Existe un antes y un después en las negociaciones paritarias para este año luego del acuerdo obtenido la semana pasada por el sindicato de los alimentos, que alcanzó el 35% de aumento para los próximos doce meses. Analistas, sindicatos y empresarios coincidieron en afirmar que la nueva referencia para los acuerdos salariales en lo que queda del año será el 30% para que los sueldos no pierdan capacidad adquisitiva y en advertir que esos aumentos de costos fogonearán la inflación.
El acuerdo en la alimentación y la convicción de que esos niveles de demanda salarial se extenderán a otros sectores obligaron a las consultoras a revaluar sus estimaciones inflacionarias para este año. El consenso es que la puja salarial llegó para quedarse y sólo se puede esperar que retroalimente la suba generalizada de precios, lo que pone en riesgo las esperanzas de volver a un nivel de crecimiento económico sostenido en el tiempo.
Los únicos que esperan acuerdos salariales con porcentajes menores son el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y sus colaboradores. Ese ministerio asegura que el de los alimentarios es un caso aislado, que las negociaciones se esperan en un promedio de aumentos en todos los sectores de apenas un par de puntos por encima del 20 por ciento.
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