Se había anunciado hace varios meses la alta probabilidad de una nueva estación primavera-verano atravesada con el evento “La Niña”, característica en nuestra zona por lluvias inferiores a lo normal y temperaturas por encima de lo normal.
El efecto de este evento se manifestó en el momento clave de gran proporción de los cultivos de verano sembrados en el país, desde la segunda quincena de diciembre 2021 hasta la primera quincena 2022.
Con especial énfasis en soja y maíz, cuyos complejos exportadores (granos, aceite, harina, etc.) son responsables de casi 40% del ingreso de divisas al país, veamos como el clima trae a estos dos cultivos, cuales son las proyecciones locales e internacionales, y que pasa con los mercados, para tomar decisiones.
El socio más temido: el clima
La siembra de soja 21/22 en Argentina, cuya superficie se redujo 500 mil hectáreas respecto a la siembra 20/21, avanza en más del 90% del área. Sólo 40% de la superficie sembrada, según el informe de la Bolsa de Cereales de Bs As, presenta una condición hídrica de adecuada a óptima, es decir que 60% se encuentra en condición regular a mala; por último, casi 10% de la soja sembrada está entrando en formación de vaina, momento crítico de definición de rendimientos.
Los precios de la soja podrían subir pero el volumen perdido comprometería el ingreso de dólares
En cuanto al maíz, la siembra viene retrasada respecto al año pasado, en 4,5%, ha cubierto más de 86% de la superficie proyectada, que es 500 mil hectáreas superior a la del año pasado. Más de 45% de superficie sembrada con maíz hasta ahora, se encuentra en condiciones regulares a malas, por causa de bajas lluvias y altas temperaturas, algunos lotes presentarían daños irreversibles, afectando el potencial de cosecha 21/22.
Entre diciembre 2021 y primera quincena de enero 2022, las lluvias promedio en gran parte del área productiva del país, no han acumulado más de 60 milímetros, mientras las temperaturas máximas han permanecido muchos días por encima de 38-40°C, agravado en algunos casos por fuertes vientos.
En los mapas vemos las consecuencias de este evento “La Niña” en el corto plazo. Así, tenemos, a la izquierda, el porcentaje de agua útil (la humedad que el cultivo puede extraer del suelo) en el perfil de suelo, hasta 1 metro de profundidad, y vemos que en la mayor parte del país hay 0% de agua útil, mientras en algunas zonas del centro y norte hay de 10 a 30% de agua útil.
En el mapa de la derecha, vemos el estado de la vegetación fotosintéticamente activa, proveniente de imágenes satelitales, que muestran gran parte de la zona productiva con un estado vegetativo inferior al promedio e inferior al mínimo estado vegetativo registrado para las últimas semanas de diciembre.
Este fin de semana, muchas zonas recibieron lluvias, en mayor o menor medida, hubo alivio con agua y leve baja de temperaturas. Para esta semana se espera que el centro y noroeste del país sigan recibiendo lluvias, de entre 20-40 milímetros en promedio, y más el fin de semana que viene. La espera tiene fecha, y de lo que ocurra dependerá no solo el resultado de cada lote, sino parte del resultado económico argentino 2022.
¿Qué dicen las proyecciones de los organismos que más datos tienen?
La semana pasada salieron tres informes importantes, uno, de frecuencia semanal, de la Bolsa de Cereales de Bs As, otros dos, mensuales, el de la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB), con proyecciones de Brasil, y el del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), con proyecciones de principales productores y consumidores de granos del mundo.
1 SOJA) Mientras las proyecciones locales muestran una reducción de área de siembra de soja del 0,6% respecto a lo esperado inicialmente, y 3% inferior a la siembra del año pasado, superficie que, suponiendo un rendimiento promedio igual al del año pasado, 26,7 qq/ha, ante la proyección de superficie de siembra argentina de 16,4 millones de hectáreas, se obtendría aproximadamente 44 millones de toneladas. El USDA, sin embargo, proyecta 46,5 millones de toneladas, habiendo reducido 3 millones respecto a 49,5 millones que proyectaba en diciembre. Algunas proyecciones locales llevan el volumen de cosecha más en torno a 40 millones, por el posible impacto irreversible de las semanas pasadas.
En Brasil, la CONAB proyecta para Brasil, una cosecha de 140,5 millones de toneladas, 3 millones por encima de la cosecha del año pasado, con un rendimiento promedio inferior, pero una superficie de siembra casi 4% superior a la 20/21. El USDA de enero, proyectó para Brasil 139 millones de toneladas, 5 millones menos que su proyección de diciembre, y algo por debajo de las proyecciones de la CONAB.
