En un contexto de baja de consumo, hay un millón menos de tarjetas de crédito que hace un año, lo que representa una caída del 5% sobre el total de cuentas activas, de acuerdo con los datos de la Cámara del sector, que si bien reconoce un “impacto marginal” de la crisis, le apunta a la regulación y programas como Ahora 12.
No son los usuarios los que dan de baja las tarjetas, sino que las operadoras limitan la oferta porque tienen resultados negativos.
“Las empresas pierden dinero y la reacción natural es a achicar el negocio. La oferta se restringe a los segmentos más rentables”, explica César Bastien, director ejecutivo de la Cámara de Tarjetas de Crédito y Compra (Atacyt).
Uno de los golpes llegó de la mano de Ahora 12, el programa con el que el Gobierno intentó recuperar el consumo antes de las elecciones y que extendió a toda la semana en la mayoría de los sectores.
“Con Ahora 12 perdemos por dos. Por un lado, porque es un plan con tasa bonificada que está por debajo de la inflación. Pero también porque, si no existiera Ahora 12, esas compras se harían con la financiación de tarjetas”, remarca Bastien.
Para los plásticos, las billeteras electrónicas no son competencia. “Detrás de las tarjetas hay un crédito. Las billeteras necesitan contar con dinero en la cuenta. Y en el caso de las agregadoras como Mercado Pago, para operar siguen utilizando la tarjeta de crédito”, indicó.
Según un informe de First Capital, pese a que crecieron por debajo de la inflación, las principales líneas de financiamiento continuaron siendo las tarjetas de crédito. La suba fue del 28% en términos interanuales en septiembre mientras que los préstamos personales se derrumbaron 3,5% respecto al igual período del año anterior, con tasas nominales anuales del 80%.
El segmento de tarjetas “explica una gran parte de la variación trimestral del total de préstamos. La generalización del programa Ahora 12 a una más amplia gama de productos y la extensión de la oferta a prácticamente todos los días del mes, da como resultado un incremento de los saldos financiados con esta operatoria”, aseguró Guillermo Barbero de First Capital, con una visión más general.
Para Atacyt, además del impacto del plan oficial de financiamiento, la regulación de la tasa de interés máxima “no tiene en cuenta las verdaderas condiciones del mercado”.
A eso le suman la baja de aranceles y el plazo de diez días al que se redujo el pago a los comercios. La medida, que apuntó a estimular el consumo y mantener a los locales funcionando, desde la óptica de la tarjeta implica “una pérdida por pagar al comercio antes de cobrar del usuario”.
Por otra parte, los plásticos aducen que el impuesto a los débitos y créditos sobre el pago de liquidaciones a comercios que recae sobre ellos no se aplica sobre otros medios de pago electrónicos.
El 65% busca descuentos. Frente a la recesión actual, una encuesta previa al Cybermonday entre usuarios de Mercado Libre marca que el 65% valora los descuentos, mientras que el 21% valora la financiación.
Por otra parte, el 70% de los encuestados admite comparar los precios antes de comprar un producto. Y tres de cada diez encuestados admitió que aprovecharía un gran descuento de un producto solo si cuenta con la posibilidad de pagar en cuotas.
Se consultó a 6 mil usuarios de la plataforma. La próxima semana será escenario del Cybermonday, donde empresas de electrónicos, productos de belleza, supermercados y muebles, entre otros, prometen descuentos de hasta el 50%.