El secretario general del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Omar “Caballo” Suárez está dispuesto a resistir. El mismo día en que se conoció que el juez federal Rodolfo Canicoba Corral lo procesó por entorpecimiento de los servicios públicos, bajó la orden a todos los afiliados de su gremio de trabajar a reglamento.
“Nadie nos explicó nada, ni las razones ni la duración de la medida”, indicó un afiliado. Y explicó: “La orden no es hacer un paro, sino trabajar sólo en dos turnos, entre las 7 y las 11 de la mañana y entre las 13 y las 17; para el domingo y el feriado la orden es no trabajar”.
Entre los operadores portuarios y los trabajadores hay preocupación, además de miedo de hablar identificándose con nombre y apellido. “Eso significa prácticamente paralizar las operaciones, porque el trabajo en los puertos es continuado y los buques, especialmente los petroleros, no pueden correr el riesgo de quedarse parados en medio de la operación de descarga”, indicó el encargado de logística portuaria de una empresa petrolera.
Desde tres empresas dedicadas al trabajo portuario en combustibles se advirtió que, de continuar la medida, podrían haber faltantes de crudo en las refinerías en los próximos días. Un tema especialmente delicado en diciembre, cuando crece la demanda de combustible para creación de energía.
Suárez controla también el trabajo de los remolcadores. En el puerto de Buenos Aires ya hay embarcaciones que decidieron fondear ante el riesgo que implica entrar al puerto con la medida de fuerza gremial en pie.