Tanto para Brasil como Argentina, la presente, será una semana decisiva, y las proyecciones locales e internacionales se moverán en función de eso.
El informe del USDA, por último, no varió prácticamente la proyección de su cosecha 21/22, que quedó en 120,7 millones de toneladas, 280 mil toneladas más que lo informado en diciembre.
Por último, vale la pena destacar, dentro de las proyecciones del USDA, que se esperan para la presente 21/22 casi 373 millones de toneladas de soja en el mundo, apenas 6 millones más que la producción mundial 20/21. El consumo mundial de soja se proyecta en casi 375 millones de toneladas, 12 millones más que el año pasado. Finalmente, el tan comentado stock final mundial 21/22 de soja, se espera que sea de 95 millones de toneladas, casi 5 millones de toneladas por debajo del stock final mundial 20/21, que ya era muy ajustado.
2) MAÍZ: Las proyecciones locales suman 7% más de hectáreas para la superficie de siembra de maíz 21/22, respecto a la 20/21. Considerando la superficie proyectada, y rendimientos -4% inferiores a los del año pasado, la producción local podría alcanzar 55 millones de toneladas, muy en duda, por las condiciones extremas sufridas las últimas semanas.
El USDA proyecta para Argentina una cosecha de 54 millones de toneladas, 500 mil toneladas menos que lo proyectado el mes pasado por esa entidad, muy similar a lo proyectado a nivel local. Brasil a través de la CONAB, proyecta una cosecha de casi 113 millones de toneladas, casi 26 millones de toneladas más que el año pasado, con una superficie de siembra 5% superior y rendimientos 23% superiores a los de la 20/21. El USDA, en su informe de enero, proyectó una cosecha de 115 millones de toneladas, 3 millones menos que lo proyectado el mes anterior, y por encima de la estimación de la CONAB.
En cuanto a las estimaciones del USDA para la finalizada cosecha estadounidense 21/22, sumaron 1,35 millones de toneladas más respecto a lo estimado el mes pasado, alcanzando casi 384 millones de toneladas.
El USDA de enero 2022 proyectó una producción mundial de maíz 21/22 de casi 1.207 millones de toneladas, 84 millones de toneladas más que la producción del año pasado. El consumo mundial 21/22 lo proyectan en 1.196 millones de toneladas, 59 millones más que el año pasado. Por último, el stock final mundial 21/22 se proyecta en 303 millones de toneladas, 11 millones más que el stock final mundial 20/21.
Y finalmente ¿Qué pasará con los precios?
En los gráficos de precios futuros MATBA-ROFEX, se observa el movimiento de subas de precios desde mediados de diciembre 21 hasta mediados de enero 22, de más de U$S 46/TN para la soja mayo, que alcanzó un máximo de U$S 368/TN, cuando el máximo del año pasado fue U$S 380/TN.
Los futuros de maíz tuvieron subas de U$S 23/TN para el maíz abril, que alcanzó un máximo de U$S 223/TN, cuando el maíz 2021 cotizó a máximos de U$S 243/TN, y de U$S 16,5/TN para el maíz julio, alcanzando un pico de U$S 200/TN, casi mismo nivel de máximos alcanzados el año pasado para esta posición.
Aumentan los temores de La Niña entre productores de soja de Brasil
Esto, más allá de todo lo anterior, clima que aún sigue hostil, y proyecciones que no marcan abundancia de oferta de soja o maíz para la presente 21/22, debe activar nuestros sensores para tomar decisiones comerciales.
Hoy, las lluvias del fin de semana, sumado a las pronosticadas para el resto de esta semana, generan leves bajas, y son jornadas para pensar en cubrir pisos de precio, a través de futuros sin compromiso de entrega, u opciones PUT, cuyo precio de primas con estas bajas subieron levemente, pero aún pueden aprovecharse opciones que aseguren pisos de precios más altos, respecto a lo que hubiésemos operado hace un mes atrás. Por último, mirar las opciones CALL, para, en momentos de bajas, comprar seguros de compra, que nos permitan recuperar precio perdido de alguna venta futura realizada antes de las subas, a precios inferiores.
El clima sigue poniendo a las proyecciones productivas de Sudamérica en la cuerda floja, con ajustes de área de siembra y rendimientos potenciales, tenemos oferta de soja y maíz no asegurada, mientras la demanda sigue firme.
Todo muestra un sostén alcista, no obstante, son días claves, como se dijo más arriba, y dejar todo librado a más subas, cuando ya se están alcanzando precios techo, respecto a los máximos del año pasado, parece arriesgado. Considerar riesgos productivos y precios promedio necesarios para lograr rentabilidad. Tomar decisiones de coberturas que eleven el precio promedio de comercialización 21/22.
LR