Desde julio de 2022 el aceite de oliva extra virgen de Mendoza (AOVE) cuenta con Indicación Geográfica. Este sello reviste especial importancia porque certifica la calidad de un producto y se vincula a su origen, y sus características específicas se deben a factores locales (naturales o humanos) presentes en ese lugar.
“En un mercado internacional como el del aceite de oliva, donde nuestro país no es formador de precios; este tipo de distinciones contribuye comercialmente porque representa un argumento más para basarnos en la calidad y poder competir en mejores condiciones”, comenta Mario Bustos Carra, gerente general de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen) y de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo.
Y agrega: “En principio, ocho empresas tomaron la iniciativa de contar con esta denominación, pero se encuentra abierta a cualquier elaborador de AOVE, pertenezca o no a nuestra Asociación, y que se ajuste a los requerimientos necesarios para obtener la IG”.
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En el caso de los mencionados requerimientos se realizaron inspecciones para verificar los montes de olivos y las correspondientes almazaras (molinos aceiteros) donde se realizaría la elaboración del AOVE, tarea que fue llevada a cabo por funcionarios de la Secretaría de Agricultura de la Nación.
También debió referirse la cantidad de producción que contaría con dicho sello distintivo, lugares y emplazamiento de sitios de guarda y forma de supervisión; en paralelo, se ejecutaron estudios de carácter científico y de mercado para sustentar y justificar la solicitud de este sello.
“Desde la Secretaría se promueve la identificación y el estudio de los productos que potencialmente constituyen una Indicación Geográfica, brindando el marco jurídico, técnico y administrativo más adecuado a tal fin”, explica Luis Contigiani, subsecretario de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía.
¿Qué tiene que tener el AOVE mendocino para poder llevar el sello de IG?
Desde el aspecto técnico tiene que cumplir los siguientes requisitos: estar producido en montes de olivo de Mendoza y extraído y fraccionado en almazaras de la misma provincia; tratarse de un blend con entre 20 y 50% de la variedad de aceituna Arauco, y poseer un contenido oleico mayor a 60% y una acidez menor a 0,6%.
En cuanto a cuestiones del paladar, debe contar con un perfil sensorial frutado intenso junto con otros atributos positivos como el amargo y picante de intensidad media alta y, por supuesto, no tener ningún defecto.
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La unión como camino
Según Bustos Carra, la gran ventaja de Asolmen radica en contar con distintas miradas y poder integrarlas a la hora de tomar decisiones: “En nuestra Asociación hay productores y elaboradores pequeños, medianos y grandes lo que permite ver los temas desde varios puntos de vista y de esta forma, hacerlos coincidir con los objetivos: mancomunar esfuerzos, ideas y objetivos entendemos que es el principal logro”.
En la importancia de asociarse coincide Ignacio Moncayo, consultor en temas de Asociatividad y Cooperativas de la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para América Latina y El Caribe, al enfatizar que las cooperativas son actores relevantes para la transformación de los sistemas agroalimentarios.
“Iniciativas asociativas como esta permiten traducir los principios cooperativos en acciones colaborativas concretas, como es el fomento de marcas colectivas asociadas a territorios y procesos tradicionales de producción”, opinó Moncayo.
Con respecto a los posibles obstáculos en el asociativismo, Bustos Carra explica que lo más complejo para que la unión funcione es superar la individualidad, pero es un tema que tiene que ser abordado directamente por cada institución y que logros como la IG fortalecen la labor conjunta.
“En todo este proceso aprendimos que la mejor manera de lograr un objetivo es el trabajo en conjunto. Y por supuesto, la predisposición para aceptar que siempre se puede mejorar la forma de producir o elaborar nuestra producción”, señala y agrega que el próximo objetivo es obtener la IG para la aceituna variedad Arauco, emblema de la provincia de Mendoza.
El contexto internacional
“Nos encontramos ante un escenario complicado en los intercambios internacionales: nuestro país no atraviesa su mejor etapa económica y la pandemia y la invasión rusa a Ucrania retraen las expectativas de expansión dado que hay un margen para la incertidumbre muy importante”, reflexiona Bustos Carra.
“Ante esas dificultades hay que buscar alternativas y certificar la calidad que nuestros AOVE tienen, es reafirmar nuestra propia convicción en lo que hacemos: buscamos un elemento que nos permita destacarnos, ofrecer un plus de calidad, mayores garantías de seguridad y, por sobre todo, demostrar la adaptación a los nuevos requerimientos de los consumidores”, concluyó.
SE / LR
Con material de FAO Argentina