Compensaciones por la pérdida del 2018, bonos, pedidos que alcanzan el 50% y el reclamo de un ajuste corto –mensual o trimestral, incluso– marcan la negociación salarial del año electoral. La principal consigna es lograr sistemas de revisión con tiempos breves y en el Gobierno ya asumieron que no se puede reclamar a los gremios que definan un horizonte de demanda salarial más allá de los tres meses. Por ahora, resisten la tendencia de llegar a la revisión mensual: sinónimo de inercia inflacionaria.
Sorpresivamente, una alerta llegó desde el principal gremio del país, que no suele contarse entre los que hacen las demandas más altas. El sindicato de Comercio, que lidera Armando Cavalieri, inició su discusión paritaria con un pedido de revisión mensual. Así, amenazaba con fijar ajustes cada 30 días en el salario de más de un millón de empleados. El Gobierno trabajó para evitar que ello ocurriera e intercedió a favor de las cámaras, que también resistían esa alternativa. La discusión no está cerrada, pero por ahora, se habla de un ajuste por bono de entre $ 2 mil y $ 3 mil, hasta una nueva revisión en un par de meses.
Los tiempos también marcan otra paritaria de referencia, la de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), un gremio afectado por despidos. Antonio Caló reclamó un ajuste del 20% hasta junio, algo que fue rechazado por las cámaras del sector. Más allá del número, los metalúrgicos lograron vencer la negativa terminante a un acuerdo corto. El cambio en la postura oficial fue un dato del que tomaron nota muchos otros gremios que alcanzaron acuerdos de ajuste compensatorio y se reservan el derecho de pedir una reapertura si los números quedan muy desfasados.
La referencia del ajuste corto también se tomó en otra referencia salarial clave, la negociación entre el gobierno bonaerense y los docentes. Se logró el acuerdo de todos, incluso los duros, con aumentos trimestrales en base al índice de inflación oficial más un incremento del 15,6% en dos cuotas. El esquema corto también aparece en el centro de la negociación que se inició entre La Bancaria y las cámaras del sector. El titular de ese gremio, Sergio Palazzo, aseguró a PERFIL que es más importante el esquema de ajuste que el aumento porcentual de base (ver aparte).
Antecedentes. Dos sindicatos que están en la conducción de la CGT, UPCN y el Sindicato de Empleados de Estaciones de Servicio (Soesgype), acordaron hace poco tiempo ajustes con el acuerdo de una revisión. En el caso de los estatales que conduce Andrés Rodríguez, recibieron en diciembre una compensación del 3% más un bono de $ 2 mil como compensación del 2008 y puente para continuar negociando en mayo. En el caso de Soesgype, conducido por el cosecretario de la CGT Carlos Acuña, se acordó un 28%, mucho menos que el 40% del año pasado. Pero el acuerdo también es corto y tendrá una revisión pasada la mitad del año.
Camioneros no se queda afuera de los reclamos y, a pesar que su paritaria vence recién en junio, Pablo Moyano salió a pedir un ajuste del 45% ahora.
Quienes hacen planteos porcentuales antes que de ajustes en períodos cortos apuntan a números altos, como el caso del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Chubut que reclama un empalme del 55%. El año pasado habían acordado un 15% más gatillo, que resultó en un aumento acumulado del 40%. Ahora piden que se aplique un gatillo adicional del 15% para dejar el aumento a la par de la inflación interanual, cercana al 55%. El lunes habrá una medida de fuerza por la negativa de las empresas (y el Gobierno).
“Un acuerdo sin actualización es casi un suicidio”
Sergio Palazzo, titular de La Bancaria, es una figura central del armado del paro con movilización a Plaza de Mayo. La paritaria de su sindicato también es una referencia caliente en el panorama de negociaciones salariales.
—¿Qué espera del paro del 30?
—Siempre una huelga es mejor hacerla entre todos. Pero, ante este vacío que ha generado la conducción del movimiento obrero al no convocar a una medida después de la movilización impresionante del 4 de abril, ocuparon ese espacio el Frente Sindical, las dos CTA y los movimientos sociales. Creo que va a ser una medida importante incluso en los gremios que no llaman a parar. Por ejemplo, En la conferencia de prensa hubo representantes de muchas líneas de colectivos, por ejemplo.
—¿Qué pasará con la CGT después del paro?
—Deberá reconfigurar el poder interno. También va a cambiar con quién dialoga el Gobierno y sobre qué. No queremos diálogo para maquillar, sino cambios en la política económica.
—Se va a dar continuidad a las medidas de fuerza, pero no parece que el Gobierno vaya a responder a sus expectativas.
—La idea es no agotarse en un paro, porque no es un fin en sí mismo, y creemos que hay que continuar con el plan de acción. Luego nos juntaremos entre todos para ver cómo seguimos.
—¿Cómo se negocian las paritarias en el contexto actual?
—La incertidumbre que genera la política económica, la inflación y las disparadas del dólar obligan a ir acomodando los salarios. No veo otra salida que no sea algún tipo de cláusula que garantice que no pierdan contra la inflación. En 2018 lo conseguimos y aspiramos a tener una cláusula similar, después discutiremos sobre porcentajes iniciales. Hoy, un acuerdo sin una cláusula específica de actualización es casi un suicidio.
—¿No hay un riesgo de terminar con actualizaciones cada vez más cortas en un espiral?
—La mayoría de las organizaciones firmamos el año pasado el 15%, algunos con cláusula, otros sin. Pero la inflación terminó siendo del 50%.