la coparticipación, y una baja en la recaudación propia que orilla 40%”.
Martín Kalos, de Elypsis, sostuvo que “la coparticipación es para muchas provincias, una de sus principales fuentes de ingresos”. “Hay jurisdicciones donde lo que se cae la coparticipación por las medidas contra el coronavirus, equivale a todos su recaudación propia de 2019”. Las más dependientes de esos fondos son Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y Formosa.
“Empezar a emitir cuasimonedas no es una locura”, afirmó días atrás el ministro de Gobierno y Justicia chubutense, José María Grazzini. También el gobernador mendocino Rodolfo Suarez admitió que “se ha estudiado la posibilidad de una cuasimoneda. Tiene que ser una acción conjunta con la nación”.
Para los economistas, sería negativo el regreso de cuasimonedas y “desorganizaría” la economía, y consideran “más lógico” que sea la Nación la que auxilie a los distritos vía emisión monetaria. Guido Lorenzo, de LCG señaló que las cuasimonedas “deterioran los balances de los bancos provinciales porque si se paga los sueldos con esos papeles también los tienen que aceptar para cobro de impuestos, de préstamos”, y explicó que en 2001 se recurrió a esa via porque el BCRA “no podía emitir pesos por la Ley de Convertibilidad”. Planteó que “el BCRA puede emitir, el Tesoro toma fondos vía utilidades, adelantos transitorios, y luego los gira a las provincias”.
Federico Moll, de Ecolatina, dijo que “las cuasimonedas nacieron porque en 2001 el BCRA no tenía margen de acción, hoy si”. Rodrigo Alvarez, de Analytica, juzgó que “en esta situación de extrema iliquidez, es mucho mejor que el BCRA emita pesos contra garantía de coparticipación o recursos propios de las provincias”.