Ayer coincidieron el fin de los aranceles a la importación de computadoras con la puesta en marcha de la venta de iPhones en la Argentina, dos noticias que sintentizan el modelo industrial que perfila el gobierno de Cambiemos: apertura de la economía, con fuerte foco en tecnología, financiada gracias al fuerte flujo de dólares que genera un contexto pro agroexportador y apalancado en endeudamiento externo.
Desde hoy, el arancel para la importación de computadoras se baja a cero, desde el 35% que regía antes, y en paralelo, ya está disponible la preventa online del icónico teléfono de Apple, a través de cadenas de electrodomésticos, en tanto en los próximos días comenzarán a ofrecerlo también algunas telefónicas.
La consolidación del nuevo paradigma industrial de la gestión de Mauricio Macri está en el centro de la disputa política y gremial. De hecho, la CGT marchó y parará fundamentalmente contra el aumento de la importación, que en especial afecta a sectores que exceden la tecnología, como el calzado, el cuero, las cerámicas o la metalmecánica, y que tiene fuerte impacto en el cordón industrial bonaerense. En el Gobierno, en tanto, niegan que haya “apertura indiscriminada” y se defienden diciendo que la Argentina era “una de las economías más cerradas del mundo”.
“¿Queremos computadoras caras para 40 millones de argentinos por 15 mil puestos de trabajo?”. Así respondió un funcionario de la Rosada cuando el Gobierno empezó a presentar el plan para generar “competitividad”. Esa es la idea madre que rige el nuevo paradigma industrial al menos en estas áreas.
Si bien circuló el rumor también de una posible baja de aranceles para la importación de celulares, luego fue desmentido por la Casa Rosada. Unos 12 millones de celulares se ensamblan en Tierra del Fuego, donde pisan fuerte empresas como Mirgor, de Nicolás Caputo, el mejor amigo del Presidente, y Rubén Cherñajovsky, titular de NewSan y un hombre que supo estar muy cerca de Daniel Scioli.
El secretario de Interior de la CGT y dirigente de la UOM, Francisco Gutiérrez, sostuvo que “poner arancel cero va en contra del empleo argentino”. Su pedido de que se mantenga el mismo arancel que tiene Brasil no prosperó. El dirigente, que participó el jueves de la marcha de las dos CTA y es parte convocante al paro nacional del próximo jueves, reconoció que “el Gobierno no está dispuesto a cambiar de rumbo, una apertura permanente: la política para adelante es ir por los celulares”.