ECONOMIA
Desde la Argentina

Transferencias alternativas y bitcoins, la forma de girar divisas a Venezuela

Implica una pérdida del 20% por el tipo de cambio. Empresas de envío de remesas salieron del negocio. Las criptomonedas, al rescate.

La medida lleva el tipo de cambio controlado por el gobierno a 6,3 bolívares por dólar.
| AFP

La crisis venezolana empujó a emigrar del país caribeño hacia la Argentina. La gran mayoría de los que lo hacen envía dinero a sus familiares, pero no por las vías tradicionales. 

“Todos los venezolanos que estamos aquí hacemos más o menos lo mismo: darle pesos argentinos a otra persona que aún tiene cuenta allá y esa persona les envía bolívares, por transferencia bancaria, a nuestros parientes”, explica Cecilio Tovar, caraqueño, que vive en Argentina desde hace casi dos años. 

Todos los inmigrantes consultados por PERFIL coincidieron en que este método es uno de los pocos que permiten ayudar monetariamente a sus parientes o amigos en forma rápida. Estas transferencias implican una pérdida superior al 20% en el cambio. 

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Por la dificultad para utilizar los mecanismos convencionales, Western Union, una de las empresas de giros de dinero, ya no envía remesas a Venezuela. “Al no haber un marco regulatorio claro, la compañía se vio forzada a suspender las operaciones”, expresó el gerente general Maximiliano Babino. 

Existen distintas formas de acceder a algún cambista que transfiera por homebanking moneda venezolana a cambio de pesos. Uno de los métodos más convencionales es contactar, por grupos de Facebook, a usuarios que se ofrecen a tomar pesos y transferirlos a una cuenta venezolana. Hay un sinfín de grupos en redes sociales con nombres como “Venezolanos en Argentina” o “Panas en Buenos Aires”, a través de los cuales los inmigrantes del país caribeño intercambian información.

Sin embargo, darle el dinero a un desconocido implica ciertos peligros. “Te arriesgas de esa forma. Una conocida le entregó cinco mil pesos a un chico que ofreció sus servicios por redes sociales y el dinero nunca le llegó a su familia”, advierte Gilbert Hurtado, venezolano de 27 años. Hurtado asegura que la forma más segura de operar es a través de contactos recomendados por amigos. “A mí me presentaron un chico que tiene dinero en una cuenta en Venezuela. Yo le entrego una suma y él automáticamente le envía el cambio en bolívares a mi padre”.

En este último tiempo surgieron agencias que tienen cuentas en Venezuela y se dedican a realizar estas operaciones. “A mi mamá le envío plata a través de una empresa que está por el Centro. Ellos suben la cotización todos los días a Instagram”, afirma la periodista venezolana Ninoska Figueredo, quien reside en Argentina. “Trato de enviar por partes, porque el bolívar pierde valor todo el tiempo. Hace poco mandé $ 200 argentinos y llegó un monto determinado, a la semana volví a mandar $ 200 y valían un 40% más”, agrega.

Es difícil calcular el margen de rentabilidad de quienes se dedican a transferir bolívares a los familiares de emigrantes, porque la moneda venezolana se deprecia minuto a minuto. Para realizar una estimación, PERFIL consultó la cotización al cierre de la última semana y existía una diferencia del 22% entre lo que costaría cambiar un peso en Venezuela y lo que se cobra por hacerlo en las agencias instaladas en Argentina. 

Bitcoins. Durante el último año surgió una forma alternativa de enviar remesas al país gobernado por Maduro: las criptomonedas. Si bien esta tendencia es aún marginal, de a poco va creciendo. 

“Damos cursos de cómo adquirir bitcoins y cada vez se acercan más venezolanos, porque quieren comprar para mandarles a sus familias”, asegura Manuel Beaudroit, jefe de marketing de Bitex. “Compran las monedas acá y después los parientes las cambian por bolívares. Algunos tienen familia cerca de Colombia y les dicen que crucen la frontera y las liquiden por dólares”.

Pero la moneda norteamericana solo sirve como ahorro o para ser vendida en el mercado paralelo. “Si uno se fija en las pizarras, el dólar te cuesta 10 bolívares, y eso es completamente ridículo, nadie vendería a ese precio”, afirma Gilbert Hurtado. Mientras que para el Banco Central de Venezuela la divisa estadounidense se cotiza al valor que menciona Hurtado, informalmente se calcula que por cada dólar habría que pagar 211.337,55 bolívares.

Los “valijeros”, a la orden del día

La escasez de productos que enfrenta Venezuela lleva, a quienes emigraron desde aquel país, a buscar la forma de enviarles encomiendas a sus seres queridos. Sin embargo, al igual que sucede con el dinero, se ven obligados a utilizar métodos alternativos para asegurarse de que la mercadería llegue. Es por ello que, en los grupos de Facebook creados por la colectividad venezolana, es muy común encontrar mensajes como este: “Viajo a Caracas en un mes, llevo productos”. 

Pero muchos desconfían de estas ofertas. “Es un riesgo, uno no sabe quién está del otro lado. Hace poco tuve que enviar medicinas, pero por suerte conocía a un muchacho que viajaba y no me cobró”, cuenta Johanna Salazar, venezolana que reside en Argentina.

Precisamente, los medicamentos son los productos a los que más se hace mención a la hora de referirse a la necesidad de mandar encomiendas. “Mi abuela necesitaba remedios por un ACV y no los conseguía. Tuve que mandárselos por intermedio de la madre de unas amigas”, explica la periodista Ninoska Figueredo.

Jenny Bautista, quien llegó hace más de un año de Isla Margarita, aporta un testimonio similar: “Mi tío tuvo un accidente y no le vendían lo que necesitaba. Pero alguien me presentó a una chica que viajaba a la isla y ella se lo llevó”. 

Por otra parte, Ninoska administra un grupo de Facebook de venezolanos y cuenta que suele restringir los mensajes de aquellos que se ofrecen a llevar productos. “Es para evitar estafas”, asegura.