ECONOMIA
LOS CAIDOS DEL BLUE

Por la brecha cambiaria, cada vez se frenan más proyectos de inversión

Empresas de minería, construcción, agroquímicos y hasta consumo abandonan negocios por la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo.

Empresas de minería, construcción, agroquímicos y hasta consumo abandonan negocios.
| Cedoc.

El karma de la inversión extranjera en el país es la brecha cambiaria. La diferencia entre el tipo de cambio oficial ($ 5,94) y el paralelo ($ 10) junto con las complicaciones para el giro de dividendos e importar, ya no sólo se desincentiva el ingreso de fondos frescos, sino que también, detiene inversiones en marcha de empresas que deciden levantar campamento.

En minería, agroquímicos, consumo y construcción, se anotaron algunas de las últimas decisiones de decir basta a la Argentina. Precios internacionales más bajos y una menor demanda global, vuelven más complicado sobrellevar las particularidades del modelo argentino, donde los dólares que entran se cambian a la cotización oficial, mientras los costos internos se mueven a un ritmo más similar al blue. La Argentina se pega un tiro en los pies: los controles motivados por la falta de dólares derivan en que entren menos divisas aún. La Inversión Extranjera Directa (IED) cayó 32% en la Argentina el primer semestre de 2013, según la CEPAL.

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La semana pasada, la minera canadiense Barrick sumó la última mala noticia: anunció su decisión de “disminuir temporalmente las actividades de construcción” en el proyecto minero de Pascua-Lama, tanto en la Argentina como en Chile. Si bien ese proyecto está basado en un 80% en el país trasandino (donde enfrenta problemas judiciales), desde el Colegio Argentino de Ingenieros de Minas consideran que el problema cambiario es clave.

“Aún si no hubiera planteos en Chile, el proyecto no avanzaría por los temas cambiarios; es otro Vale”, se lamentó su titular Mario Capello en diálogo con PERFIL. La compañía indicó que el año que viene invertirá de todos modos US$ 400 millones para cumplir con las regulaciones y el control medio ambiental. Pero en un proyecto valuado cerca de US$ 10 mil millones suena a stand by, interpreta Capello. Guillermo Caló, responsable de Barrick en Argentina, destacó sin embargo que la empresa “tiene un proyecto de largo plazo en el país”.

En el sector, que genera unos US$ 5.000 millones de dólares de exportaciones al año, viven la brecha cambiaria del 70% como una barrera infranqueable. A principios de año, la brasileña Vale fue la primera en anunciar que por el tipo de cambio, abandonaba el proyecto por el que ya había hundido US$ 2 mil millones en Mendoza para extraer potasio y al que le iba a sumar otros US$ 4 mil millones en el mediano plazo, incluida la construcción de un tendido ferroviario y un puerto en Bahía Blanca. Como consecuencia, la constructora brasileña Andrade también suspendió sus trabajos para esa terminal bonaerense y congeló inversiones.

También haciendo referencias al dólar bipolar, otra compañía minera, Goldcorp Cerro Negro, frenó en julio su plan de perforaciones en Santa Cruz para buscar oro. Es que en todos los planes de factibilidad en las inversiones mineras hay un casillero que es un agujero negro en nuestro país: el de “exchange rate”, o sea, tipo de cambio.

Más allá de la minería, el clima global no permite juegos experimentales en ningún sector. Con menos demanda, la estadounidense Mosaic, líder en el mercado de fertilizantes, no tolera más las restricciones por el dólar. “La compañía comenzará de inmediato los preparativos para un proceso de venta y trabajará rápidamente para completar la transacción”, se limitó a decir la firma. Mosaic provee el 50% del fosfato que usan los cultivos locales y tiene ventas por US$ 300 millones de dólares.

Meses atrás, Elektra, una empresa mexicana que había desembarcado en el país en 2007 prometiendo una inversión de US$ 60 millones en la venta de artículos para el hogar, también se fue por la política cambiaria. “El control cambiario limita el acceso a mercancías para el comercio”.

El Gobierno sabe que esta situación afecta el crecimiento de la economía. Busca encauzar las inversiones externas a través del Baade, un bono energético con el que les promete a grupos empresarios que podrán ingresar sus dólares para luego vender el título en un mercado secundario donde se termine reconociendo una cotización en un punto más cercano al dólar ilegal. “Con las necesarias adaptaciones es un buen instrumento para ingresar capitales”, dijo hace semanas en PERFIL Carlos Bulgheroni, tras anunciar que ingresaría US$ 500 millones al país con su grupo Bridas. Aunque hay diferencias con la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, el plan Baade es la idea del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y del viceministro de Economía, Axel Kicillof, para desdoblar de hecho el mercado cambiario, generar un “dólar inversión” para frenar la caída de proyectos que afectan la actividad y el empleo.